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Los 'barrenderos' de la coca rosa de Marbella que iban a 'sacar el perro'
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CRIMEN ORGANIZADO

Los 'barrenderos' de la coca rosa de Marbella que iban a 'sacar el perro'

Dos individuos supuestamente iban a 'limpiar' el alijo de esta sustancia hallado en la localidad marbellí, el segundo más grande incautado en el país, cuando supieron que el cabecilla de la red había sido detenido en Madrid

Foto: El alijo encontrado en la casa del principal investigado. (Policía Nacional)
El alijo encontrado en la casa del principal investigado. (Policía Nacional)

Dice el dicho que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Por eso, los agentes lo tuvieron claro cuando supieron que los trámites judiciales retrasaban el registro de la casa del principal investigado. Había que dejar a un equipo custodiando la vivienda porque esas horas que separaban la noche del día eran vitales para el éxito de la operación Larios. No les falló su instinto. Cuando se encontraban vigilando el exterior del inmueble, un edificio de pisos ubicado en Marbella, observaron la figura de dos personas sospechosas que se adentraban en el portal. Corrieron hacia ellas y las interceptaron. Llevaban un juego de llaves del domicilio custodiado. "Venimos para sacar a pasear el perro", se justificaron cuando vieron las placas de los policías nacionales, que no les creyeron. "Iban a limpiar la casa" donde un rato después se realizaría la segunda incautación de cocaína rosa más grande del país.

Como informó este periódico, el grueso de la intervención de los efectivos de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) Costa del Sol se realizó en tierras madrileñas. Allí fue donde se llevó a cabo un primer operativo que culminó con la incautación de una maleta que contenía 24 kilogramos de coca y que acababa de ser introducida en España a través del aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas.

Foto: Un triple golpe de la guardia civil acabó con el mayor alijo de cocaína rosa. (Guardia Civil)

Esta interceptación desencadenó la detención de los siete integrantes de la organización criminal. Cuatro de ellos, los principales, se habían desplazado en Madrid porque supuestamente iban a realizar una transacción para la que llevaban una fuerte suma de dinero. Estaba A.G.V. el cabecilla de la organización. Un tipo normal, de 40 años, que jamás había sido detenido, ni menos aún se había visto frente a un juez que le pidiese explicaciones. El secreto de su éxito en el mundo del narco es que había sido una sombra, había permanecido invisible al radar de los cuerpos policiales. Alguien que huía de la ostentación y que se concedía caprichos de puertas para adentro. Junto a él, el intermediario, un notario —el individuo encargado de autorizar la operación tras certificar la calidad del producto— y un taxista que presuntamente iba a transportar la droga hasta Málaga en un coche con un doble fondo.

Tras los arrestos, se solicitó al juzgado de Madrid que coordinaba esta parte de la operación que emitiese exhortos para poder registrar inmediatamente los inmuebles asociados a los distintos detenidos que se ubicaban en Estepona, Vélez-Málaga y Marbella. Las sedes judiciales de los dos primeros municipios malagueños atendieron la celeridad del caso y permitieron que los registros se pudiesen realizar esa misma noche, pero la tercera pospuso esta diligencia hasta la mañana siguiente. Eso suponía un problema porque afectaba al domicilio del principal investigado. Así que los policías decidieron establecer un dispositivo de vigilancia del inmueble durante toda la madrugada.

El temor, fundado, era que alguien vinculado a la organización o miembros de otras bandas supiesen del arresto de A.G.V. y acudiesen a eliminar pruebas o rapiñar lo que pudiesen. Y no se equivocaron. Los agentes que hacían guardia se percataron de la presencia de dos personas que llegaban al edificio. A una de ellas la reconocieron rápidamente, ya que era una chica colombiana pareja del cabecilla. La otra era un chico de su misma nacionalidad.

Las redes del narcotráfico establecen códigos de contactos que alertan de cualquier incidencia

Era la una de la madrugada y ambos entraron en el portal. Los efectivos de la Udyco acudieron rápidamente a su encuentro y pidieron que se identificaran. Tras entregar sus documentos y comprobar que llevaban llaves de la vivienda, les preguntaron qué iban a hacer. La respuesta es que querían sacar a pasear el perro. Los agentes no se lo tragaron y les dijeron que debían marcharse.

Las fuentes consultadas achacan esta presencia a un intento de limpiar el inmueble después de que la noticia del arresto recorriese la distancia de Madrid a Marbella. "Les pudo llamar alguien del entorno o percatarse de que algo no iba bien para sus intereses al saltar sus sistemas de alerta", explican, para detallar que "estas organizaciones suelen fijar contactos —telefónicos, mensajes...— a unas horas concretas". "Cuando uno no se llevana cabo, saben que algo ha ocurrido". O ha habido problemas con la otra parte con la que habían quedado para hacer la transacción o han sido capturados por las fuerzas de seguridad.

Cuando los agentes finalmente pudieron registrar el domicilio de A.G.V. hallaron en su interior 7,5 kilos de cocaína rosa. La sustancia, que se vende al consumidor con un precio aproximado de 100 euros el gramo, estaba empaquetada en bolsas que se guardaban en una maleta que se encontraba en el canapé de una cama de matrimonio, fácilmente accesible a cualquiera y sin un simple candado. "La única explicación es que se sintiese tan impune" por no haber sido capturado hasta el momento que "pensase que nunca íbamos a llegar hasta él".

Foto: lijo y dinero incautado por la Guardia Civil en Ibiza. Agentes del Grupo de Acción Rápida (GAR) de la Guardia Civil han interceptado 16 kilos de cocaína en el puerto y aeropuerto de Ibiza y ha detenido a cuatro personas por un supuesto delito contra l

Habitualmente se piensa que esta droga es un derivado de la coca cuando realmente es una metanfetamina cuya procedencia es un laboratorio. "Es como el MDMA, te la hace un breaking bad", precisaron, para añadir que otros dos nombres por la que es conocida son 2CB y Tusi y que se comenzó a detectar en España en 2015. La descubierta en este caso estaba presentada en dos formatos: píldoras con forma de corazón, para su ingesta oral; y en polvo, para ser esnifada.

En esta parte del operativo también se incautaron, además, de nueve vehículos, varios teléfonos y relojes de alta gama, 110.000 euros en efectivo, más de 26 kilos de coca, un arma de fuego y 500 cartuchos. Los principales investigados están ingresados en la prisión madrileña de Soto del Real y han perdido toda su droga. Esa que supuestamente pensaban retirar los barrenderos de la madrugada.

Dice el dicho que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Por eso, los agentes lo tuvieron claro cuando supieron que los trámites judiciales retrasaban el registro de la casa del principal investigado. Había que dejar a un equipo custodiando la vivienda porque esas horas que separaban la noche del día eran vitales para el éxito de la operación Larios. No les falló su instinto. Cuando se encontraban vigilando el exterior del inmueble, un edificio de pisos ubicado en Marbella, observaron la figura de dos personas sospechosas que se adentraban en el portal. Corrieron hacia ellas y las interceptaron. Llevaban un juego de llaves del domicilio custodiado. "Venimos para sacar a pasear el perro", se justificaron cuando vieron las placas de los policías nacionales, que no les creyeron. "Iban a limpiar la casa" donde un rato después se realizaría la segunda incautación de cocaína rosa más grande del país.

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