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Una isla en la 'guerra fría' de Podemos e IU: “Nos preguntan cómo lo hemos hecho”
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ACUERDO VERBAL SELLADO

Una isla en la 'guerra fría' de Podemos e IU: “Nos preguntan cómo lo hemos hecho”

Frente a las tensiones entre las direcciones de ambos partidos para sellar un acuerdo general para las elecciones, en Coín (Málaga) apuestan por proseguir con su fórmula. Esperan que se les respete: “Es una cuestión de supervivencia”

Foto: Los miembros de la confluencia apuestan por proseguir el acuerdo alcanzado en 2018. (Cedida)
Los miembros de la confluencia apuestan por proseguir el acuerdo alcanzado en 2018. (Cedida)

Fernando Enríquez reconoce que son muchos los “compañeros” que les preguntan “cómo lo hemos hecho”, y siempre responden “lo mismo”: “Con honestidad, naturalidad, aparcando los egoísmos y con ese puntito de suerte de que no se nos haya incorporado al proyecto nadie especialmente problemático que distorsione la dinámica del grupo”. Coordinador de Izquierda Unida en Coín, este municipio malagueño de la comarca del Guadalhorce, conocido por su famoso tomate huevo de toro y antiguo plató de infinidad de series de Canal Sur, se ha convertido en una ínsula, una aldea aislada dentro de las tensiones que libran la coalición de izquierdas y Podemos de cara a las municipales y autonómicas. Porque en un contexto andaluz de evidente distanciamiento entre las dos siglas, y estrategias de presión electorales, sus representantes en esta localidad han decidido dar continuidad al trabajo iniciado hace cuatro años y han acordado confluir en los comicios locales del próximo mes de mayo.

“Ir juntos a unas elecciones municipales, para nosotros es lo más natural”, comenta Enríquez, que considera que esta decisión es una consecuencia lógica de la labor realizada desde octubre de 2018. “Hemos trabajado bien, no ha habido problemas o conflictos y, todo lo que hemos querido impulsar, ha sido con consenso”, señala. En términos similares se expresa Laureano García, miembro del círculo local de Podemos y concejal en el Ayuntamiento, quien no oculta su extrañeza por las dificultades que están teniendo las direcciones de ambas formaciones para sellar un acuerdo general de cara a los próximos comicios. Para él es “una cuestión de simple supervivencia”, una necesidad que corrija los inconvenientes de concurrir por separado.

Foto: Yolanda Díaz, entre Juan Antonio Delgado, de Podemos, y Alberto Garzón, en un mitin en Dos Hermanas. (EFE/José Manuel Vidal)

Lamentamos que existan estas diferencias”, que se producen a “un nivel en el que nosotros no podemos influir”. “Lo único que podemos hacer, en los dos partidos, es manifestar nuestra voluntad de seguir funcionando como lo hemos hecho hasta ahora”, señala García, para quien estas alianzas son una vía de subsistencia en municipios pequeños. “Aunque Coín tenga más de 20.000 habitantes, es un pueblo, y las personas de izquierda tenemos que encontrarnos”, recomienda el edil.

El acuerdo es verbal, y aún no se ha plasmado por escrito, pero Enríquez entiende que está hecho y piensa que sus socios continuarán siéndolo, a pesar —incluso— de que la dirección de Podemos finalmente rechace integrarse con Izquierda Unida. La confluencia general de ambas siglas sigue aún en el aire y, aunque la predisposición, al menos públicamente, es favorable, los movimientos denotan una tensión latente. La coalición de izquierdas, por ejemplo, exhibía poder orgánico y días atrás anunciaba una acuerdo con Más País, Verdes Equo e Iniciativa del Pueblo Andaluz para ir juntos en la candidatura a la Alcaldía de Málaga capital. El plan es clonar esta fórmula en el resto de capitales de provincia y en todos los municipios en los que las demás siglas tengan implantación, porque desde la formación aseguran que el objetivo es ensanchar la base de un electorado con más nexos que diferencias.

En Coín piensan que la confluencia es una cuestión de supervivencia de ambas siglas en los pueblos

No obstante, hay quien realiza una lectura más estratega y observa en esta maniobra un intento de orillar a Podemos para forzar su incorporación a la confluencia. Presentarlo como un outsider dentro de la izquierda, más preocupado en disquisiciones internas que en una meta común. La situación del grupo parlamentario Por Andalucía en la Cámara regional es una prueba de que la situación está enquistada y no tiene visos de avanzar. Desde el cese de la representante morada en la Mesa, los tres diputados de Podemos y los dos de IU y Más País funcionan de forma casi independiente. Y ninguna de las dos partes es capaz de explicar qué tiene que ocurrir para que el bloqueo se disuelva.

Francisco Enríquez y Laureano García reconocen que estas conspiraciones palaciegas les superan y no ocultan su perplejidad por el hecho de que sus dos partidos no hayan alcanzado aún un acuerdo. “Es una cuestión de simbiosis pura y dura”, resume el edil, a lo que el dirigente de Izquierda Unida añade que la proximidad ideológica es evidente, por lo que integrarse en una misma candidatura es lo más normal. “Nuestras reuniones no son de IU o Podemos, son del espacio de la confluencia”, apunta Enríquez para remarcar que en Coín las siglas se han diluido en favor de un “proyecto común”. “Nunca ha habido recelos porque uno u otro partido tuviese más protagonismo” y “tampoco se han establecido cupos”. “Nos basamos por la disponibilidad y la capacidad de las personas, sean del partido que sea”. “En las elecciones pasadas, yo era el número tres de la lista y las dos que me precedieron eran de IU. Soy concejal porque una de ellas renunció por motivos personales”, añade García.

placeholder Los representantes de la confluencia de IU y Podemos en Coín. (Cedida)
Los representantes de la confluencia de IU y Podemos en Coín. (Cedida)

Los dos dirigentes recalcan que “no tenemos elementos en disputa” y que “no va a haber exigencias” a la hora de confeccionar una lista que está pendiente de la posible incorporación de miembros de colectivos afines y otros representantes de la sociedad civil.

La confluencia de Coín parece un “verso suelto” dentro de las complejas relaciones de IU y Podemos en Andalucía, y sus impulsores esperan poder seguir con su “proyecto común”. “No somos un municipio grande”, por lo que “no nos miran con lupa” y eso les permite tener autonomía, “tomar decisiones sin tener conflicto con nuestra propia formación”.

La labor realizada hasta ahora se ha traducido en dos concejales en el Consistorio, unos resultados que Francisco Enríquez espera mejorar en un escenario local en el que también se percibe la polarización. En las pasadas generales, Vox fue la fuerza más votada, aunque en las autonómicas descendió notablemente y fue la segunda elección muy por detrás del PP. Es por esta dinámica electoral por la que, en parte, consideran que la confluencia incrementa sus posibilidades en las urnas.

Foto: Inma Nieto e Irene Montero, en la campaña del 19-J en Málaga

“Mi experiencia política no es muy grande”, explica Laureano, quien no oculta la contrariedad que le provoca ser una excepción en el espacio de izquierdas. “Nuestra voluntad es seguir funcionando tal y como lo estamos haciendo”, solicita, mientras que su compañero resume: “Desde octubre de 2018, no somos Izquierda Unida y Podemos, sino una confluencia”.

Fernando Enríquez reconoce que son muchos los “compañeros” que les preguntan “cómo lo hemos hecho”, y siempre responden “lo mismo”: “Con honestidad, naturalidad, aparcando los egoísmos y con ese puntito de suerte de que no se nos haya incorporado al proyecto nadie especialmente problemático que distorsione la dinámica del grupo”. Coordinador de Izquierda Unida en Coín, este municipio malagueño de la comarca del Guadalhorce, conocido por su famoso tomate huevo de toro y antiguo plató de infinidad de series de Canal Sur, se ha convertido en una ínsula, una aldea aislada dentro de las tensiones que libran la coalición de izquierdas y Podemos de cara a las municipales y autonómicas. Porque en un contexto andaluz de evidente distanciamiento entre las dos siglas, y estrategias de presión electorales, sus representantes en esta localidad han decidido dar continuidad al trabajo iniciado hace cuatro años y han acordado confluir en los comicios locales del próximo mes de mayo.

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