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"Los rusos de Marbella están avergonzados de las acciones criminales de Putin"
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EL 'EMBAJADOR' EN MARBELLA

"Los rusos de Marbella están avergonzados de las acciones criminales de Putin"

Ricardo Sánchez Bocanegra, abogado y gestor administrativo especializado en inversiones rusas en la Costa del Sol, radiografía la situación actual tras la invasión de Ucrania

Foto: Ricardo Sánchez Bocanegra, el pasado viernes en su despacho de Marbella. (Foto: A. R.)
Ricardo Sánchez Bocanegra, el pasado viernes en su despacho de Marbella. (Foto: A. R.)

Ricardo Sánchez Bocanegra es gestor administrativo y abogado. Su despacho está situado al final de la avenida Ricardo Soriano, junto al Pirulí de Marbella y el Palacio de Congresos, y frente a Villa Ángeles, el antiguo Club Financiero de Jesús Gil, que ejercía como ayuntamiento bis en el ‘gilismo’.

Fundador de la Federación de Asociaciones de Residentes Extranjeros (Faecosol), lleva 40 años de carrera profesional. Desde la primera década de los noventa se ha especializado en el mercado ruso. De hecho, es conocido como el ‘embajador’ de Rusia en Marbella, donde residen 2.800 personas nacidas en este país, y objetivo número uno del turismo residencial en la Costa del Sol. En esta entrevista con El Confidencial, radiografía el impacto de la invasión de Ucrania y la guerra desatada por Putin.

PREGUNTA. ¿Cuál fue el primer contacto con los rusos?

RESPUESTA. Desde el principio, me especialicé en asuntos de extranjería porque vi que había falta de oficinas y despachos de abogados que prestaran atención a los extranjeros en cuestiones de permiso de residencia e importación de vehículos. Mis primeros clientes eran británicos y escandinavos. Luego árabes y sudamericanos. Aquí gestionamos desde personas que solicitan permiso de trabajo a las Golden Visa [visado de residencia para inversores] para gente rica. Los rusos, al igual que las ucranianas, estas sobre todo para el servicio doméstico, empezaron a venir a partir de 1995 fundamentalmente para comprar una vivienda de un nivel alto y para pasar aquí temporadas. Otros pidieron el permiso de residencia y se establecieron aquí.

P. ¿Todos sus clientes de este país son millonarios?

R. No, qué va. Ese es uno de los mitos. No solo compran casas grandes, sino de tipo medio en zonas no tan exclusivas de la Costa del Sol, no solo de Marbella, sino de Estepona o Mijas costa.

P. ¿Cuándo empezó a convertirse en una referencia para ese mercado?

R. En la primavera de 1995, 'The Wall Street Journal' publicó un reportaje de Marbella y me llamaron para preguntarme sobre las inversiones rusas. Pocos días después, aparecí en la contraportada de 'El País' diciendo que en Marbella ningún abogado que se precie deja de tener un cliente ruso. La primera vez que fui a Moscú fue en 1996.

"Aquí gestionamos desde personas que solicitan permiso de trabajo a las Golden Visa para ricos"

P. ¿Recuerda su primer cliente ruso?

R. Era originario de Georgia. Empecé a recibir a cada vez más clientes y se corrió la voz. El embajador me invitó a comer en una residencia particular en Puerta del Hierro a raíz de un artículo de una defensa de los rusos que publiqué en 2009. Se llamaba "Carta abierta al embajador de Rusia", donde le sugería una campaña de los rusos para que se mejorara su imagen.

P. ¿En qué momento empezaron a proliferar los rusos en Marbella?

R. En los tiempos de Jesús Gil, aunque no los trajo él. Gil era listo y espabilado, y vio en los rusos una mina, una fuente de ingresos, y mimó a los rusos.

P. ¿Cómo los mimó?

R. Siendo muy amable con ellos, aunque que yo sepa tampoco les dio nada. Mimó más a los árabes. Aceptó regalos como la estatua de Zurab Tsereteli [artista ruso de origen georgiano], ubicada en Puerto Banús, aunque luego la oposición dijo que costó mucho dinero [850.000 euros].

"A mis clientes les compensaba pagarme el viaje a Moscú para hacer las gestiones en el consulado de España"

P. Siempre defendió el turismo residencial, cuando los hoteleros lo veían como un enemigo.

R. Desde la Federación de Asociaciones de Residentes Extranjeros, siempre lo defendí. Luego los hoteleros se dieron cuenta de que no solo no era tan perjudicial, sino que era un pilar básico para la zona en general. Si desaparecieran los extranjeros, habría que considerar la Costa del Sol como zona catastrófica. Y la potencia de la marca Marbella es tan grande que muchos rusos con casa en Estepona o Benahavís piensan que viven en Marbella.

P. El 25% del negocio de su despacho proviene de sus clientes rusos y ucranianos.

R. La competencia ahora es brutal en el campo de los permisos de residencia y extranjeros en general, pero durante muchos años era el único. Empecé a aprender ruso en 2002 y, aunque está feo que lo diga, tengo ahora un nivel alto. A mis clientes les compensaba pagarme el viaje a Moscú para hacer las gestiones en el consulado de España a presentar las solicitudes de permisos de residencia. Ahora esas gestiones se pueden hacer en Madrid y por internet. Desde 1996 a 2016, viajaba una vez cada dos meses.

Foto: Varios turistas disfrutan de un almuerzo en el chiringuito El Náufrago, en Fuengirola (Málaga). (EFE/Daniel Pérez)

P. ¿Qué ha aprendido de la cultura rusa?

R. El ruso clásico o antiguo es hosco, pero para la gente joven esa figura poco a poco está desapareciendo y puede que se extinga. Hoy en día, entre los 30 y 50 años, abundan los profesionales liberales y empresarios que hablan inglés con educación y formas que no tienen nada que ver con las de sus padres y abuelos. Al principio eran hoscos y serios y se reían muy poco. A los rusos les gusta que los españoles nos riamos tanto.

P. ¿Cómo vio la evolución de Moscú?

R. Soy testigo de la evolución de la ciudad. Ha pasado de ser triste, oscura, sucia y hostil a una gran ciudad totalmente europea con edificios perfectamente renovados. Las tuberías estaban por las fachadas… ahora la ciudad está limpia y la seguridad es muy notable. He podido coger el metro sin ningún temor. Moscú es una gran ciudad con las mejores marcas de tiendas y vehículos.

"Lo de la mafia rusa es una tontería como la copa de un pino. Ni yo ni nadie en Marbella tiene constancia de eso"

P. ¿Qué tiene que decir sobre la mafia rusa en Marbella?

R. Eso es una tontería como la copa de un pino. Ni yo ni nadie en Marbella tiene constancia. También dicen que aquí hay mucho oligarca, pero yo tengo la convicción de que no hay. Puede que haya algún mafioso suelto en alguna urbanización, pero no que haya crimen organizado. Llevo 40 años con este despacho y algo sabría. Puede haber un submundo, pero solo lo ven ellos. Si hay algo, no es nada visible, no tenemos la más mínima constancia. Tampoco de lavado de dinero negro, al menos ni más ni menos que en otras zonas turísticas.

P. ¿Están asustados sus clientes? ¿Hay pánico a perder su posición privilegiada?

R. Están avergonzados. Es la palabra que más escucho, y muy indignados con las acciones criminales de Putin. Están todos en contra. No sé si tendrá algún apoyo en Rusia. Con los clientes con los que hablo, todos son de la misma opinión. No se puede estar de acuerdo con las barbaridades. No debería haber invadido Ucrania, están todos en contra: primero por razones humanitarias y porque son hermanos.

P. ¿Conoce a Putin?

R. No, no lo conozco. Estuve en el Kremlin en 2015 invitado por un alto cargo de la ayuda humanitaria, pero no estaba allí. El gran problema es que Rusia es una dictadura, una autocracia, y el que manda es Putin. El que protesta lo lleva claro. Es difícil una evolución democrática. En mis últimos viajes a Moscú noté una normalidad total y absoluta. La gente está muy europeizada. El pueblo está a 1.000 años luz de Putin.

P. ¿Plantea alguna solución?

R. Los oligarcas y los altos cargos que apoyan a Putin deberían darle la espalda y hacerle el vacío. Y entonces, cuando vean la ruina e imagen horrible que están dando, que Putin se vea obligado a dimitir o que lo cesen de alguna manera. La gente está muy asustada.

"Algunos han intentado hacer negocios, pero la mayoría han fracasado. Ya tienen claro que vienen aquí a descansar y disfrutar"

P. ¿Ha percibido huida masiva de capitales?

R. Las principales cuentas de los rusos con intereses en la Costa del Sol están en Rusia o en otros lugares, no en España. Sus ingresos se generan en Rusia. Algunos han intentado hacer negocios, pero la mayoría han fracasado. Ya tienen claro que vienen aquí a descansar y disfrutar. También hay muchas familias rusas que tienen a sus hijos en colegios internacionales, sobre todo británicos. Hay tantos niños rusos que el otro día me decían que un colegio de estos de élite ya no iba a admitir a más niños rusos porque no lo podían asumir. Parecía más un centro educativo ruso que de otra nacionalidad.

“Esto es la guerra de Putin”

P. ¿Es partidario de las sanciones de la comunidad internacional a la Federación de Rusia?

R. No. Habría que buscar una fórmula que no perjudique a justos y pecadores. Ahora mismo estas medidas afectan a todos los rusos. Esto es la guerra de Putin, no es la guerra de los rusos y los ucranianos. Lo ideal es encontrar una fórmula que no afecte a la población, que no tiene nada que ver. Por ejemplo, hablaba el otro día con un padre ruso que tiene a sus hijos matriculados en Marbella en un colegio internacional y dice que al haberse depreciado tanto el rublo no le llegan los números para pagar la matrícula. Es un gran problema que los bancos no aceptan transferencias (y bloquean los fondos) procedentes de Rusia si no se sabe exactamente el origen del dinero.

P. ¿Se ha desplazado en los últimos años el interés inversor de Marbella a Málaga?

R. Mucho. Hay clientes afincados en Marbella que han comprado casa en Málaga. Aunque Marbella es una ciudad internacional, tampoco deja de ser un pueblo. En Málaga hay ahora mismo más vida y actividad.

P. ¿Ve factible que el Hermitage se instale en España?

R. Eso lo veo muy complicado, al menos mientras dure la guerra y esté Putin. En estas negociaciones no he estado implicado, pero para la instalación del Museo Ruso en Málaga me llamó el alcalde Francisco de la Torre y le presenté a la persona clave.

Foto: Una mujer observa uno de los cuadros expuestos en 'Guerra y paz', en el Museo Ruso de Málaga. (A. R.)

P. ¿Debe cerrar el Museo Ruso de Málaga?

R. No creo que este museo deba cerrar. Los que van se quedan encantados. Tampoco creo que De la Torre tuviera que devolver la medalla recibida por Putin. El Museo Ruso es cultura y no hay que mezclar la cultura y el arte ruso con la locura de Putin y la Federación Rusa.

P. ¿Se han perdido inversiones previstas para este año?

R. Algunas promociones inmobiliarias con capital ruso van a peligrar. Y el Brexit y la pandemia tampoco han ayudado. Antes de terminar, por favor, quiero dejar claro un mensaje: no hay que estigmatizar al ruso por el hecho de ser ruso.

Ricardo Sánchez Bocanegra es gestor administrativo y abogado. Su despacho está situado al final de la avenida Ricardo Soriano, junto al Pirulí de Marbella y el Palacio de Congresos, y frente a Villa Ángeles, el antiguo Club Financiero de Jesús Gil, que ejercía como ayuntamiento bis en el ‘gilismo’.

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