Vox sube por primera vez a la tribuna y el PSOE y AA lo esperan a portagayola

A las 10 de la mañana, el diputado Francisco Serrano subirá a la tribuna del hemiciclo andaluz. Será la primera vez que Vox tome la palabra en una institución parlamentaria española. Un juez en excedencia y firme activista contra lo que llama "el terrorismo de género", como se refiere al feminismo, abanderará el discurso de los 12 diputados que han situado a Vox dentro del sistema, con la llave del cambio político en Andalucía.

Serrano ha librado duras batallas personales contra los colectivos feministas, fue inhabilitado por prevaricación en una sentencia de custodia y después rehabilitado por el Supremo. El día antes, aseguró que se había tenido que ir temprano al Parlamento para evitar que le agredieran quienes llegaron a reunir a 3.000 personas. "No se puede permitir que haya una 'kale borroka' a las puertas del Parlamento", lamentó Serrano. Sus adversarias políticas le dieron pronta réplica, anticipando el tono del debate que hoy acogerá la Cámara autonómica.

"Se tendría que lavar la boca para hablar de la sociedad civil", replicó Teresa Rodríguez (Podemos). "Lo que es 'kale borroka' es querer justificar la violencia hacia las mujeres: desgraciadamente, en este país el terrorismo machista se ha cobrado más vidas que cualquier otro tipo de terrorismo, y en estos momentos la extrema derecha viene a justificar esa violencia, quieren blanquearla. Ellos han engañado y han mentido, y ahora que se pongan frente a los ciudadanos y les digan que no quieren proteger la vida de nuestras mujeres", advirtió Susana Díaz (PSOE).

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El PSOE andaluz no mostró preocupación alguna porque a las puertas del Parlamento andaluz se viera una hilera de autobuses con logos del partido en sus lunas delanteras, identificadas las agrupaciones socialistas de municipios de todas las provincias de Andalucía. Dejaron claro, varios dirigentes consultados, que las protestas habían sido convocadas, antes de conocer la fecha de investidura, por los colectivos feministas y que el partido se limitaba a respaldarlas. Ante la pregunta de por qué habían fletado autobuses, aseguraron que ha habido muchas protestas a las puertas de las Cinco Llagas a las que se han sumado dirigentes políticos de todos los partidos y que la demanda de no retroceder en derechos de la mujer y del colectivo LGTBi está más justificada que ninguna. "Ni un paso atrás", advirtieron.

Susana Díaz se estrenará en la oposición, y eso levanta mucha expectación. Desde su equipo, advierten de que actuará ya como jefa de la oposición, que no se dedicará a defender su legado pero sí defenderá a los trabajadores públicos de la Administración autonómica y los entes instrumentales frente a las "falacias" de quienes llegan a la Junta. En el equipo de Díaz están indignados porque se haya comprado la idea de "la administración paralela", que ningún Gobierno responsable, dicen, que conozca mínimamente la Administración por dentro, podría asumir, aseguran.

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Díaz se fajará, dicen los suyos, para "desmontar el paraíso del cambio moderado, conciliador y tranquilo" que quiso abanderar Moreno, recordándole que llega a San Telmo de la mano de la extrema derecha de Vox, que pide "el desmontaje del Estado de bienestar o del Estado de las autonomías". También denunciará su "inconsistencia" política.

Moreno lamentó en su discurso de investidura no haber encontrado "el respeto institucional" que dijo que el PP siempre ha prestado al Gobierno socialista. Díaz tendrá la oportunidad de responder a la oferta de mano tendida que le hizo su sucesor, aunque los socialistas aseguran que si ellos hicieran una oposición como la que hizo Moreno, apuntando a la judicialización de la política y al caso ERE, no le darían ni 100 días de cortesía.

Esa tregua entre Gobierno saliente y entrante ni está ni se la espera. El PSOE lamentó que Moreno hiciera un retrato de una Junta de "redes clientelares" y prácticas corruptas, acusando a los socialistas de "triunfalismo, acomodamiento y conformismo".

En las filas de Díaz lamentaron que el futuro presidente dedicara más tiempo a revisar el pasado y ajustar cuentas con el PSOE que a encarar el futuro. La presidenta saliente defenderá, avisan, los 37 años de gobiernos socialistas en Andalucía y lo hará, recalcan, con la cabeza bien alta. Sostienen que muchas de las denuncias que hace Moreno son "mentira" y que el PP y Cs saben que no van a encontrar esos "reptiles y dinosaurios" que Albert Rivera prevé bajo las alfombras de San Telmo. "Mienten a sabiendas", dijo un importante responsable del actual Gobierno.

Despedida de Rodríguez

Tras el turno de Serrano (Vox), que abrirá el debate y tendrá réplica del candidato del PP a la presidencia del Gobierno, le tocará a Teresa Rodríguez, candidata de Adelante Andalucía. Rodríguez, secretaria general de Podemos y feminista, se despedirá por baja maternal con esta intervención en la que no piensa, ni mucho menos, rehuir su enfrentamiento con la extrema derecha.

En un anticipo, Rodríguez acusó a Moreno de haberse querido quitar "el olor a alcanfor de su acuerdo con la extrema derecha". Este grupo rechaza las rebajas fiscales prometidas por el futuro Gobierno, "un agujero fiscal enorme", y sostienen que mermará la capacidad de inversión en servicios públicos y que pondrá en riesgo, aseguran, derechos sociales.

La líder de Podemos plantará cara a los asuntos más polémicos, como el compromiso de PP y Vox de anular la Ley andaluza de Memoria Histórica. Reprochó a Moreno que mencionara a Machado, Alberti, Lorca o Blas Infante, todos asesinados o represaliados por la dictadura franquista.

El mensaje de Adelante Andalucía quiere salir del hemiciclo hacia la calle, donde avisan de que tendrán su principal baza política esta legislatura. Ahí se encontraran también con el PSOE, que estrena estrategia fuera de las instituciones, donde ha estado las cuatro últimas décadas en Andalucía. Mientras que PP, Cs y Vox critican con dureza la convocatoria de protestas y "escraches" contra la investidura de Moreno a las puertas del Parlamento, Podemos y PSOE, que siguen mirándose de reojo y despreciándose, reivindican el papel fundamental de la sociedad civil y las movilizaciones. Advierten de que seguirán así toda la legislatura y que será la calle el muro contra el que chocará el Gobierno andaluz si trata de rebajar derechos.