El clan de Chaves se atrinchera y se niega a seguir las directrices de la Ejecutiva de Griñán

El grupo de leales a Manuel Chaves en Andalucía, liderados por Luis Pizarro, ya ex consejero de la Junta, se opondrá en las próximas semanas a dos decisiones claves de la Ejecutiva de Griñán: la negativa a que González Cabaña se presente de nuevo como candidato a la presidencia de la Diputación de Cádiz, y la expulsión del ex consejero de Empleo, Antonio Fernández, por su imputación en el caso de los falsos EREs.

 

La guerra abierta entre chavistas y griñanistas -terminología ya al uso en los ambientes políticos andaluces-, ha convertido la provincia de Cádiz en el bastión del vicepresidente tercero del Gobierno, con Luis Pizarro y González Cabaña como cuadrilla de confianza. El primer golpe contra la autoridad de Griñán ha sido el comunicado emitido por Cabaña, como secretario del PSOE en Cádiz, subrayando las virtudes y éxitos en la gestión de Pizarro al frente de la Consejería de Gobernación, que ha sido secundado por algunos alcaldes y por el partido en Almería, otro enclave cada día más díscolo con Griñán.

Cabaña moviliza a los alcaldes

 

Sin embargo, uno de los pasos decisivos de este enfrentamiento tendrá lugar en los próximos días. Cabaña está organizando a los alcaldes de la provincia gaditana para que apoyen su proclamación como candidato a la presidencia de la Diputación, una decisión con la que no está de acuerdo Griñán, que quiere establecer criterios oficiales en el partido para controlar las instituciones provinciales. La Diputación de Cádiz es de hecho la institución que sostiene a todo el aparato de Pizarro y Cabaña y por ende al núcleo duro del chavismo, que tiene su origen en la localidad de Alcalá de los Gazules desde donde extiende sus tentáculos por ámbitos municipales, provinciales e incluso autonómicos.

Cabaña será nombrado candidato a presidente y Griñán se verá de nuevo desautorizado por el chavismo, que está dispuesto “a morir matando”, como aseguraba ayer un político cercano a este núcleo subrayando que Pizarro le había dado plantón a Griñán al no asistir a la toma de posesión de su sucesor en la consejería de Gobernación y Justicia.

Una nueva reunión

La Ejecutiva del PSOE de Cádiz se reunirá esta tarde para organizar su estrategia tras la dimisión de su padre político, el ex consejero de Gobernación y Justicia Luis Pizarro. El encuentro tendrá lugar en el municipio gaditano de Paterna de Rivera y a él acudirán todos los secretarios locales de la provincia.

La reunión ha irritado a la Ejecutiva regional, muy disgustada desde que el líder del PSOE gaditano intentó promover la candidatura del arquitecto Manuel González Fustegueras como alcaldable al Ayuntamiento de Jerez para jubilar a la actual alcaldesa Pilar Sánchez en el ya célebre almuerzo del pollo con tomate celebrado en Benalup-Casas Viejas.

En Ferraz también están que trinan con los movimientos de González Cabaña y Pizarro, 14 años secretario de organización del PSOE andaluz y durante dos décadas ‘cerebro’ electoral de Chaves. “Probablemente la reacción de Pizarro debería haberla meditado dos veces. Creo, honestamente, que se ha equivocado al dimitir”, resalta el vicesecretario general del PSOE, José Blanco.

La intención de González Cabaña es continuar presidiendo la Diputación Provincial de Cádiz y para ello necesita asegurarse el apoyo de los dirigentes locales. Pizarro lo apoya sin fisuras y Griñán busca otro candidato, con mucha más decisión ahora que el secretario general del PSOE gaditano se ha convertido en su íntimo enemigo político, aunque sigan compartiendo las mismas siglas.

Salvar a Fernández

El segundo órdago va a ser más grave y con consecuencias que trascenderán al ámbito federal. José Antonio Griñán, como secretario general del PSOE en Andalucía, ha dado instrucciones para que se expulse del partido al ex consejero Antonio Fernández, una de las figuras claves en el clan de Chaves -Pizarro lo ha llegado a calificar como “un gran amigo”, a raíz de sus problemas con la justicia-, una vez que salga imputado tras la correspondiente declaración ante la juez Ayala por el caso de los EREs.

Ni Pizarro ni Cabaña están dispuestos a ver salir por la puerta del partido a uno de los socialistas históricos, con el que han compartido décadas de trabajo en común en la propia Diputación de Cádiz y en la Junta.

La expulsión de Fernández va a seguir un camino proceloso. La agrupación socialista de Jerez, a la que pertenece el ex consejero, apoyará su expulsión, pues quien la lidera es la alcaldesa y candidata Pilar Sánchez, enfrentada a muerte al González Cabaña. La ejecutiva provincial, que controla el propio Cabaña, la rechazará, y la patata caliente terminará en la Ejecutiva regional, donde Griñán votará la expulsión de Fernández. Si este asunto sigue el camino previsto, el Federal tendría que pronunciarse por primera vez en la batalla entre Griñán y Chaves, con las consecuencias que de ello podrían derivarse en Andalucía.

La importancia de la figura de Antonio Fernández es tal que en la decisión de Pizarro de abandonar la Junta no ha influido sólo el cese del delegado de su consejería en Cádiz, sino el debate que en el propio Consejo de Gobierno se había abierto entre partidarios de cortar de raíz con la herencia de los EREs y sus escándalos con medidas disciplinarias contundentes y quienes, como Pizarro, aludían a la lealtad a la que está obligado el partido con quienes han ejercido cargos públicos.