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La tesis de unas elecciones anticipadas se abre paso entre los socialistas
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La tesis de unas elecciones anticipadas se abre paso entre los socialistas

El PSOE se ha volcado en apoyar al presidente para que no dimita, pero al mismo tiempo baraja las posibilidades de futuro. Ir a unas generales es ahora una opción estimada

Foto: Pedro Sánchez en el Congreso, el día que hizo pública la carta. (Europa Press/Jesús Hellín)
Pedro Sánchez en el Congreso, el día que hizo pública la carta. (Europa Press/Jesús Hellín)
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La mañana se inició con Rodríguez Zapatero en la cadena Ser llamando a los progresistas a la movilización. Respaldó a Pedro Sánchez “ante los ataques de la derecha”, señaló que “la familia es un límite” y recordó las medidas que el gobierno ha tomado en estos años, desde la subida del salario mínimo hasta los “impuestos a los poderosos”, pasando por el reconocimiento del Estado de Palestina. Todo ello para solicitar al presidente que se quede: “Nos merece la pena que estés ahí, pero no por ti, sino por la gente que necesita políticas progresistas y por un orden internacional distinto".

Zapatero retrató el momento del partido socialista en todos los sentidos. Nadie sabe la decisión que va a tomar Sánchez (“no he hablado con el presidente, aunque le ha mandado un mensaje”), pero en lugar de centrarse en especulaciones, lo que se debe hacer es intentar convencer al presidente de que no dimita. Fuentes del partido afirman que esa decisión estaba tomada y que lograron retrasarla unos días para dejar abierto un periodo de reflexión.

Por tanto, lo que toca, más que preparar un plan B por si la dimisión se produce, es transmitir a Sánchez que cuenta con fuerzas de apoyo más que suficientes. La llamada a la movilización de Zapatero, como tantas otras, responde a ese propósito: hay que conseguir que dé marcha atrás mediante una muestra masiva de adhesión. Algunos de los socios, como Yolanda Díaz o Gabriel Rufián ya hicieron explícito ese apoyo anteayer. El principal argumento, y el marco discursivo, ha quedado claramente fijado: hay que defender la democracia frente a la extrema derecha, ya que se está intentando derribar a un presidente legítimamente elegido.

La movilización

En el comité federal del PSOE del próximo sábado debe comenzar a clarificarse el futuro, y será el momento en que los socialistas tendrán que poner iniciativas encima de la mesa. A Sánchez no le basta con que el partido esté de su parte, sino que está midiendo si la sociedad le respalda o no para tomar su decisión. La movilización que demandaba Zapatero tendrá en el comité una continuación, en el que se verá qué clase de activación se promueve.

El propósito de la cuestión de confianza sería convertirla en moción de censura a la oposición

Sin embargo, el apoyo popular no significa mensajes privados de apoyo, 'posts' en las redes y ni siquiera manifestaciones en las calles. Lo decisivo es el respaldo en el Parlamento y, en última instancia, el que le brinden los españoles.

Las opciones, si el presidente permanece en su puesto, pasarían en primer lugar por una cuestión de confianza, hipótesis que se está barajando, pero que pierde fuerza entre las filas socialistas. El propósito real de la cuestión sería realizar una moción de censura a la oposición, pero la efectividad de ese movimiento quedaría empequeñecida si hubiera alguna quiebra en el bloque de investidura (por ejemplo, si Junts se abstuviera) o si Puigdemont pusiera precio al apoyo. Por más que el debate girase sobre los asuntos propuestos por el presidente, lo que se valoraría al final sería la fortaleza y la unión del espacio de investidura. Si el respaldo no está del todo asegurado, quizá sea un movimiento arriesgado en exceso.

El adelanto electoral

La hipótesis que se abre paso con más fuerza en el PSOE es la de una convocatoria electoral adelantada, incluso a finales de julio. No hay que olvidar que es una opción que ya estuvo sobre la mesa, y a la que algunos socios, como el PNV, le dieron cierta credibilidad. El momento podría ser favorable por varias razones.

En primera instancia, como afirma José Pablo Ferrándiz, de Ipsos, porque la aceptación electoral de Sánchez se ha mantenido estable y no ha sufrido penalización: “Más allá de los datos de intención directa de voto que se publican ahora (fuera de periodo electoral), su figura, es decir, los datos referidos a su puntuación, confiabilidad, capacidad de liderazgo y carácter presidenciable, no han variado prácticamente nada en los últimos dos años al menos. Además, el líder de la oposición no está mejor que él en estas cuestiones. El candidato Sánchez tendría opciones”.

Serían unas elecciones convertidas en un plebiscito contra la derecha, lo que permitiría al PSOE acudir jugando la baza del "frente popular"

Una convocatoria electoral con el marco fijado por los socialistas, el de un presidente acosado por la extrema derecha. Como afirma el consultor Andrés Medina, serían unas elecciones convertidas en un plebiscito contra la derecha, lo que permitiría al PSOE acudir a ellas jugando la baza del “frente popular” frente a las fuerzas reaccionarias. La jugada podría salir bien y “llevar al PSOE a convertirse en primera fuerza y conservar así el gobierno”. Para ello, tendría que fagocitar a Sumar, pero el momento de los de Díaz ayuda: las dificultades internas de la formación, la previsible fragmentación tras las europeas y el escaso margen de maniobra que supondría un adelanto electoral, además del declive de fondo de la izquierda del PSOE, facilitarían mucho esa tarea.

Al mismo tiempo, y tras unas elecciones vascas, y previsiblemente unas catalanas, en las que el bloque de investidura saldrá reforzado, esa moneda al aire que implica un adelanto de las elecciones podría caer favorablemente. Este cúmulo de circunstancias favorece que los socialistas valoren cada vez más una posibilidad que entraña cierto riesgo. Y más aún en la medida en que serviría para llevar a cabo una acción de gobierno más decidida.

No sin Sánchez

Sin embargo, nadie en el PSOE tiene claro qué piensa el presidente y qué decisión tomará. Si dimite, la intención socialista sería la de buscar la investidura de María Jesús Montero. Concurrir a unas elecciones sin Sánchez de candidato sería un riesgo grande, por lo que resultaría preferible permanecer en el Gobierno con una nueva figura al frente y manejar la legislatura como se pudiera. Dadas las circunstancias, las dificultades para mantener los equilibrios se incrementarían.

La insistencia de los socialistas en el respaldo a Sánchez proviene también de la convicción de que el escenario sin él al frente sería mucho más complicado. En todo caso, la decisión está en manos del presidente. Pero, más allá de lo que ocurra, lo cierto es que la política española tendrá un antes y un después de la carta.

La mañana se inició con Rodríguez Zapatero en la cadena Ser llamando a los progresistas a la movilización. Respaldó a Pedro Sánchez “ante los ataques de la derecha”, señaló que “la familia es un límite” y recordó las medidas que el gobierno ha tomado en estos años, desde la subida del salario mínimo hasta los “impuestos a los poderosos”, pasando por el reconocimiento del Estado de Palestina. Todo ello para solicitar al presidente que se quede: “Nos merece la pena que estés ahí, pero no por ti, sino por la gente que necesita políticas progresistas y por un orden internacional distinto".

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