Feijóo acusa a Sánchez de "polarizar" y "victimizarse": "Yo esto no lo he visto en mi vida"

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Feijóo no se cree a Sánchez. El líder del PP cargó duramente contra el jefe del Ejecutivo en lo que ve un intento de "victimizarse" y "polarizar" a la sociedad para "activar a su electorado" de cara a las elecciones catalanas y europeas. Este mismo viernes arranca una campaña marcada por un terremoto político sin precedentes. El presidente socialista, a través de una carta publicada por él mismo en redes sociales, dejó la puerta abierta la puerta a abandonar la Presidencia del Gobierno por el "acoso" contra su mujer y convulsionó la arena política.

"Yo esto no lo he visto en mi vida", afirmó Feijóo durante una entrevista en Onda Cero. Verbalizó el asombro que ha desconcertado a todo el partido. Pero también arremetió sin cortapisas contra el jefe del Ejecutivo. "El presidente del Gobierno tiene un problema judicial e intenta trasladar a los partidos políticos la responsabilidad de hacer una oposición, en mi opinión, sensata", lanzó. "Está intentando victimizarse. Decir que es un problema político y activar a su partido de cara a las catalanas y europeas", incidía, al tiempo que insistía en pedir "explicaciones" sobre lo sucedido. "Es un narcisismo impropio de una persona madura", reiteraba.

Los dardos no cesaron. Y Feijóo se atrevió a vaticinar incluso el desenlace de la historia. "El lunes va a decir que después de tantas muestras de apoyo y cariño, y que parar a la derecha y a la extrema derecha, seguirá siendo presidente del Gobierno", azuzaba. Todo el PSOE, incluido José Luis Ábalos o Emiliano García-Page, han arropado públicamente a Sánchez tras la publicación de la misiva. Pero no daba crédito a la "dejación de funciones" en la que Sánchez se había instalado.

El PP ya había exigido oficialmente, a través de su secretaria general, una "explicación razonada" a Sánchez por los "escándalos que le rodean", y lamentaban en este punto que el jefe del Ejecutivo haya apostado por el "victimismo" y la "lástima" para tratar de ocultar tanto la polémica del caso Koldo como el escándalo que afecta a su mujer, y que este miércoles había alcanzado un nuevo cariz con la decisión de un juez de abrir diligencias previas contra Begoña Gómez por tráfico de influencias y corrupción en el sector privado.

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Más allá de la estupefacción, que se extiende a lo largo y ancho de las filas de los populares, la tesis que vence en el partido es que Sánchez busca una especie de "golpe de efecto" para intentar salir indemne de la polémica y, además, apuntalar a Salvador Illa de cara a las elecciones catalanas. Las dudas se despejarán el próximo lunes, cuando el propio jefe del Ejecutivo dará una rueda de prensa para despejar su futuro. Hasta entonces, Sánchez ha cancelado su agenda pública, incluidos los actos de la campaña catalana.

La teoría más compartida entre dirigentes y barones del PP es que Sánchez presentará una cuestión de confianza ante el Congreso de los Diputados para reafirmar su liderazgo al frente del Ejecutivo. Y que caminará hacia ella movido por las muestras de afecto de ministros y militantes socialistas, incluyendo a cargos críticos. "Es una jugada. Si quieres dimitir, dimites", asegura un líder territorial. "Sánchez no da nunca puntada sin hilo. Ahora pulsará al partido y a la sociedad en busca de apoyos que encontrará", afirma otro barón autonómico.

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En el partido no manejan la hipótesis de una dimisión en busca de una salida al Consejo Europeo, lo que implicaría someter a su sucesor a una sesión de investidura. "Sería un problema innecesario al que el partido no estará dispuesto", comenta otra voz popular. Lo que descartan casi por completo es que Sánchez apriete el botón de adelanto electoral, un subterfugio que sólo activaría, en opinión de las fuentes consultadas, si realmente considera que el caso de Begoña Gómez "puede ir a más".

"Es otra de sus estrategias", añade otro dirigente nacional. Pero nadie la vio venir. Y sea o no un golpe de efecto o un órdago real, lo cierto es que el anuncio de Sánchez agita irremediablemente la recta final del ciclo electoral. Las consecuencias aún son imprevisibles. El propio Feijóo llamaba a "no creer" a Sánchez en su intento de "engañar" a la ciudadanía. "¿Me está diciendo que Sánchez es el presidente que más presión ha tenido?", cuestionaba, tras mencionar a Adolfo Suárez o Felipe González, o recordar los "escraches" a la sede de Génova durante el Gobierno de Mariano Rajoy.

Durante la entrevista nocturna en Onda Cero, Feijóo comparaba también lo sucedido con la "presión" a la que, a su juicio, se ha sometido a Isabel Díaz Ayuso por el caso del delito fiscal de su pareja o la polémica de los contratos sanitarios de su hermano. "¿Qué tendría que hacer Ayuso? No cogerse una semana para ver lo que hace, sino un mes", ironizaba.

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Por el momento, algunos dirigentes del PP, como Carlos Mazón o Fernando López Miras, cuestionaron públicamente la "maniobra" del jefe del Ejecutivo. "Más que una carta de amor es una carta en la manga", verbalizó por ejemplo el presidente valenciano. Ayuso guarda silencio, que sí rompió su número dos en el PP de Madrid, Alfonso Serrano. "Mientras nos sacudimos la sorpresa, ahora toca estar atentos al marco discursivo del PSOE y el Equipo de Opinión Sincronizado. Básicamente para no comprarlo", alentaba.

Más allá de los mensajes públicos, en privado el PP es un hervidero por los interrogantes que deja la maniobra de Sánchez y el impacto que pueda tener también para los conservadores en las próximas citas con las urnas, ya que Sánchez, en su misiva, carga de forma directa contra la derecha por poner en marcha "la máquina del fango" contra su entorno personal. En la noche del miércoles, la Policía acordonó la sede del PP en Génova por un aviso falso de bomba. Y la montaña de polarización amenaza con crecer en los próximos días.