Los expresidentes del PSOE también se hartan de Page: "Jamás intenté hacer daño para beneficiarme"

El malestar con Emiliano García-Page se ha desbordado entre los socialistas. No solo ha enervado a la dirección por su compadreo con el PP y por asegurar que el PSOE "se encuentra en el extrarradio de la Constitución", que, tras mantener mucho tiempo la contención, ha acabado por darle réplica. Su actitud y sus palabras han enfadado al resto del partido, que censura que vaya por libre.

Más allá de compartir o no su rechazo a la amnistía o su oposición a los pactos con los independentistas, el rechazo es su manera de ponerlo de manifiesto, sin medir el perjuicio que puede ocasionar a su propia organización. Esto es lo que vino a manifestar esta mañana en los pasillos del Senado el expresidente valenciano, Ximo Puig. "Yo le tengo que decir, es que en mi vida política jamás intenté hacer daño para beneficiarme", defendió.

Puig, que en las últimas elecciones autonómicas mejoró el resultado del PSPV, pero no pudo gobernar por el hundimiento de Compromís y de Podemos, descartó que se deban tomar medidas contra el presidente de Castilla-La Mancha porque "cada uno se expresa como es y demuestra su talante". Y, abundando en la idea de la deslealtad, destacó que "siempre he dicho que lo fundamental es que cada uno adopte el papel institucional que le corresponde y que sea leal con los ciudadanos y con su partido". "Es la base de cualquier relación humana", remachó.

La reflexión del expresidente valenciano es que hay que "saber interpretar el momento político y ser consciente de lo que significa la reconciliación y la concordia en España", en referencia a la ley de amnistía, que Pedro Sánchez asumió a cambio de su investidura. "Siempre he pensado que el interés general está por encima del interés particular", reiteró sobre Page.

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La polémica con el dirigente manchego sigue este jueves muy viva en el partido. La vicepresidenta primera y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, dijo esta mañana que no comparte un plan en el que "la notoriedad se hace a partir de la discrepancia". "No es adecuado", manifestó, que se busque foco "confrontando con las estrategias del Gobierno y del partido". "Cada uno tiene que hacer su propia reflexión", añadió.

El secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, que ayer ya salió a replicar públicamente al presidente de Castilla-La Mancha, comentó hoy que no ha hablado con él y que no tiene intención de hacerlo. Y José Blanco, exministro de Fomento y número tres del PSOE en tiempos de José Luis Rodríguez Zapatero, comentó que Page "estaría mejor callado". El candidato del PSdeG a la Presidencia de la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, también indicó que "la inmensa mayoría" del PSOE no comparte sus palabras sobre el PSOE y la Constitución.

Solo Hereu sale en su auxilio

El Gobierno también se ha visto salpicado por este asunto. El ministro de Industria, Jordi Hereu, fue el único que salió en su defensa, aunque más en el plano personal que en el político. En una entrevista en Antena 3 aseguró que es "un magnífico presidente muy querido por su gente". "Es una persona que libremente expresa sus opiniones y es evidente que yo no coincido con él en algunos análisis, pero esto para mí no disminuye para nada el aprecio personal y la valoración política", sostuvo.

"El PSOE es un partido plural porque es de amplias fronteras", prosiguió, pero recordó que para él, que es catalán y fue alcalde de Barcelona, la agenda del reencuentro que promueve Sánchez, es "un proyecto estratégico fundamental".

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La ministra de Igualdad, Ana Redondo, consideró que lo preferible sería discutir las discrepancias "dentro del partido. "Me parece que este tipo de declaraciones fuera, no es lo que más conviene, ni a Page ni al PSOE". Aunque, al igual que Ximo Puig no contempla ninguna acción disciplinaria: "El socialismo es muy amplio y hay muchos acentos y muchas formas de interpretarlo".

Otro ministro, Fernando Grande-Marlaska, responsable de Interior, a pesar de no tener carné socialista replicó desde Bruselas que "ningún otro partido ha votado siempre a la Constitución ni ha tenido una labor tan importante en su defensa". Plantear lo contrario, aseveró es "desconocer la historia, el presente y el futuro" del PSOE.