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Malestar en Moncloa con Yolanda Díaz: "Tiene a Podemos enfrente con ánimo de venganza"
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Tras perder el decreto del paro

Malestar en Moncloa con Yolanda Díaz: "Tiene a Podemos enfrente con ánimo de venganza"

Podemos tumbó al Gobierno en la primera votación clave de la legislatura. Los socialistas auguran que la guerra con Iglesias les complicará la vida y ven en la vicepresidenta el eslabón más débil

Foto: La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Chema Moya)
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Chema Moya)
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La Moncloa midió este miércoles hasta dónde está dispuesto a llegar Pablo Iglesias en su venganza contra Yolanda Díaz. Los cinco diputados morados consumaron su amenaza y tumbaron el decreto impulsado por la ministra de Trabajo para modificar el subsidio por desempleo. El argumento ha sido que la medida incluía recortes en la ayuda para los mayores de 52 años. La realidad es que, en la práctica, el rechazo de los morados frena, por el momento, el incremento de las cuantías que pretendía la vicepresidenta segunda. En clave política, la lectura que se hace desde Moncloa es que Díaz sale tocada y que su pulso con Iglesias se confirma como una amenaza constante a la frágil mayoría de la investidura. Una nueva grieta. “Podemos solo piensa en la destrucción del Gobierno de coalición”, lamentan fuentes de Sumar.

El llamado clan de Galapagar, que conforman Iglesias, Irene Montero y la mano derecha del exvicepresidente, Juanma del Olmo, se ha puesto como principal objetivo “debilitar de manera constante” al Ejecutivo. La estrategia pasa por infligir derrotas como la de ayer a Díaz y obligar a los socialistas a negociar cada decreto con ellos a cambio del sí de sus cinco diputados. Ione Belarra mantiene abierta una vía de diálogo con el ministro de Justicia, Félix Bolaños, y el secretario de Estado con las Cortes, Rafael Simancas, estuvo hablando hasta antes de la votación con la secretaria de Organización de Podemos, Lilith Verstrynge, para intentar al menos una abstención de los morados.

El cambio de posición era imposible porque se perseguía “humillar” a Díaz, que tampoco estaba dispuesta a dar su brazo a torcer. Bolaños tiene una buena relación con Belarra, que según fuentes del partido no siempre comparte las posiciones de máximos de los de Galapagar. Intentó evitar hasta el final que sus cinco diputados dejasen el grupo de Sumar.

Sí hubo margen en el decreto anticrisis. Podemos logró que el PSOE cediese a tramitar el decreto como proposición de ley para incluir enmiendas que afectan a la limitación de los precios del alquiler y de la subida de los alimentos. También se apuntó el tanto de prorrogar hasta 2028 la suspensión de los desahucios hipotecarios de familias vulnerables. Una de cal y otra de arena será la tónica, según apuntan fuentes moradas.

A Sánchez le incomoda depender de Iglesias, aunque bendijo el veto a Irene Montero

Entre los socialistas, crece la preocupación por la guerra en su ala izquierda. Suben de tono las críticas hacia la líder de Sumar por no haber sabido “manejar” su relación con los morados. “El problema ya no es que no los controle, es que los tiene enfrente con ánimo invencible de venganza”, lamentan desde la bancada socialista, donde consideran que la vicepresidenta sale "tocada" de esta votación. A Pedro Sánchez también le incomoda depender de Iglesias. El presidente ha trasladado en conversaciones privadas que quien fuese su socio de coalición busca derrocarle. El socialista bendijo el veto de la líder de Sumar a Irene Montero como ministra, aunque le aconsejó que les diera un asiento en la bancada azul para evitar que acabasen en el Grupo Mixto.

Al PSOE también llega el “malestar” de otras formaciones dentro de Sumar por el “autoritarismo” de Díaz. Está pendiente la designación de portavoz tras la marcha a la candidatura por Galicia de Marta Lois. Suena el nombre de Íñigo Errejón, que quedó relegado en la configuración del grupo. Hay quienes lo achacan a que el fundador de Podemos espera dar el salto a Bruselas encabezando la lista a las europeas de junio. El nombramiento dará el tono de las relaciones de poder.

El calendario electoral no favorece la pacificación del bloque de la izquierda. En las elecciones gallegas competirán después de que las bases de Podemos votasen no ir en coalición con Sumar tras la orden de Iglesias. La división penalizará, pero Díaz se juega más que Podemos. Si la vicepresidenta segunda no logra representación en su tierra, se debilitará su postura a nivel nacional. En las europeas también apuestan fuerte, con Irene Montero como cabeza de lista. La estrategia es hacer una alianza con ERC y Bildu que se acabe trasladando a las votaciones del Congreso. Si los morados logran uno o dos eurodiputados, recrudecerán su enfrentamiento con la Moncloa.

Foto: Pablo Iglesias y Yolanda Díaz. (EFE/Zipi)

Iglesias está en una operación para relanzar Podemos que pasa por presentarse como el verdadero partido de la izquierda. Radicalizar sus posiciones frente a Sumar, al que caricaturizan como valido del PSOE. La jugada no está exenta de riesgos. La propia Díaz les acusaba de “estar en contra de los parados” y votar con la extrema derecha del PP y Vox. Desde la plataforma, se habla de que los morados se “han metido un gol en propia meta” en su afán de hacer oposición al Gobierno.

En las redes sociales, el excandidato al Ayuntamiento de Madrid por Podemos, Roberto Sotomayor, denunciaba que los de Iglesias habían tumbado un “decreto pionero que mejoraba por primera vez en España los subsidios de desempleo”. ¿Será capaz Iglesias de dinamitar el Gobierno? Como ocurre en el caso de Carles Puigdemont, son cada vez menos los políticos que se atreven con las apuestas. Desde las filas moradas, no descartan nada. Todo dependerá de la fuerza que les den las urnas. “Iglesias ya lo hizo una vez”, recuerdan los que estuvieron junto a él en los inicios del partido.

La Moncloa midió este miércoles hasta dónde está dispuesto a llegar Pablo Iglesias en su venganza contra Yolanda Díaz. Los cinco diputados morados consumaron su amenaza y tumbaron el decreto impulsado por la ministra de Trabajo para modificar el subsidio por desempleo. El argumento ha sido que la medida incluía recortes en la ayuda para los mayores de 52 años. La realidad es que, en la práctica, el rechazo de los morados frena, por el momento, el incremento de las cuantías que pretendía la vicepresidenta segunda. En clave política, la lectura que se hace desde Moncloa es que Díaz sale tocada y que su pulso con Iglesias se confirma como una amenaza constante a la frágil mayoría de la investidura. Una nueva grieta. “Podemos solo piensa en la destrucción del Gobierno de coalición”, lamentan fuentes de Sumar.

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