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Las enseñanzas de la fiesta de La Peza que han ayudado a controlar la 'rave' ilegal de Murcia
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DOS FESTIVALES, UN ESQUEMA

Las enseñanzas de la fiesta de La Peza que han ayudado a controlar la 'rave' ilegal de Murcia

Los víveres limitados de los asistentes y el operativo tipo 'jaula' puesto en marcha por la Guardia Civil, entre otros, son factores decisivos para que el festival acabe, en un desenlace que se antoja inminente

Foto: Varios jóvenes, al inicio de la 'rave' ilegal de Murcia. (EFE/Marcial Guillén)
Varios jóvenes, al inicio de la 'rave' ilegal de Murcia. (EFE/Marcial Guillén)

La rave ilegal de Murcia, que se celebra desde el 31 de diciembre en un circuito de velocidad abandonado de la localidad de Fuente Álamo, vive sus últimas horas. Llega el fin de semana y todo apunta a que los visitantes abandonarán por su propio pie el enclave en cualquier momento, más todavía después de que los organizadores desmontaran este jueves seis de los siete escenarios habilitados.

Las similitudes entre este festival y el celebrado el año pasado, también de forma irregular, en La Peza (Granada), han permitido que las autoridades y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad pudieran aprovechar lo aprendido y replicar el mismo esquema de actuación que ya fue útil.

La jaula policial con la que las patrullas del Instituto Armado han aislado y controlado las entradas y salidas de la rave ya funcionó en el operativo del año 2023 y ha vuelto a conseguir su objetivo, que era doble. Por un lado, evitar que el festival ilegal fuera a más; por el otro, negar a los asistentes el acopio progresivo de víveres que les permitiera el alargar todavía más la fiesta una vez que los suministros que trajeron iban acabándose.

Foto: Dos de los asistentes a la 'rave' ilegal de Murcia se dan un abrazo junto a su furgoneta. (EFE/Marcial Guillén)

La combinación de la jaula que ha encapsulado el festival y los suministros finitos invita a pensar que la concentración se disolverá en las próximas horas. Además, los organizadores, igual que hicieran hace 12 meses, también señalaron que abandonarían el lugar, como tarde, después de Reyes.

Los suministros, clave

El conocimiento del devenir de los acontecimientos en el festival de 2023 ha sido fundamental para enfrentar el operativo en este caso, si bien las fuentes de la Guardia Civil consultadas prefieren diferenciar ambos operativos por muy parecidos que resulten. En este sentido, la Administración y la Guardia Civil eran conscientes de que, antes o después, el festival tendría que detenerse y una de las claves eran precisamente los víveres.

Los allí presentes tendrían alimentos y bebida finitas, que propiciarían el final del festival, igual que ocurre con el combustible que sustenta los escenarios e instalaciones musicales. Este hecho fue decisivo el año pasado en La Peza. En esta clave se entiende que la Guardia Civil valorase que era mejor no intervenir por la fuerza acometiendo un desalojo más violento, siempre que los organizadores cumplieran su palabra y no llevaran el evento más allá del fin de semana.

En este sentido, y con la mayoría de escenarios ya desmontados, no es descartable que la fiesta finalice en cualquier momento y sin previo aviso antes de que se cumpla ese margen temporal establecido por los convocantes.

¿Limpiarán?

El año pasado, una vez que se apagaron los amplificadores y cesó la música, los asistentes al festival empezaron a abandonar la explanada en la que estaban congregados el día 4 de enero, saliendo de allí la última caravana a primera hora de la tarde de la jornada siguiente.

Foto: Varios jóvenes, de entre las más de 5.000 personas que celebran estos días la 'rave' de Fuente Álamo (Murcia). (EFE/Marcial Guillén)

Cuando llegó ese momento, los organizadores implicaron a los asistentes recoger toda la basura que se había generado. La dejaron amontonada y agrupada en bolsas en el punto donde estuvieron más de 140 horas de fiesta. En este caso, una vez que finalice el evento, las autoridades tendrán que valorar el estado en el que queda el circuito de Fuente Álamo.

Actuación preventiva

La Guardia Civil, en una rueda de prensa a mitad de semana, ya señaló que, siempre que no hubiera problemas de orden público graves, o el festival generara importantes molestias a los vecinos de la zona, no se iba a desalojar por la fuerza. No obstante, desde el Instituto Armado advirtieron a los convocantes de que, si no cumplen su palabra y abandonan el lugar durante el fin de semana, comenzarían a barajar la intervención.

Hasta el momento, las patrullas de la Guardia Civil se han limitado a realizar un control preventivo en los accesos del lugar, donde identifican y registran a quienes entran al lugar, ya sea a pie o en vehículos, que también son examinados por si hubiera ocultas sustancias prohibidas. Como expusieron los mandos del Cuerpo que comparecieron ante los medios junto a la delegada del Gobierno, María Dolores Guevara, realizar una intervención de otro tipo, en virtud del estado alterado en el que se encuentran los asistentes hubiera podido generar mayores complicaciones.

No obstante, también ha habido espacio a lo largo de todos estos días para que un político, concretamente Víctor Egío, diputado regional de Podemos en la Región de Murcia, incluso felicitara a los organizadores del festival. A su juicio, la rave ilegal es una “gran oportunidad para promocionar tierras olvidadas”: "Lo único que nos hemos encontrado es a gente con ganas de divertirse, sin molestar y sin hacer daño a nadie".

La rave ilegal de Murcia, que se celebra desde el 31 de diciembre en un circuito de velocidad abandonado de la localidad de Fuente Álamo, vive sus últimas horas. Llega el fin de semana y todo apunta a que los visitantes abandonarán por su propio pie el enclave en cualquier momento, más todavía después de que los organizadores desmontaran este jueves seis de los siete escenarios habilitados.

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