Jenni Hermoso asegura al juez que sufrió un atosigamiento constante tras el beso de Rubiales

La futbolista Jennifer Hermoso ha ratificado este martes ante el magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge que el beso que le propinó el expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, no fue consentido y que posteriormente sufrió un atosigamiento constante por parte de altos cargos de la institución, explican fuentes presentes en su declaración.

El magistrado mantiene imputado a Rubiales por presuntos delitos de agresión sexual y coacciones. El resto de investigados son el exseleccionador del combinado femenino, Jorge Vilda; el director de la Selección masculina, Albert Luque, y el responsable de Marketing de la Federación, Rubén Rivera, quienes supuestamente presionaron a la jugadora durante el vuelo de regreso a España y en el viaje que las jugadoras realizaron a Ibiza.

El magistrado ya apuntaba en una de sus últimas resoluciones a que la investigación está “prácticamente” finalizada y que el interrogatorio a Hermoso sería previsiblemente el “último”, tras lo que tendrá que decidir si existen indicios suficientes para proponer juzgar a alguno de los imputados. A lo largo de las dos horas que ha durado su declaración de este martes, la futbolista no ha cambiado de versión. "Todo queda en manos de la Justicia", ha dicho a la salida del juzgado. "Estoy fuerte".

Fuentes presentes en el interrogatorio explican que el magistrado también ha querido saber si no se dio cuenta de la gravedad de lo ocurrido hasta que fueron pasando las horas, a lo que ella ha respondido de forma afirmativa. La abogada de Rubiales, Olga Tubau, le ha preguntado por su parte si era amiga del expresidente de la RFEF y si tenía su móvil. Hermoso ha negado que la relación fuera de amistad, pero sí ha reconocido que mantenía contacto directo con él por teléfono.

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En cuanto a las supuestas presiones que sufrió para que saliera a defender en público a Rubiales, ha asegurado que estas le provocaron desasosiego y tristeza, alterando el desarrollo normal de su vida. Su hermano, Rafael Hermoso, también señaló el pasado 25 de septiembre ante el juez que él mismo sufrió presiones por parte de Jorge Vilda.​

Ratifica la versión que dio a la Fiscalía

La futbolista ratifica así la versión que dio a comienzos de septiembre ante la Fiscalía. "Me vi con el beso en la boca y ya directamente me bajé a la tarima con mis compañeras", rememoró entonces a preguntas de la fiscal. "En ningún momento fue consentido. No se me respetó ni como jugadora ni como persona".

Según el relato de Hermoso, Rubiales le insistió poco después en que se estaba hablando "mucho" del beso y le intentó explicar "otra vez" la acción. Ya en el autobús, el equipo de prensa de la RFEF le mostró entonces un comunicado para frenar la polémica del beso y "quitar hierro al asunto". "Yo dije: 'Haced lo que queráis", explicó Hermoso a la fiscal. Sobre si se sintió coaccionada por esta clase de presiones, contestó que sí: "Estaba sintiendo como que estaba obligada a hacer algo".

La Fiscalía considera que estos hechos encajan con un posible delito de agresión sexual y otro de coacciones. "La jugadora, así como su entorno más próximo (familia y amistades), sufrió una presión constante y reiterada por parte del Sr. Rubiales y el entorno profesional de este, con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad; sufriendo D.ª Jennifer una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente", sostiene en su querella.