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"La Constitución no se podrá reformar mientras Sánchez tenga estos socios"
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ENTREVISTA A BORJA SÉMPER

"La Constitución no se podrá reformar mientras Sánchez tenga estos socios"

El portavoz nacional del PP asume que la amenaza del independentismo lastra cambios en el art. 49 y la sucesión a la Corona. Afirma no entender a Vox y que en su partido hay "estilos diferentes" de oposición

Foto: Borja Sémper posa para El Confidencial ayer, en la sede del PP de Génova, en Madrid. (S. B.)
Borja Sémper posa para El Confidencial ayer, en la sede del PP de Génova, en Madrid. (S. B.)
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Borja Sémper recibe a El Confidencial en Génova. Enfundado en un traje impecable con corbata verde. El color no es un guiño a Vox, aclara entre risas. Pero termina quitándosela para comenzar la entrevista. Al portavoz nacional del PP no le preocupan las discrepancias con los de Santiago Abascal, aunque no disimula que es un partido al que no entiende. Tampoco pone paños calientes al reconocer que la gestión de los pactos autonómicos con la formación ultraconservadora les perjudicó en la campaña electoral e impidió a Alberto Núñez Feijóo acceder a la Moncloa.

Sus preocupaciones no están hoy en las guerras internas de los partidos. Ni siquiera del suyo. En el centro están los riesgos para la democracia que suponen, en su opinión, los acuerdos de Pedro Sánchez con los independentistas. "El PSOE ha dejado de ser un garante de la Constitución", asegura, mientras enumera las afrentas a la separación de poderes y a la igualdad entre españoles que conllevan esos pactos. Durante toda la entrevista, sobrevuela la idea de la desconfianza hacia Sánchez. Hay disposición a renovar el CGPJ y artículos de la Carta Magna como el que concierne al término discapacitado o la prevalencia del varón en la Corona, pero da por hecho que será muy difícil, incluso imposible: “Sánchez ha decidido quiénes son sus socios. Al PP, ni agua”.

PREGUNTA. ¿No es una anomalía democrática no haber renovado el CGPJ en cinco años?

RESPUESTA. Estamos dispuestos a renovar el Consejo General del Poder Judicial. Por supuesto que sí. Y debería haber sido renovado hace cinco años. Pero hemos establecido cuáles son nuestros criterios. El órgano de gobierno de los jueces tiene que profundizar en su independencia. Y por eso creemos que el modelo actual es un modelo caduco. Tiene que evolucionar a uno en el que los jueces elijan a los jueces. Sobre todo si contextualizamos esta decisión en el momento político actual, en el que interpretamos que lo que quiere el Gobierno es manosear, controlar e influir en las decisiones de los jueces. Necesitamos un CGPJ más despolitizado.

P. Si el PSOE acepta registrar esa reforma en el Congreso, ¿renovarían inmediatamente el órgano?

R. El problema que enfrentamos es que no nos fiamos un pelo de Pedro Sánchez. No nos fiamos nada. Porque su palabra hoy no vale nada mañana. Ya no es solo una cuestión de compromiso. Nos tiene que garantizar que esa reforma se va a producir. ¿Cómo? El mismo día que se renueve el Consejo, debe iniciarse la tramitación parlamentaria de una ley acordada entre PSOE y PP. Pero necesitamos garantías, garantías muy sólidas, muy serias.

P. Más allá del CGPJ, hay otras reformas constitucionales pendientes de un pacto entre PSOE y PP. La reforma del artículo 49 o acabar con la preferencia del varón en la Corona son algunos ejemplos. ¿Cree que hay margen para el acuerdo?

R. No solo no nos fiamos del Partido Socialista, sino que tenemos serios temores con sus socios. Pueden aprovechar cualquier oportunidad para generar ruido y para desestabilizar nuestro modelo institucional. La Constitución no se va a poder reformar mientras Sánchez tenga estos socios. Pero los artículos a los que se ha referido son parte de lo que proponemos, planteamos y defendemos.

"No nos fiamos ni un pelo de Sánchez. Necesitamos unas garantías muy sólidas para renovar el CGPJ"

P. Si el PSOE les llama para abordar estas reformas, ¿qué garantías pedirá el PP para negociar?

R. Que aquellos aspectos que se abordan en esa reforma sean única y exclusivamente los que se reforman. Que no se abran otros debates. En un momento como el actual, con una desestabilización evidente, una polarización política y social palmaria, y unos socios de Gobierno que, entre otras muchas cosas, quieren desestabilizar España, tenemos que ser garantes precisamente de lo contrario. Cualquier paso que demos va a estar presidido siempre por la prudencia, la exigencia de garantías y, desde luego, por la estabilidad institucional.

P. El independentismo parece dispuesto a aprovechar la apertura de la Carta Magna para introducir sus exigencias respecto a celebrar un referéndum de autodeterminación. ¿Cree que Sánchez lo tumbaría, llegado el caso?

R. Lo lamentable es que con este PSOE es lo que nos podríamos esperar. Es lo que han demostrado. Hasta los aspectos más sensibles para el Estado están en tela de juicio. Todo dependerá de los intereses de Pedro Sánchez. Pero esto no es una invención nuestra. Con este PSOE, todo es posible.

P. Más allá del CGPJ o del artículo 49, el PSOE puede necesitar sus votos en múltiples cuestiones. La subida del SMI, las pensiones, los objetivos de déficit...

R. Bueno, el PSOE ya tiene a sus socios, ¿no? Creo que independientemente de lo que haga el PP, esas medidas y otras tantas saldrán adelante porque Sánchez ya tiene a Junqueras, a Puigdemont y al PNV. Sánchez ha decidido ya quiénes son sus interlocutores. Y al PP, ni agua.

P. ¿Pero estarán en el no a todo? ¿O se abren a firmar acuerdos con el PSOE si Sánchez les llama?

R. Feijóo llegó a la presidencia del Partido Popular ofreciendo a Sánchez seis pactos de Estado. Seis. Todos fueron rechazados. Después de las elecciones generales, y teniendo en cuenta el endiablado resultado aritmético, se hizo un nuevo ofrecimiento al PSOE para pactar una legislatura estable, corta o larga, para abordar en conjunto esas grandes reformas. También se rechazó. El problema no es que el PP no quiera pactar. Es que el PSOE ha decidido que cualquier interlocutor en España es válido, salvo el PP.

P. Hoy se celebra el 45 aniversario de la Constitución. ¿A qué amenazas se enfrenta?

R. La Constitución es lo más relevante que hemos hecho los españoles juntos. Y es lo más relevante que deberíamos defender. Hoy, España es un país infinitamente mejor que hace 45 años. Un país en el que se ha evolucionado, y nos ha permitido mirarnos de tú a tú en muchos aspectos sociales, culturales y económicos. Pero todo eso está también en tela de juicio. Algo está fallando, es una obviedad. Y si lo decimos nosotros, somos peligrosos extremistas. Al contrario, la moderación significa defender la Constitución.

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Foto: S. B.

P. Lo que también dicen es que se está rompiendo España. ¿Lo cree de verdad?

R. Hay unos clichés y una voluntad de caricaturizar la posición del Partido Popular que no voy a alimentar. Aquí de lo que se trata es de garantizar nuestro Estado de derecho y la separación de poderes. En la historia democrática, cuando ha habido momentos críticos para España, el PSOE y el PP hemos sido capaces de superar nuestras diferencias y unirnos, como si el Estado tuviera un cinturón de seguridad. Nos poníamos de acuerdo para garantizar esa estabilidad. El gran cambio que ha experimentado la política española es esa transformación del PSOE, avalando el relato independentista. España está hoy más desprotegida porque el PSOE ha dejado de ser un garante de la Constitución.

P. ¿Considera a Sánchez un peligro para la Constitución por sus pactos con el independentismo?

R. Yo no he utilizado esos términos. Creo que lo que nos están demostrando cuestiona la independencia judicial, hablando de lawfare, que es lo mismo que decir que los jueces en España cometen prevaricación o que toman decisiones por impulsos políticos. ¿Esto es un ataque contra la Constitución? Obviamente. Comprar el relato independentista es atacar los principios constitucionales.

"España está hoy más desprotegida. El PSOE ha dejado de ser un garante de la Constitución"

P. Puigdemont amenazó hace unos días a Sánchez ofreciéndose a pactar una moción de censura junto al PP si no cumplía sus acuerdos. ¿Estarían dispuestos?

R. No estamos en escenarios hipotéticos. Ellos están en su propia dinámica, es politiqueo entre Junts y el PSOE. Nosotros no vamos a entrar en ese marco. Sobre hipotéticos futuros, prefiero no entrar en especulaciones.

P. ¿Considera también politiqueo que Vox haya roto con el PP?

R. Yo a Vox no lo entiendo. Un día dicen una cosa, otro día otra. Es difícil hacerles un seguimiento, saber qué es lo que dicen. Yo soy respetuoso con los partidos políticos que atraviesan por circunstancias internas incómodas. Y comprendo que tengan una estrategia política que pasa por buscar su propio beneficio. Lo entiendo y lo respeto. Pero estamos en planos diferentes. Nos importa mucho más la estabilidad del país y ofrecer una alternativa al Gobierno. Vox, la semana pasada, nos acusaba de no tener huevos, hablando en plata. Y resulta que hoy lo que dicen es que el PP no les ayuda en no sé qué. Me da mucha pereza hablar de estas cuestiones.

P. ¿Cuál debería ser, en su opinión, la relación entre PP y Vox en esta nueva etapa? ¿Por qué se niegan a trazar un "frente común", como pide Abascal?

R. Bueno, es que nosotros no estamos obsesionados con la relación con Vox. Estamos obsesionados en acertar con nuestra posición. Nosotros no miramos a otras formaciones políticas para fijar nuestra posición, faltaría más.

P. El problema, quizás, es que gobiernan con Vox en cinco comunidades autónomas y múltiples ayuntamientos.

R. Nosotros no cambiamos en función de dónde hacemos política. Somos iguales en todas partes. Vox querría que fuésemos diferentes. Vox quiere gobernar Vox, y también al Partido Popular. Y ahí se equivocan. La realidad es que hay estabilidad en todos los territorios, los gobiernos funcionan.

P. ¿Cree que por culpa de esos pactos, el PP no está ahora en la Moncloa?

R. Nosotros ganamos las elecciones, pero desde luego no cumplimos con las expectativas. Es una obviedad, y responde a varios factores. Entre ellos, sin duda, no sé si tanto el contenido de los pactos con Vox, pero sí la gestión de cómo lo hicimos. Hemos tomado nota.

"Vox quiere gobernar al PP y ahí se equivocan. Estamos en planos diferentes"

P. En Génova han creado una vicesecretaría de Igualdad, pero en los territorios donde cogobiernan con Vox han eliminado esa área.

R. Pero se siguen haciendo políticas de igualdad. Algunas dependen de los presidentes, y eso es muy relevante. Tienen otros rangos políticos de gestión. Las políticas de igualdad son fundamentales.

P. Ustedes pidieron la expulsión de Irene Montero del Gobierno cuando se aprobó la ley del solo sí es sí. ¿No se plantean hacer lo mismo con los dirigentes de Vox que se salen de las pancartas contra la violencia machista o portan banderas preconstitucionales?

R. Le puedo asegurar que si hubiese una consejera o consejero en un Gobierno del PP que hubiese impulsado una ley como la del solo sí es sí, estaría fuera. No es una cuestión de las manifestaciones que cada partido político tenga derecho a hacer. Estamos en contra, me parece una indignidad que alguien se salga de una pancarta que muestra el dolor ante el asesinato de una mujer. Pero los gobiernos no se juzgan por las declaraciones de sus consejeros, sino por las políticas efectivas que impulsan.

Foto: El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (i), junto al presidente de Vox, Santiago Abascal (d), en el Congreso. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

P. Hace siete años que el PP no actualiza su ponencia ideológica. ¿Adelantarán el congreso ordinario?

R. Estamos en un momento en el que tenemos que hablar poco de nosotros mismos y mucho de España. En estos momentos, el Partido Popular no tiene ninguna incomodidad ni urgencia en abordar nuestra posición ideológica. Los políticos estamos aquí para hacer política, no para hacer batallas internas. El PP tiene una posición clara en materia de igualdad, conciliación, medio ambiente o menores. Y nos negamos a dejar esas banderas a la izquierda.

P. ¿La elección de Cayetana Álvarez de Toledo o Rafael Hernando como portavoces adjuntos representa a ese PP moderado que usted defiende?

R. En España, la moderación significa defender la Constitución, la transparencia o la buena política. Significa decir hoy una cosa y mañana mantenerla. Y ahí estamos todos absolutamente alineados. Me siento cómodo en un partido con perfiles diferentes, en el que hay matices pero sonamos todos como una orquesta. No sobra nadie en un momento como el actual.

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Foto: S. B.

P. Hay diferencias evidentes entre su discurso y el de estos dirigentes.

R. Yo creo que son estilos diferentes, y eso está bien. Hernando tiene una experiencia acreditada y una gran capacidad de interlocución con otras formaciones políticas. No podemos prescindir de él, tampoco de Cayetana ni de ninguno de los 137 diputados. El PP tiene formas distintas de expresarse, pero nos une lo importante.

P. ¿Qué PP debe existir en Cataluña para remontar los resultados?

R. Pues el que están construyendo nuestros compañeros, el que defienden Alejandro Fernández y el resto de su equipo. Es un partido pegado al territorio, con un discurso específico para Cataluña que da respuesta a todos los problemas que tiene la región, no solo los identitarios. ¿Por qué los independentistas y los nacionalistas, allí donde gobiernan, consiguen que no se hable de las cosas del comer? Mire, Cataluña no tiene un problema con España. En todo caso, hay una falta de aceptación de la pluralidad de Cataluña por parte del independentismo. Hay que reconstruir ese proyecto político con una alternativa a mi juicio inmejorable.

P. ¿Cree que esa alternativa debe liderarla Alejandro Fernández?

R. La debe liderar quienes nuestros compañeros de Cataluña decidan. Son los que mejor conocen el territorio y quienes deben tomar las decisiones. Obviamente, Génova está para ayudar.

P. ¿Han resuelto las diferencias públicas que han surgido en los últimos meses entre Génova y la dirección del PP catalán?

R. Yo creo que la ventaja de pertenecer a un partido político y no a una secta te permite tener opiniones matizadas. Aquí no expulsamos a nadie por eso. Y cuando las cosas se hablan y se dicen con honestidad, todo se resuelve. Hoy puedo asegurar que no veo ningún problema entre la dirección nacional del PP y la dirección del PP catalán.

Borja Sémper recibe a El Confidencial en Génova. Enfundado en un traje impecable con corbata verde. El color no es un guiño a Vox, aclara entre risas. Pero termina quitándosela para comenzar la entrevista. Al portavoz nacional del PP no le preocupan las discrepancias con los de Santiago Abascal, aunque no disimula que es un partido al que no entiende. Tampoco pone paños calientes al reconocer que la gestión de los pactos autonómicos con la formación ultraconservadora les perjudicó en la campaña electoral e impidió a Alberto Núñez Feijóo acceder a la Moncloa.

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