Puigdemont hace sudar sangre al PSOE y siembra dudas sobre la fecha de investidura

Carles Puigdemont parece decidido a hacer sufrir al PSOE antes de garantizar sus votos para la investidura de Pedro Sánchez. El plan socialista de cerrar el acuerdo con Junts en estas últimas horas, casi a la vez que con ERC, empieza a naufragar. Fuentes del partido reconocen que el pacto "aún no está" y no se atreven a dar nuevas fechas. "Es complicado hoy", admiten, e "incluso mañana". "Es pronto todavía", resumen, aunque aseguran que se "ha avanzado" y se "evoluciona rápido". "Va minuto a minuto". Las negociaciones proseguirán esta tarde, pero la mañana se ha desarrollado en medio de una gran confusión, con mensajes contradictorios entre la dirección socialista y el expresident.

A primera hora de este viernes, según el PSOE, se produjo un nuevo intento para culminar el pacto, después de que los contactos se atascasen el jueves por un desacuerdo en un "párrafo" del articulado de la ley de amnistía. El secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, que es el responsable de la interlocución con Carles Puigdemont, se encuentra en Bruselas al menos desde anoche. Durante estas semanas de intensas conversaciones, ha abierto un canal de comunicación con él, que permitió la foto conjunta de ambos en la capital belga. La confianza entre las dos formaciones, inexistente en los últimos años, parecía restablecida.

Pero nuevas exigencias de Puigdemont sobre la ley de amnistía —"últimos flecos"—, según el PSOE, demoran la firma. Los socialistas confiaban en poder solucionarlo este viernes. Según apuntaban fuentes del partido, a primera hora se celebró otro encuentro en Bruselas entre Santos y el expresidente. Junts nunca lo confirmó. El PSOE ha matizado más tarde que no existió una reunión, sino que "se han enviado papeles". Se están intercambiando documentos "de ida y vuelta" con el asesoramiento de juristas porque ambas partes de la negociación aseguran que hay asuntos técnicos muy complejos, aunque desde el lado de Puigdemont hacen hincapié también en algunos elementos políticos pendientes.

La información de que el número tres del PSOE y el expresidente habían estado juntos, que Ferraz ratificó, generó una gran controversia porque un grupo de corresponsales españoles se encontraron a Puigdemont en el Parlamento Europeo, con Jordi Turull, secretario general de Junts, y Miríam Nogueras, portavoz en el Congreso, y negaron esa cita. Estaban en una sala de reuniones a pocos metros del despacho de Puigdemont, una habitación con una mesa llena de papeles, pero en la que solamente estaban ellos. No había ni rastro allí del dirigente socialista, pero a las 12.20 horas la dirección del PSOE mantenía que la entrevista entre Santos y Puigdemont "seguía". Finalmente, dos minutos antes de las 13.30, el expresidente abandonó el Parlamento junto con Nogueras y Turull para ir a comer a la Place Luxembourg, frente a la Eurocámara. Anoche ya avisó en un tuit que "siempre hemos dicho que al tratar con el sistema político español todas las precauciones son pocas". "No cambiaremos la prudencia que hemos mantenido por más prisas que algunos tengan", añadió. El lado socialista asegura que no se ponen "plazos ni presión" porque la investidura de Sánchez es "la única posible".

El mensaje que enviaba podía parecer solo presión. La idea de que la competición perenne con ERC llevó a Junts a retrasar el acuerdo para tener todo el protagonismo y dejar claro que la investidura depende, sobre todo, de ellos, estuvo muy presente todo este jueves, cuando se presentó el pacto con ERC y hubo una foto entre Félix Bolaños y Oriol Junqueras mientras la cúpula de Junts se reunía en el Hotel Thon de Bruselas. Pero, aunque oficialmente Junts no informa de las negociaciones, fuentes de este partido incardinan las discrepancias en que el expresident pretende salvar con la amnistía a personas cercanas a él. Fuentes de la negociación aseguran que "no hay nombres" en el texto sobre el que se está trabajando.

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El daño colateral de esa negociación encallada es el retraso en el anuncio de la fecha del debate de investidura de Pedro Sánchez, que se esperaba para este viernes en el Congreso de los Diputados. La intención del PSOE era que Francina Armengol hiciera pública la fecha y su deseo era que el debate se sustanciara entre los días 8 y 9 de noviembre, con la elección en primera votación del presidente en funciones. Esta voluntad no ha cambiado y en Ferraz todavía confían en que el trabajo de negociación de Cerdán dé sus frutos. Todavía tienen tiempo. Fuentes de la presidencia del Congreso admiten que la fecha de la investidura no se ha abordado en la reunión de la Mesa ni en la Junta de Portavoces.

Las fechas del pleno

El Reglamento de la Cámara Baja establece que la convocatoria del pleno debe hacerse con 48 horas de antelación, lo que da margen hasta el lunes próximo a Armengol para llegar al 8 y 9, si se solventan antes las discrepancias con Puigdemont. La presidenta del Congreso tiene potestad para fijar la fecha del debate sin necesidad de que pase por la Mesa o la Junta de Portavoces. Sí es cierto que el debate debe ordenarse, una vez fijada la fecha, en una Junta de Portavoces. Lo lógico es que lo haga en concordancia con el candidato, lo que explica el cambio de planes respecto a la hoja de ruta prevista para este viernes.

Ante esta situación, la Mesa del Congreso sí ha aprobado una resolución para habilitar todos los días que restan hasta el 27 de noviembre, fecha límite para la disolución de las Cortes y la convocatoria de elecciones automática para el 14 de enero si no hay acuerdo. El Reglamento contempla que los plenos se celebran entre martes y viernes, pero, con esa resolución, se abre la posibilidad de que sean también lunes, sábados, domingos y el festivo del 9 de noviembre, día de la Almudena y fecha señalada por los socialistas.

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Esa habilitación da pistas de la intención del PSOE, pero también de la prudencia y de la posibilidad de que los socialistas agoten en tiempo. Todavía deben cerrar el acuerdo con el PNV, EH Bildu, BNG y, sobre todo, el de Junts per Catalunya. Esta es la misión de Santos Cerdán, el principal fontanero de Pedro Sánchez. "Su mano derecha y su mano izquierda en lo orgánico", explica una fuente socialista. El secretario de Organización del PSOE ya se encargó de desbrozar el camino en la normalización de la coalición abertzale que lidera Arnaldo Otegi desde su experiencia en la política navarra. Con Junts hizo lo mismo el pasado lunes en esa foto en las dependencias de los independentistas en el Parlamento Europeo, bajo una foto de una urna en el referéndum del 1 de octubre de 2019.

Las críticas de Page

En medio de esta vorágine, Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, ha defendido que la forma de actuar de Puigdemont busca "humillar al Estado todo lo que pueda". El barón socialista, la principal voz crítica del partido, ha admitido que ERC tiene "una posición más moderada" en contraposición con el expresident de Junts, "del que te puedes esperar cualquier cosa". El dirigente del PSOE ha vuelto a mostrar su rechazo a la amnistía porque considera que los delitos perseguidos por el procés son el resultado de "un atropello constitucional de enorme gravedad". "Y lo que buscan es volver a otro atropello constitucional porque quieren acabar con la Constitución", ha zanjado el presidente.

"La Constitución obliga a la igualdad de todos los españoles. Por tanto, una excepción al principio constitucional de igualdad ante el derecho de todos los españoles tiene que tener alcance y reflejo constitucional. Pero es una tesis personal", ha abundado para explicar su rechazo a la amnistía. Y ha lamentado que la dirección de Pedro Sánchez no consulten. "Es una pena, me podrían consultar un poco más", ha añadido.