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El pueblo de 36 habitantes que ha tenido dos terremotos en una semana: "El último ha sido un calambre"
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NO ES ZONA SÍSMICA

El pueblo de 36 habitantes que ha tenido dos terremotos en una semana: "El último ha sido un calambre"

Los habitantes de Beratón, en Soria, dicen que ya no se asustan por los temblores tras sentir dos movimientos de tierra prácticamente seguidos. No han dejado ningún daño

Foto: Beratón, en Soria, apenas tiene 36 habitantes y ha sufrido dos terremotos en una semana. (Cedida)
Beratón, en Soria, apenas tiene 36 habitantes y ha sufrido dos terremotos en una semana. (Cedida)

"Nada, nada, este segundo terremoto no ha sido nada, ¡apenas un calambre!".

La que descuelga el teléfono es Mari, la encargada del bar de Beratón, un municipio con 36 habitantes en la linde entre las provincias de Soria y Zaragoza, justo a los pies del Moncayo. En este lugar no están acostumbrados a salir en los periódicos. Es el típico pueblo de la España vaciada que en verano tiene mucha vida y que en invierno, en la calle, hay más gatos deambulando que personas. Uno de esos lugares donde el bar es el epicentro de la vida social. Y allí, estos días, el tema de conversación solo es uno: qué está pasando con los terremotos.

Pese a no encontrarse en una zona de tradición sísmica, en este pueblo soriano han sufrido dos movimientos de tierra de cierta entidad en una semana. Ninguno de los dos ha sido grave y tampoco han causado daños, pero el fenómeno ha sorprendido a propios y extraños. El martes pasado, 26 de septiembre, padecieron un fuerte temblor de magnitud 4 que les sirvió para ser portada en la prensa local. Y este martes, tan solo siete días después, la historia se repitió y los sistemas de medición del Instituto Geográfico Nacional registraron otro seísmo, algo más leve, de magnitud 3,1 sobre las 12 de la mañana.

Foto: Un sismógrafo capta un terremoto. (Pixabay)

"El martes va a ser el día de los terremotos", exclama Carmen Lapeña, la alcaldesa, que atiende a El Confidencial entre risas y con una advertencia: "Si es que tampoco hay mucho que contar...". Sin embargo, y al tirarle un poco de la lengua, reconoce que, al contrario de lo que sostiene la encargada del bar, el temblor de esta semana ha sido algo más que un simple "calambre".

"Ella estaría despistada, porque sí que se ha notado bien", exclama jocosa la regidora que, acto seguido, detalla cómo ha vivido el segundo temblor: "Hoy se ha movido el edificio y, para que te hagas a la idea, he notado algo así como si estuviese pasando un camión hormigonera justo al lado", manifiesta. Eso sí, como puntualiza, solo han sido unos segundos: "No te da tiempo a entrar en pánico".

"El de la semana pasada fue mucho más fuerte", insiste la hostelera, que todavía recuerda el estruendo que produjo aquel temblor. "Hizo ¡boooom!", evoca Mari, quien indica que aquel primer temblor pilló al pueblo a la hora del vermú y sorprendió más por el estruendo que por el temblor: "Fue como a las tres y cuarto de la tarde y la verdad es que no nos asustamos mucho ninguno".

Foto: Un sismógrafo capta un terremoto. (Pixabay)

Una vez superada la anécdota del primer temblor, los pocos habitantes de este pueblo siguieron con su vida entre las réplicas del movimiento. Lo que no esperaban era que, justo siete días después, y casi a la misma hora —el de ayer fue a las 12 de la mañana—, el suelo volviera a temblar: “Otra vez…”, suspira Mari al ser preguntada por el primer pensamiento que ha pasado por su cabeza esta mañana con el segundo terremoto.

No es una zona sísmica

Con el historial de esta semana podría parecer que, en otros tiempos, hubiera habido terremotos en este pueblo, pero todo lo contrario. Avanza la alcaldesa de este pueblo soriano que en los últimos años no recordaban ningún temblor similar, y mucho menos dos: "Creo que hubo hace 50 años, otro en 2013". Esta semana, más allá de los dos grandes temblores, han tenido varias réplicas.

En el catálogo de terremotos que ofrece el Instituto Geográfico Nacional, donde están registrados los movimientos de tierra que se producen en todo el territorio nacional, apenas hay rastro de terremotos en este pueblo. En los últimos 20 años, únicamente quedó certificado otro seísmo de magnitud 3,3 y acaecido a gran profundidad el 3 de febrero del año 2013.

"El primer terremoto fue como a las tres y cuarto de la tarde y la verdad es que no nos asustamos mucho ninguno en el pueblo"

Dejando las bromas aparte, la alcaldesa resta importancia a los temblores. "Por suerte no ha pasado nada. Al fin y al cabo, todos son muy breves y no ha habido daños", explica a este diario, poniendo el ejemplo del último: "Yo lo he sentido, porque estaba dentro de un edificio, pero no sé si alguien que estuviera encima de un tractor habrá tenido la misma percepción".

Mañana, a primera hora, Mari volverá a abrir el bar y, conforme los parroquianos se acerquen a tomar el café o a echar la partida, volverán a hablar de terremotos. En el horizonte está el próximo martes. ¿Volverá a moverse la tierra en Beratón? "Da igual, aquí ya no nos asustamos por nada", resuelve la hostelera.

"Nada, nada, este segundo terremoto no ha sido nada, ¡apenas un calambre!".

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