24 horas con el partido que da mítines para 4 personas y puede ser clave en Castilla y León

Coche en marcha, calefacción a 24 grados y GPS listo. Es jueves, son las diez de la noche y hay que llegar a Arenillas, un micropueblo soriano con 47 personas censadas y que linda con Guadalajara. La temperatura baja todavía más conforme el vehículo se adentra en la noche, que en esta ocasión tiene forma de bosques helados plagados de corzos y jabalís que, como advierten los lugareños, todas las semanas provocan algún disgusto. Los animales, en estas vías secundarias, son un problema, ya que se lanzan a la carretera provocando accidentes bastante a menudo. Al final de la ruta, como si estuviera en medio de la nada, aparece el cartel: Arenillas. Son las once de la noche, el termómetro marca 6 grados bajo cero, pero en el frontón de la localidad —no hay un pueblo sin su frontón en Castilla— los ánimos están bastante más calientes.

Unas 50 personas, la mayoría simpatizantes de Soria ¡Ya!, están allí preparadas con sus banderas una hora antes de la pegada de carteles, el rito que descorcha la campaña oficial. Los del pueblo, que ya saben que allí atiza bien el frío, se resguardan en el bar, donde acabarán yendo todos para entrar en calor antes de la medianoche. Los problemas con la cobertura —nada nuevo en la España vaciada— casi arruinan la retransmisión por YouTube del discurso de Ángel Ceña, cabeza de lista del partido soriano, que enciende un poco más a los suyos con una frase de Antonio Machado que le sirve para explicar por qué una plataforma que llevaba 21 años de activismo social se presenta ahora a unas elecciones: "Haced política, porque si no la hacéis, alguien la hará por vosotros y, probablemente, contra vosotros".

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La campaña ya ha empezado y es momento de los gritos de los asistentes, que agitan sus banderas mientras Ceña se afana en pegar el cartel electoral en el frontón. "¡Sí, sí, sí, queremos vivir aquí!" o "Soria ¡Ya!, Soria ¡Ya!" son las más repetidas. Hay euforia. Tanta que, mientras los candidatos se fotografían delante del cartel, uno de los simpatizantes, en lugar de decir eso de "pa-ta-ta", los anima a decir "Ma-ñue-co". Cosas de la exaltación electoral. Una vez que todo quedó bien inmortalizado, llegó el turno de Goyo Sanz. Este anciano es el tercer reserva de la candidatura y uno de los guías espirituales de la plataforma. Enrolado en ella desde su fundación, allá por 2001, todos allí respetan su compromiso por mejorar la vida en Soria y todos le aplauden tras ver el vídeo electoral, que protagoniza, y en el que pide el respaldo de los sorianos para "no desaparecer".

La música épica del vídeo precede al primer acto de campaña, que no tiene el glamour de los grandes mítines en plazas de toros. Son las doce y media de la madrugada y en el salón social del pueblo ya esperan los oriundos. Allí entran los candidatos y comienza el diálogo. "¿Se ha tardado mucho en dar el paso a la política, no?", pregunta uno de los vecinos, que coge la iniciativa de la conversación para insistirles en que peleen por conseguir mejores "infraestructuras y servicios" para que los pueblos funcionen: "Tenéis que llevar, con honradez, estos problemas a las tribunas en las que vayáis a estar".

A la una de la madrugada, se baja el telón. La conversación entre vecinos y candidatos es bastante fluida, pero toca una hora de viaje de vuelta hasta Soria por carreteras que están un poco más peligrosas, si cabe, que a la ida.

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Es viernes y a mediodía toca cónclave en el cuartel general de Soria ¡Ya!, situada junto a la Plaza Mayor de la capital castellana. Se da la circunstancia de que esta plataforma, a la que las encuestas auguran un buen desempeño el 13-F, no tenía una sede como tal hasta poco antes del inicio de la campaña. Como explican sus miembros, todo el trabajo llevado a cabo en los años anteriores, bien para organizar manifestaciones como la de Madrid del 31 de marzo de 2019, o bien para componerse de cara a los comicios, se ha llevado a cabo en una cochera o con reuniones telemáticas.

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Después de aquellas penurias, los pronósticos más optimistas hablan de que pueden llegar a ganar las elecciones en su provincia, desbancar a PP y PSOE, y lograr entre dos y tres procuradores de los cinco que hay en juego en la circunscripción. Ante esa perspectiva, desde la plataforma diseñan una campaña en la que no hay grandes actos y en la que, todos los días, los candidatos se repartirán en dos coches para ir pueblo por pueblo teniendo encuentros informativos con los ciudadanos.

Para la primera mañana de campaña, que cae en viernes, no se había organizado ninguno de estos actos por un motivo tan sencillo como que buena parte de la plataforma tenía que responder a sus responsabilidades laborales. "No somos como los políticos, nosotros tenemos trabajos", presumen varios de ellos. De hecho, los candidatos han pedido vacaciones para emplearse en las rutinas políticas de estos días. Tras la reunión, el esquema del fin de semana está claro.

A las seis menos cuarto de la tarde, un coche azul con un megáfono y una bandera de Soria ¡Ya! irrumpe en Tardelcuende, localidad de tradición resinera con 414 habitantes. Van de avanzadilla anunciando que, unos minutos después, el candidato, Ángel Ceña, estará en el salón de actos del pueblo para verse con todos aquellos vecinos que quieran acercarse. Mientras el coche callejea, en las calles apenas hay gente. Sin embargo, huele a leña, lo que desvela que los vecinos prefieren el calor del hogar que la calle, donde unos niños juegan al fútbol en unas porterías y una niña corre de un lado a otro con su patinete. Un poco más allá, y aprovechando los últimos rayos de sol, un hombre y una mujer reposan en el banco que hay justo delante del bar. Parecen esperar algo. Cuando la dueña del bar abre la puerta, la incógnita queda resuelta. Mejor en el bar que en el mitin.

Con diez minutos de adelanto, Ángel Ceña y Toño Palomar, números 1 y 3 de la lista, aparcan frente al ayuntamiento de Tardelcuende. En buena parte de los pueblos de la provincia, y hasta que la plataforma anunció que iba a ir a las elecciones, se podía ver en lugares preferenciales, como el balcón del consistorio, banderas y pancartas de Soria ¡Ya! Ahora que el colectivo ha entrado en política, los líderes de PP y PSOE han tocado a rebato y esos símbolos han desaparecido. La política es así, ahora son competencia directa.

"No os acojonéis, estéis 4 años o 28, pero no tengáis miedo. ¡Va a ser duro, pero os tenéis que poner una coraza para resistir a los ataques!"

Bandera en mano, ambos ponen rumbo al lugar de la cita. En la calle, ni un alma. Dentro del salón, el trabajador municipal al que le han encargado abrir la puerta. "Pues parece que va a ser en familia", bromea Ceña. Con el paso de los minutos llegan otras tres personas. Dos vecinas y un vecino, que toman asiento. Entonces comienza una charla distendida entre los dos candidatos, estos tres vecinos y el empleado municipal.

Pese a la escasa afluencia, los sorianos que han respondido a la llamada los animan. "Que sí, que lo vais a hacer muy bien", les dice Charo, que acto seguido resta importancia a que no hayan llenado el salón: "Ya sabéis cómo somos los sorianos, no somos mucho de este tipo de actos y además nos gusta que nos lo den todo hecho". "No os acojonéis, luego estaréis cuatro años o 28, pero no tengáis miedo. ¡Va a ser duro, pero os tenéis que poner una coraza para resistir a los ataques!", les exclama otro de los asistentes, al que los candidatos le revelan su objetivo: "Ahora en toda la provincia somos 89.000 personas y la expectativa para 2035 es bajar a 83.000. Pero si al final salimos elegidos y podemos hacer algo para que entonces seamos 93.000, eso sería muy bonito".

Después de una hora de charla, en la que los candidatos y los vecinos se animan entre sí, toca coger el coche otra vez y, ya de noche cerrada, volver a cruzar los pinares. Hay otro acto a las ocho de la tarde en Berlanga de Duero y hay que llegar puntuales. En la plaza de este pueblo (902 habitantes) y junto a su colegiata, espera una furgoneta de época de Soria ¡Ya! desde la que se ofrece café a los (escasos) paseantes. Además, resuena el 'No nos podrán parar' de los Celtas Cortos, toda una declaración de intenciones. Son las siete y media de la tarde.

Y la liturgia se repite. Son las ocho menos diez de la tarde y, tras tomar un cafecito, Ceña y Palomar cogen sus banderas y ponen rumbo al salón social del Ayuntamiento: "Mira [dicen señalando a un bar], igual tenemos que venir aquí a hablar, parece que hay más gente que en Tardelcuende". La sala donde será la charla está en una plaza donde juega un grupo de niños que, al verlos, empieza a corear: "Soria ¡Ya!, Soria ¡Ya!". Ellos no pueden votar, así que el gesto es más simbólico que otra cosa, pero ahí queda. En la sala, ahora sí, los candidatos tienen un auditorio algo más nutrido.

Exponen su proyecto, recogen las peticiones de los asistentes y el primer día de campaña de Soria ¡Ya! termina. Es el momento de hacer una parada en el bar para tomar un merecido refrigerio. Las sensaciones, como confiesan los dos candidatos, son buenas. Son algo más de las nueve de la noche. A las 22.30 llegarán a Soria y solo les quedarán otras dos semanas de campaña. Son conscientes de que habrá días en los que tengan que volver a dar mítines para cuatro personas e incluso entrar pidiendo permiso a los bares, centro neurálgico de los pueblos de la España vaciada, para contar su proyecto a los parroquianos que quieran escuchar. Da la sensación, sin embargo, de que se lo están pasando bien en su camino hacia el 13-F.