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Una empleada de la RFEF confirma al juez que Rubiales la presionó para que desmintiera a Jennifer Hermoso
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EL JUEZ ORDENA EL VOLCADO DE SU MÓVIL

Una empleada de la RFEF confirma al juez que Rubiales la presionó para que desmintiera a Jennifer Hermoso

La jefa de prensa sostiene que mantuvo una tensa reunión con el entonces presidente y otros altos cargos en la que le dictaron la versión que tenía que dar sobre el beso

Foto: Patricia Pérez, jefa de prensa de la Selección femenina de fútbol, a su salida de la Audiencia Nacional. (EFE/Javier Lizón)
Patricia Pérez, jefa de prensa de la Selección femenina de fútbol, a su salida de la Audiencia Nacional. (EFE/Javier Lizón)

La jefa de prensa de la Selección femenina, Patricia Pérez, ha confirmado este jueves al magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge que el ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales la presionó durante una reunión que se alargó más de tres horas para que ratificara por escrito su versión de los hechos y desmintiera a la futbolista Jennifer Hermoso. Fuentes presentes en su declaración explican que Pérez también ha situado en esta reunión a otros de sus superiores y al padre del ya exmandatario, el expolítico del PSOE Luis Manuel Rubiales, quien no tiene cargo conocido en la RFEF.

Tal y como desveló El Confidencial, Pérez sufrió estas presiones en las horas posteriores a la celebración de la victoria en el Mundial, cuando la RFEF emitió un comunicado en el que aseguraba que la futbolista había manifestado durante el vuelo de regreso a España que el beso había sido "un gesto mutuo totalmente espontáneo por la alegría inmensa". Hermoso avisó poco después de que estas declaraciones eran falsas y acusó a la RFEF de "manipulación", tras lo que la jefa de prensa de la Selección recibió una llamada del área de Integridad, entonces dirigida por Miguel García Caba, para que acudiera de forma urgente a la Ciudad del Fútbol de las Rozas.

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Según ha explicado ante el juez, allí mantuvo una tensa reunión con Rubiales y otros de sus superiores. Entre ellos, el propio García Caba, quien también ha comparecido este jueves como testigo. Con la excusa de la investigación interna que habían abierto en Integridad, Pérez sostiene que le llegaron a dictar la versión que tenía que dar para exculpar al entonces presidente y asegurar que la jugadora había autorizado la difusión de esas declaraciones, explican las mismas fuentes. El encuentro se celebró en el despacho de Rubiales y se saldó con un breve texto de menos de dos páginas que permitió archivar automáticamente el expediente de Integridad.

Según ese documento, Pérez consideró que el beso fue "algo anecdótico" y que Hermoso y el resto de jugadoras estaban "pletóricas" después de la final. Sobre las falsas declaraciones de Hermoso, supuestamente dijo: "Ya en el aeropuerto, viendo que la prensa preguntaba por el beso, desde el Departamento de Comunicación se propone a la jugadora sacar unas frases al respecto y, una vez aprobadas por su parte, se remiten a los medios de comunicación".

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La jefa de prensa asegura ahora que ese texto fue fruto de las presiones y refuerza así la imputación de Rubiales por coacciones. "La jugadora, así como su entorno más próximo (familia y amistades), sufrió una presión constante y reiterada por parte del Sr. Rubiales y el entorno profesional de este, con la finalidad de que, públicamente, justificara y aprobara el acto cometido contra su voluntad; sufriendo D.ª Jennifer una situación de hostigamiento, en contra del desarrollo de su vida en paz, tranquilidad y libremente", sostiene la querella de la Fiscalía. Según Pérez, ella misma vivió esas presiones en primera persona.

El juez ordena el volcado de su móvil

Una vez finalizada su declaración, el juez ha acordado el volcado del teléfono móvil de Pérez para reconstruir lo ocurrido durante aquellas horas. El hermano de la futbolista, Rafael Hermoso, que el pasado lunes aseguró al juez que él mismo recibió presiones del exseleccionador femenino Jorge Vilda, también ha acudido este jueves a la Audiencia Nacional para entregar su móvil y ratificar así las coacciones, explican las mismas fuentes. El próximo lunes testificarán a su vez las jugadoras de la Selección Alexia Putellas, Irene Paredes y Misa Rodríguez por el mismo motivo.

Foto: Momento en el que las jugadoras españolas recogen las medallas, justo antes del beso de Rubiales a Jenni Hermoso. (EFE/RFEF).

Rubiales declaró como imputado el pasado 15 de septiembre y su comparecencia se saldó con la prohibición de que pueda acercarse a menos de 200 metros de la jugadora o comunicarse con ella durante la investigación. El expresidente de la RFEF negó haber ejercido presión alguna sobre la futbolista, pero la Fiscalía preguntó por la posible intervención de cinco personas. Entre ellos, el propio Vilda y los directores de la Selección masculina, Albert Luque, y de Marketing de la RFEF, Rubén Rivera, a los que el juez ya ha citado como imputados el próximo 10 de octubre.

La jefa de prensa de la Selección femenina, Patricia Pérez, ha confirmado este jueves al magistrado de la Audiencia Nacional Francisco de Jorge que el ya expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) Luis Rubiales la presionó durante una reunión que se alargó más de tres horas para que ratificara por escrito su versión de los hechos y desmintiera a la futbolista Jennifer Hermoso. Fuentes presentes en su declaración explican que Pérez también ha situado en esta reunión a otros de sus superiores y al padre del ya exmandatario, el expolítico del PSOE Luis Manuel Rubiales, quien no tiene cargo conocido en la RFEF.

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