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Los errores de las encuestas que explican por qué nadie acertó el resultado del 23-J
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Los errores de las encuestas que explican por qué nadie acertó el resultado del 23-J

Los sondeos publicados durante la campaña reflejan una sobrerrepresentación del bloque de la derecha y una infraestimación de Pedro Sánchez. El voto útil al PSOE frente al nacionalismo es una de las claves

Foto: Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, durante el debate a dos en Atresmedia. (Reuters/Juan Medina)
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, durante el debate a dos en Atresmedia. (Reuters/Juan Medina)

El resultado del 23-J ha quedado lejos de lo que señalaban la mayoría de las encuestas durante la campaña. Buena parte de las casas demoscópicas anunciaban una victoria del bloque de la derecha que finalmente no se ha producido. También una caída de Pedro Sánchez que no se ha dado. La noche electoral de este domingo confirma ahora que los sondeos esbozaron una sobrerrepresentación del PP y una infraestimación del PSOE. Los expertos consultados coinciden en el diagnóstico de que ninguno fue capaz de medir con precisión hasta qué puntos los socialistas iban a absorber todo el voto nacionalista, especialmente en Cataluña, y frenar la fuga hacia los populares. Tampoco la reacción a Vox tras sus primeras políticas a nivel autonómico y local.

Las encuestas brindaban al PSOE en torno a 108 escaños, 14 menos que los 122 obtenidos este domingo. Sánchez, que ha hecho gala una vez más de su manual de resistencia, incluso ha mejorado los resultados de las elecciones de 2019, cuando se quedó en 120, y ha pasado del 28% al 31,7% de los votos. Solo el CIS predijo su ascenso, aunque lo disparó hasta una horquilla máxima de 135 representantes. "Los estudios no han recogido con exactitud los movimientos de la última semana y sobre todo la estupenda campaña del PSOE tras el debate con Feijóo y su capacidad de llegar a los jóvenes", declara Isabel Peleteiro, directora general de IMOP-Insights. Esta entidad, referencia de El Confidencial, es quien más ha ajustado el resultado del líder popular, con una horquilla de entre 134 y 142 asientos.

La suma del PP y Vox se ha quedado lejos de las expectativas, con 169 escaños y a siete de la mayoría absoluta. Si bien los estudios publicados hasta este domingo advertían de un escenario más o menos igualado en la comparación de los bloques, el grueso de los sondeos planteaba la victoria de la derecha con claridad, incluso alrededor de los 180 diputados en las previsiones más optimistas. Desde GAD3, la empresa dirigida por Narciso Michavila, reconocen que ponderaron a los populares varios puntos por encima de la realidad, en parte porque no detectaron su agotamiento en la recta final de la campaña.

Foto: Pedro Sánchez se dirige a los votantes del PSOE concentrados en la sede de Ferraz, Madrid. (Reuters/Nacho Doce)

Una de las grandes claves, según las casas de demoscopia consultadas, está en el voto útil al PSOE en Cataluña y el País Vasco. Si bien en el último tramo de la campaña sí se reflejó la tendencia alcista de los socialistas en estos territorios, ninguno supo valorar con precisión el trasvase del voto nacionalista y el crecimiento en los diputados de Sánchez. "El PSOE ha absorbido con gran intensidad al nacionalismo", indica otra de las empresas consultadas, que además destaca un frenazo en el flujo de electores socialistas que se decantaban por el PP.

Andrés Medina, de Metroscopia, considera un factor fundamental que la mayoría de los votantes socialistas que iban a cambiar su papeleta hayan cambiado de opinión. Un extremo que ningún estudio advirtió. "800.000 votantes de Sánchez han venido declarando de manera sostenida en el último año su intención de cruzar el puente bibloquista, pero finalmente algo más de medio millón no lo ha hecho", señala Medina en un informe sobre los resultados electorales. "La desviación de Metroscopia en su estimación de resultados en estas elecciones generales queda explicada por ese medio millón de votantes socialistas que finalmente no ha apoyado a la derecha, contra lo que se preveía", justifica la entidad demoscópica.

Sánchez se alzó en Cataluña como la primera opción, dominando las cuatro provincias, pasando de 12 a 19 diputados y desplazando a ERC del tablero, que cae de 13 a siete representantes en el Congreso de los Diputados. En Euskadi, el PSOE también se elevó como primera fuerza con seis puntos porcentuales más que en 2019, subiendo del 19,3% al 25,3%. En Navarra, por su parte, los socialistas ganaron un representante y destacaron sobre el resto de formaciones con el 27,4% de los sufragios. "El cambio era claro y todos los señalamos, pero no supimos calibrar la cuantía exacta", añade Peleteiro.

Voto reactivo a Vox

Los expertos señalan una segunda cuestión que tiene que ver con el voto reactivo a Vox, que ha impulsado a los socialistas y que tampoco influyó en las predicciones. Si bien las cifras del PSOE se sustentaban al inicio de la campaña en un reconocimiento a su gestión en el Gobierno, la tendencia cambió en el final de la campaña, mutando en una respuesta a las políticas desarrolladas por la formación ultraconservadora en los gobiernos autonómicos y los ayuntamientos donde ha formado coaliciones con el PP, especialmente en materia de igualdad. "Ha habido un voto para evitar las consecuencias de la alianza del PP y Vox", subraya la directora de IMOP.

Foto: El presidente del CIS, José Félix Tezanos. (EFE/Kiko Huesca)

Esta lectura es compartida por otros analistas, que consideran que ha primado una especie de "patriotismo" de partido contra Vox. En Metroscopia destacan el "miedo" a Vox como un elemento clave. Medina señala que el comportamiento del PP tras los pactos en ayuntamientos y gobiernos ha influido de forma determinante, con la consideración de que ha gestionado mal el mensaje tras los acuerdos. "El miedo a Vox ha tenido, a la postre, mucho más peso en su ánimo electoral que la incomodidad política que decían sentir hacia la actuación de Pedro Sánchez", añade.

La realidad es que la derecha tiene imposible gobernar con mayoría absoluta, con Alberto Núñez Feijóo con 136 diputados y la formación liderada por Santiago Abascal con 33 (19 menos que en 2019). El escenario tras este 23-J es de bloqueo y todo queda en manos de JxCAT. La formación liderada por el fugado Carles Puigdemont tiene la llave de la gobernabilidad con un voto a favor de la investidura de Pedro Sánchez o una abstención, al sumar un voto más el bloque de la izquierda.

El fallo de las encuestas no es una novedad. En todos los procesos electorales es habitual que los resultados se desvíen de los sondeos y no coincidan con el escrutinio definitivo, pero lo cierto es que en esta ocasión ha sido mayor que en comicios anteriores. Las empresas consultadas reconocen el desliz y hacen examen de conciencia, aunque también señalan las dificultades para realizar las entrevistas, con problemas para contactar con los ciudadanos por encontrarse de vacaciones. Sea como fuere, la polémica en torno a los sondeos continúa y alimenta la crítica a izquierda y derecha.

El resultado del 23-J ha quedado lejos de lo que señalaban la mayoría de las encuestas durante la campaña. Buena parte de las casas demoscópicas anunciaban una victoria del bloque de la derecha que finalmente no se ha producido. También una caída de Pedro Sánchez que no se ha dado. La noche electoral de este domingo confirma ahora que los sondeos esbozaron una sobrerrepresentación del PP y una infraestimación del PSOE. Los expertos consultados coinciden en el diagnóstico de que ninguno fue capaz de medir con precisión hasta qué puntos los socialistas iban a absorber todo el voto nacionalista, especialmente en Cataluña, y frenar la fuga hacia los populares. Tampoco la reacción a Vox tras sus primeras políticas a nivel autonómico y local.

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