El PSOE se agarra al colectivo LGTBI por el efecto multiplicador de su voto contra Vox

Te estoy amando locamente es una de esas películas que los cinéfilos llaman sleepers, es decir, que tiene un éxito moderado y mayor que el esperado después de un inicio modesto. El retrato de los primeros movimientos en defensa de los derechos LGTBI en la Sevilla de la Transición tiene mucho que ver con la relación que las personas del colectivo tienen con su familia. Y a esos lazos y su efecto electoral se agarra el PSOE en este tramo fial de campaña, como desveló la propia María Jesús Montero en una entrevista en Lebrija TV. La número dos del partido se refiere en ella a los gays y lesbianas que optarán por la papeleta del puño y la rosa después de los pactos que PP y Vox han alcanzado después de las autonómicas y municipales. Pero lo llamativo es que Montero no sólo se refiere a esas personas, sino también a sus familias y su círculo más cercano. El objetivo es aprovechar este efecto multiplicador, según confirman los expertos, para mejorar sus expectativas en los días previos a las elecciones generales de este domingo 23 de julio.

“Tiene todo el sentido”, explica el politólogo Alberto López, uno de los mayores expertos en voto LGTBI en España. Este gaditano es investigador postdoctoral en la Universidad Libre de Amsterdam y alude a la llamada hipótesis del contacto, formulada por Gordon Allport, que tiene que ver con la influencia en la opinión que provoca conocer a alguien con una condición específica. “Lo que más predice el apoyo al colectivo LGTBI es conocer a alguien que lo sea, el apoyo puede llegar a triplicarse”, detalla López. Y eso tiene consecuencias electorales si se tiene en cuenta que lo estudios sobre el voto del colectivo tienen como “principal consenso” es que se trata de un grupo social que vota más a la izquierda.

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Estos estudios, según desgrana López, se llevan haciendo en Europa desde hace un lustro y tienen recorrido en países como Alemania, Países Bajos, España, Francia y Reino Unido. El investigador, además, apunta a que es más correcto aludir al voto de lesbianas, gays y bisexuales, ya que las preguntas suelen dirigirse más a la orientación sexual o el comportamiento sexual que a la orientación de género. “Lo poco que hay sobre el colectivo trans desvela a que su sesgo está todavía más hacia la izquierda”, matiza el politólogo, que desvela que el colectivo LGTBI es más propenso a la participación política porque, por su procesos de socialización, consideran que sus derechos dependen de “lo que ocurre en política”.

Se entiende así la apuesta de los socialistas por implicar a ese colectivo en su intento por remontar las encuestas. Sobre todo con el goteo de noticias como la retirada de banderas LGTBI en ayuntamientos gobernados por el PP con el apoyo de Vox o la eliminación de los bancos de la bandera arcoiris en la localidad madrileña de Galapagar. En Ferraz aseguran que tienen trackings con un buen posicionamiento de los socialistas entre el colectivo en las últimas semanas. Fue un asunto que apareció en el debate a 3 entre Pedro Sánchez, Yolanda Díaz y Santiago Abascal. Y también está relacionado con la gira mediática del líder socialista, que en su incursión en el podcast de La pija y la quinqui se llevó el siguiente apelativo de Carlos Peguer: “tienes el gusto musical de un homosexual deprimido”.

El devenir de la campaña del PSOE además ha jugado a favor de este objetivo de movilizar al colectivo LGTBI. Con Sánchez centrado en los medios, la estrella de los mítines socialistas es José Luis Rodríguez Zapatero, rehabilitado como referente del partido y precisamente valorado por los avances en derechos civiles que se produjeron durante sus mandatos. “A veces el votante de izquierda se vuelve fiel a los partidos que le han conseguido derechos, pero lo normal es que ese efecto se diluya con el tiempo”, señala Alberto López. El PSOE ha sido el principal beneficiario de este fenómeno y la aprobación de la ley de matrimonio igualitario fue muy influyente en la significación del colectivo con el político leonés. Pero el politólogo recuerda que los estudios sobre voto LGTBI apuntan “el voto es más socialdemócrata o más bien verde” en función del país. En Europa occidental, el sesgo suele hacia la socialdemocracia, pero el gaditano pone el foco en el papel de las fuerzas de la “nueva izquierda”, donde se enmarcan Sumar y Unidas Podemos.

La pugna PSOE-Sumar

En esta legislatura el testigo de Rodríguez Zapatero lo ha recibido Unidas Podemos, con Irene Montero a la cabeza por su impulso a la ley trans. También influye aquí el papel de las feministas clásicas del PSOE con Carmen Calvo y sus críticas a la norma como mejor ejemplo. Pero la desaparición de la ministra de Igualdad de los carteles de Sumar ha devuelto el foco a los socialistas gracias a la relevancia que ha adquirido Rodríguez Zapatero. Y es llamativo que el expresidente socialista haya reivindicado a la dirigente morada tras quedarse fuera del proyecto de Yolanda Díaz. La coalición que encabeza la vicepresidenta ha intentado tapar esa vía de agua con el nombramiento de Elizabeth Duval como portavoz en materia de Igualdad y LGTBI. “No tengo yo tan claro que los votantes vean a Yolanda Díaz por delante de Pedro Sánchez en defensa del colectivo”, apunta López, que explica así el ascenso de la escritora y su papel junto a la gallega, que se desenvuelve mejor en asuntos económicos o que se relacionan con su ministerio.

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“En Italia ya se están retirando derechos legales y jurídicos a las madres lesbianas no gestantes”, alerta Duval. La portavoz de Igualdad de Sumar muestra su preocupación por las decisiones que ya se están tomando, pero, sobre todo con “la instalación de un clima social que es más permisivo con el odio y la violencia”. “Hay pronunciamientos que empiezan a quedar impunes con esta derecha envalentonada”, critica Duval, que está “firmemente convencida de que la mayoría de la sociedad no es así”. Lo que sí rechaza es apelar al miedo y apuesta por convertir la “rabia en esperanza” después de admitir cómo pasó gran parte del metraje de Te estoy amando locamente con un "nudo en la garganta" pensando "qué supondría" la pérdida de los derechos conquistados desde los años 70.

El papel de la derecha

La preponderancia del voto de izquierdas en el colectivo LGTBI no significa que no haya personas gays, lesbianas, bisexuales o transexuales que no opten por PP y Vox. Alberto López señala incluso a un fenómeno bautizado como “homonacionalismo” que tiene “cierta penetración” entre hombres gays en Alemania o Países Bajos. En estos países, apunta el investigador, la ultraderecha asocia los derechos LGTBI y de las mujeres con los valores europeos y occidentales, por lo que “asocian la inmigración con el peligro para estos colectivos”.

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“Vox ha jugado un poco esta carta”, admite el gaditano, que está a punto de publicar un paper en la American Political Science Review donde indaga en este fenómeno. Junto con su colega Stuart J. Turnbull, han comprobado que los ciudadanos muestran mas apoyo a las políticas a favor del colectivo LGTBI cuando se exponen al rechazo de personas no occidentales a los derechos de gays, lesbianas, transexuales, bisexuales o intersexuales.

López defiende que el partido de Santiago Abascal es consciente de que el debate LGTBI o del feminismo “divide” al votante de centroderecha. Y que en este nicho de votos influye más la citada hipótesis del contacto. “En la derecha importa mucho más si conoces a alguien del colectivo para volverse proLGTBI”, zanja este investigador de la Universidad Libre de Amsterdam, que admite que es probable que los votantes de centroderecha que reconsideren su voto a opciones de ese espectro ideológico si creen que un gobierno de ese color político puede promover retrocesos para el colectivo.