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SUV 'shaming' o por qué deberías estar preocupado si tienes un coche grande
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ATAQUES POR TODA EUROPA

SUV 'shaming' o por qué deberías estar preocupado si tienes un coche grande

Lentejas en la válvula de las ruedas, pintadas en las lunas… Los ataques de activistas ecológicos se multiplican por el mundo a medida que prolifera la 'ecoansiedad' en los jóvenes

Foto: Uno de los coches vandalizados la semana pasada en Madrid. (Mariposas en el Tubo de Escape)
Uno de los coches vandalizados la semana pasada en Madrid. (Mariposas en el Tubo de Escape)
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El pasado miércoles por la mañana, varios vehículos tipo SUV amanecieron vandalizados en Madrid. Sucedió en los barrios de Salamanca y Chamartín, característicos por sus altas rentas y la presencia habitual de coches de gama alta en sus calles. Los activistas, conocidos como colectivo Mariposas en el Tubo de Escape, escribieron con espray amarillo "1,5 °C", en relación al incremento máximo de temperatura que el planeta puede sostener sin sufrir consecuencias catastróficas.

Se trata del segundo ataque de este tipo que se da en la capital. En marzo, el mismo colectivo actuó en el barrio de Salamanca. "Somos conscientes de que el cambio tiene que empezar por nosotros, pues somos a un tiempo quienes más responsabilidad tenemos en la situación y, a la vez, quienes más medios para transformarnos tenemos", explicaron entonces a El Salto, único medio de comunicación que ha podido hablar con ellos.

Foto: Uno de los leones del Congreso, cubierto con pintura roja después de una acción reivindicativa de Rebelión Científica este jueves en Madrid. (EFE/J.J. Guillén)

Más allá de estos ataques, lo cierto es que el activismo contra los SUV se está extendiendo por todo el mundo. En primavera, varios coches en Clifton, Reino Unido, se encontraron con pintadas en las que podía leerse "criminal climático" o "esta máquina mata niños", algo que también ha sucedido en Ámsterdam, Nueva York, Zúrich o Melbourne. Son nuevos colectivos que se suman en la guerra contra el SUV a los populares Tyre Extinguishers, un grupo multinacional que se ha especializado en protestar desinflando las ruedas de los vehículos. Para ello, introducen una lenteja en la válvula de los neumáticos y se alejan mientras poco a poco pierden presión. Solo el año pasado, los Tyre Extinguisers calculan que actuaron sobre 900 vehículos en 19 ciudades de ocho países.

El SUV, en el punto de mira

"Desconozco quiénes pertenecen a este colectivo, pero sí es cierto que están poniendo el dedo en la llaga. Hay una proliferación de coches enormes muy preocupante", dice Paco Segura, portavoz de Ecologistas en Acción. "A finales del siglo XX, el peso medio de un coche era de una tonelada. Hoy, solo 23 años después, hemos incrementado ese peso medio hasta 1,5 toneladas, un 50% más. Todos los avances en eficiencia energética que hemos conseguido se los han comido estos vehículos tan pesados".

"En consecuencia, aunque los vehículos son mucho más eficientes que en 2000, ahora consumen más gasolina", continúan desde Ecologistas. "Estamos peleando por reducir emisiones y lo estamos consiguiendo en muchos ámbitos, pero no en el transporte privado. Si concebimos el cambio climático como una guerra con muchos frentes, en el de los coches estamos perdiendo".

Según un informe de la Agencia Internacional de la Energía (IEA), los SUV fueron la segunda causa del incremento global de las emisiones de dióxido de carbono durante la pasada década, solo por detrás de las grandes energéticas. En estos momentos, hay más de 200 millones de unidades de este tipo de vehículos en el mundo —por solo 35 en 2010— y, de erigirse en una nación, serían la séptima más contaminante del mundo. Por decirlo de otra manera: los SUV circulando generan más contaminación que países como Canadá o Alemania. Sin contar con el resto de coches, solo los SUV suponen una amenaza para el medioambiente mayor que los sectores de la aviación y el transporte por carretera sumados.

"Nuestro objetivo es hacer la vida imposible a los dueños de un SUV en áreas urbanas"

Samuel es el nombre falso de uno de los activistas climáticos que han participado en las acciones de Tyre Extinguishers. Vive en Londres, tiene 24 años y afirma que sus opiniones pueden no coincidir con las de todo el colectivo. "Ni siquiera hablaría de un colectivo, sino de un grupo heterogéneo de gente joven, más o menos implicada en el activismo climático, que decide actuar en un momento dado", explica a este periódico. "Nuestro objetivo es claro: hacer la vida imposible a los dueños de los SUV en las áreas urbanas. ¡No necesitas un coche tan grande para circular por Londres o Barcelona!", continúa.

Este matiz es importante: la mayor parte de los colectivos distinguen entre los vehículos 4x4 de las zonas rurales, donde consideran que son necesarios, y los coches mastodónticos que invaden las grandes ciudades. "Intentamos causar el menor daño en la propiedad privada, pero siempre molestando. Queremos que tanto el dueño del coche como el resto de los vecinos sepan que está siendo insolidario y contribuyendo al calentamiento global", relata Samuel.

Las acciones ecoterroristas suelen estar más enfocadas a llamar la atención que a provocar daños. Cuando arrojan pintura a un cuadro, siempre hay un cristal de por medio. Cuando pintan un coche, lo hacen con mezclas que se disuelven con agua. Cuando dejan sin aire una rueda, se cuidan de no pincharla. "Queremos que sientan vergüenza, que se den cuenta de las consecuencias de su decisión", dice el miembro de Tyre Extinguishers.

placeholder Uno de los vehículos vandalizados en Bristol, Reino Unido. (Tyre Extinguishers)
Uno de los vehículos vandalizados en Bristol, Reino Unido. (Tyre Extinguishers)

La vergüenza del coche grande

Se conoce como SUV shaming, que puede traducirse como "avergonzar a alguien por tener un SUV", y busca un cambio de mentalidad social. Lo explica Paco Segura, de Ecologistas en Acción: "Cuando ves pasar a alguien con un Porsche Cayenne, piensas que es una persona con un gran estatus, a la que le ha ido muy bien a nivel económico. Y es verdad, pero también puedes ver a una persona tremendamente insolidaria que se ha comprado una máquina de dos toneladas para mover sus 70 kilos. Es un despilfarro absurdo que nos perjudica a todos".

Aunque es una forma de pensar que aún genera gran resistencia en una parte de los ciudadanos, lo cierto es que está calando en las grandes ciudades y en los despachos de los principales fabricantes. Vicent Cobee, CEO de Citroën hasta hace unos meses, considera que la expansión de los vehículos eléctricos traerá el final de los SUV. En primera instancia, porque son demasiado pesados como para añadirles el peso de una batería, pero también por la mala prensa: "Hace cinco años, a una persona que iba a buscar a sus hijos en un SUV se le llamaba padre. Hoy, se le llama terrorista".

Precisamente es en el entorno escolar donde los SUV están peor considerados. Un estudio de la Universidad de Springfield (Illinois) del año pasado, basándose en informes de hospitales tras un atropello, concluyó que los SUV son más seguros para los que viajan en el interior, pero mucho más peligrosos para los demás en caso de accidente. En un supuesto atropello a uno de los niños que salen del colegio, un SUV tiene ocho veces más posibilidades de resultar en un accidente mortal que un modelo sedán.

"Antes ibas a buscar a tus hijos en un SUV y te llamaban padre. Ahora te llaman terrorista"

Es una combinación de tres factores la que dispara la letalidad. El primero es la visibilidad: el conductor de un SUV, al sentarse más elevado, tiene menos capacidad para ver objetos pequeños que estén cerca del parachoques. Influye en la fatalidad, por supuesto, el mayor peso del vehículo, pero también la altura. Al tener ruedas más altas, el punto de impacto en un accidente se desplaza de la cadera, caso de los sedán, al tórax. En el caso de los niños, del tórax a la cabeza.

Más de la mitad son SUV

"Nadie puede negar que los SUV son más pesados que los urbanos y que están de moda", explican fuentes del sector del automóvil. "En estos momentos, más del 50% de los coches que se venden en España son tipo SUV. Son más cómodos que los coches bajos, sobre todo si tienes niños, y, al ser más altos, ofrecen una falsa sensación de seguridad al conductor, porque en realidad todos los coches que se venden en Europa cumplen con los estándares Euro NCAP".

Desde el sector, comparan el Nissan Qashqai con el iPhone en cuanto a impacto en el sector. "Hay un antes y un después con el Qashqai. Como el primer iPhone, una vez vio la luz, lo cambió todo. De repente, la gente empezó a pedir SUV masivamente", continúan. En efecto, el interés comenzó con el Toyota RAV 4 a mediados de los noventa, pero explotó en 2007 con el Qashqai. De los 100.000 SUV que se vendían antes del Qashqai, se ha pasado a unos 230.000 sostenidos durante los últimos años.

"¿Y qué puede hacer un fabricante ante eso? Pues darle al cliente lo que pide con el grado más alto de sostenibilidad posible. ¿Que son más pesados que los utilitarios? Sin lugar a dudas. Pero tampoco podemos olvidar que ahora los vehículos vienen con sistemas de control de estabilidad, defensas de acero reforzado, cruiser control... Todo eso incrementa el peso".

"El Nissan Qashqai es el iPhone de los coches, su lanzamiento lo cambió todo"

Para los ecologistas, es necesario replantearlo todo: "Los SUV son solo una parte de un problema mayor, que es que tenemos que cambiar los esquemas de transporte. En España tenemos 23 millones de coches, o uno por cada dos personas, lo que es una barbaridad, pero es la tónica en los países avanzados. El mensaje que mandamos al resto del mundo, donde la media está en torno a un coche por cada cinco habitantes, es que sigan comprando, que se reflejen en nuestro modelo. Y es imposible, el planeta no podría soportarlo. Hay que ir asumiendo un futuro en el que los coches serán compartidos y se use mucho más el transporte público".

"En el fondo, lo que los ecologistas quieren es una ciudad sin coches", dicen desde el sector del automóvil. "Y es verdad que es algo que se podría conseguir en las principales ciudades, pero no en sus conurbaciones. Dile tú a una persona que vive en Majadahonda o en Cornellà que tiene que moverse en autobús, aunque eso le suponga dos horas más al día en transporte. Y luego, claro, le quitas el teléfono móvil, porque utiliza minerales y tierras raras que se esquilman de África".

El pasado miércoles por la mañana, varios vehículos tipo SUV amanecieron vandalizados en Madrid. Sucedió en los barrios de Salamanca y Chamartín, característicos por sus altas rentas y la presencia habitual de coches de gama alta en sus calles. Los activistas, conocidos como colectivo Mariposas en el Tubo de Escape, escribieron con espray amarillo "1,5 °C", en relación al incremento máximo de temperatura que el planeta puede sostener sin sufrir consecuencias catastróficas.

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