PSOE y PP consuman su pacto: modifican la ley del solo sí es sí y derrotan a Irene Montero

El PSOE y el PP han consumado su pacto para modificar la ley del solo sí es sí en el Congreso de los Diputados, una derrota sin paliativos para la ministra de Igualdad, Irene Montero. Con 233 votos a favor y solo 59 en contra, la Cámara Baja ha avalado la reforma presentada por los socialistas, que la próxima semana obtendrá luz verde del Senado, ante el rechazo de Unidas Podemos y aliados parlamentarios como ERC y EH Bildu. El ambiente era casi fúnebre en el hemiciclo, y solo el PP se levantaba a aplaudir tras la votación, mientras socialistas y morados aguantaban el tipo, en silencio y con gesto serio.

Montero asumió horas antes la derrota política con la reforma de la ley del solo sí es sí. La ministra de Igualdad subía a la tribuna durante el debate de la contrarreforma unilateral formulada por los socialistas, para reconocer que han quedado "en minoría", y para criticar que sus socios pacten con el PP una modificación que la desautoriza, que descafeína su ley estrella y que supone "un retroceso" para los derechos de las mujeres, a su entender. No hubo proyectiles incendiarios al PSOE, no inflamó el verbo —como daban por hecho algunos integrantes de su formación, y hasta en el PP—, pero sí vendió su voluntad de acuerdo, el rechazo del PSOE y su exigencia de destinar recursos para desplegar la norma.

Yolanda Díaz, que estuvo ausente en el debate con el que arrancó la tramitación de la norma, hace casi dos meses y medio, asistía como convidada de piedra. Ya fue criticada por dejar a Montero sola junto a Ione Belarra, y hoy vino a respaldar a los suyos. Junto a ella, la ministra de Justicia, Pilar Llop, a la que Montero reprochó que entregara la redacción de la proposición de ley del PSOE al catedrático Javier Álvarez, que sostiene que el consentimiento "es un teatro". La ministra de Igualdad reclamó a los movimientos feministas que peleen por volver a situar el consentimiento en el centro de la ley, algo que costó "muchos años de movilizaciones", para "volver a escuchar" que el consentimiento "siempre estuvo en el centro". "Es un día triste", afirmó Montero, y así repetían desde su espacio. La número dos de Podemos también alentó al feminismo para que pelee por el modelo que hoy han perdido, y advirtió de que van a "seguir trabajando".

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Se decantó por el "victimismo", como afirman entre las filas del socio mayoritario, asumiendo el fracaso de su ley estrella, pero dejando claro que no contempla dimitir, y que seguirá dando la batalla. El miércoles, en el grupo confederal cohabitaban distintas interpretaciones sobre la estrategia a seguir; algunos dirigentes consideraban que lo más prudente era marcar un perfil bajo, mientras que otros daban por hecho que Montero, que podía intervenir cuando lo deseara, como miembro del Ejecutivo, atacaría con fiereza al PSOE. Fuentes de la dirección morada analizaban que el PSOE habría optado por pactar con el PP con la vista puesta en las elecciones del 28-M, únicamente con intereses partidistas, para distanciarse de Unidas Podemos y de la mayoría de investidura. Ni Montero ni la portavoz de su grupo, Lucía Martín, apuntaron en esta dirección.

De hecho, Muñoz fue más dura que la ministra, pero pronunció un discurso mucho menos bronco que el que dedicó al PSOE en la toma en consideración de la norma. Acusó a sus socios de renunciar a "defender los derechos de las mujeres", para entregarlos a "los reaccionarios", y también consideró que la jornada era "triste" para la democracia. "Hoy se recorta nuestra libertad sexual", "estamos volviendo al modelo de la herida frente al consentimiento". Muñoz reiteraba que no es fácil "probar la violencia en una agresión sexual", que no han "parado de dialogar y de hacer propuestas", para encontrarse con el muro del PSOE.

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"Siempre hemos tenido una voluntad firme de acuerdo, quienes no han tenido voluntad negociadora han sido ustedes"; "Es incomprensible, inexplicable", que el PSOE decida pactar con el PP, decía, "en lugar de con la mayoría feminista". A su entender, lo que subyace es la "voluntad política" del PSOE de "volver al modelo anterior", y por ello "asumen sin tapujos" ponerse de acuerdo con el PP. "Rectifiquen, pacten con la mayoría feminista, no voten con el PP este retroceso", reclamó. ERC y Bildu, dos socios que han ido de la mano de Montero a la hora de presentar enmiendas, criticaban la actuación del PSOE, que no ha aceptado una sola de sus enmiendas a la proposición de ley. No había argumentos novedosos, la Cámara ha debatido sobre el sí es sí en varias ocasiones, y el ambiente de este jueves estaba enrarecido, pero había menos golpes de los que ya se habían dado en otros debates.

Pilar Valluguera (ERC) advertía de que la reforma "introducirá todavía más inseguridad jurídica", y pidiéndole que reflexione sobre el punto de inflexión que supone su alianza con el PP. "El PSOE se alía con el PP, después de decirnos durante tres años que el PP es antifeminista, para modificar una ley impulsada por una ministra de su Gobierno", criticó. Bel Pozueta, portavoz de EH Bildu, espetó al PSOE que se ha "equivocado enormemente", al rechazar sus propuestas y "llegar a un pacto con la derecha". "Era posible", decía, efectuar los "cambios técnicos" en la ley sin desplazar el consentimiento, en lugar de apoyar una reforma que supone "un retroceso". "El PP no está apoyando ninguna reforma feminista".

El PSOE rebaja el pacto con el PP y defiende su "responsabilidad"

La portavoz de Igualdad del PSOE, Andrea Fernández, centró su intervención en tratar de restar importancia al acuerdo de los socialistas con el PP, defender, en contra de las acusaciones de Unidas Podemos, que la reforma sí blinda el consentimiento, y reprochar a sus socios el “ruido” en el proceso de tramitación. “Lamento ver a grupos más centrados en sus relatos que en construir una buena ley”, indicó en referencia a los morados y otros socios parlamentarios contrarios a los cambios propuestos por los socialistas. “Más argumentos y menos ruido”, concluyó en este sentido tras decir echar en falta “responsabilidad” a la hora de abordar el debate.

Desde el PSOE han tratado también de amortiguar el peaje de tener que pactar enmiendas con el PP para asegurar su apoyo a la reforma. “Solo hemos compartido enmiendas técnicas”, argumentó para justificar que “hablaremos con quien sea necesario para arreglar este asunto” y arrojarse el papel de arrastrar a los populares “a posiciones del feminismo”. Con todo, asoció la posición de los populares a un intento de “sacar rédito a un tema tan sensible”.

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Dentro de este supuesto objetivo de Génova, la responsable de igualdad del PSOE hizo referencia al impulso de campañas de polarización y una “obsesión por generar miedo y conflictividad social”. A pesar de estas acusaciones, tras llegar a un acuerdo, remató celebrando el apoyo del PP por sumarse a “grandes acuerdos impulsados por el PSOE” y abordar así la igualdad “desde la construcción de consensos amplios y sólidos”.

Fuentes del Gobierno defienden que el discurso en tribuna de su representante buscaba contribuir a rebajar decibelios respecto a una "situación que ha sido dolorosa para todos", en referencia tanto al choque dentro de la coalición como al "efecto indeseado" de la ley en la revisión de sentencias a agresores sexuales. Respecto al discurso de la ministra de Igualdad, las mismas fuentes entienden que solicitase intervenir, pero se muestran dolidos por la acusación al PSOE de llegar a un "acuerdo involutivo" en materia de igualdad. "Eso es duro", señalan desde la parte socialista del Ejecutivo al considerar que no es cierto.

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Por su parte, el PP ha querido visibilizar con un sonoro aplauso el triunfo de este jueves, al dividir a la coalición. La portavoz del primer partido de la oposición, Cuca Gamarra, ha sacado pecho del papel que ha desempeñado su formación en este cambio legislativo, y se ha congratulado de haber resistido a las "presiones" e "insultos" para mantener a flote la negociación con el PSOE. Como estaba previsto, el PP utilizará la reforma del solo sí es sí como un éxito propio, que explotará de cara a la incipiente campaña electoral. Incluso ha abogado la responsabilidad por la "derogación" de la que fuera ley estrella de Igualdad.

Durante su intervención, Gamarra ha evitado casi en todo momento lanzar dardos contra la autora material de la ley, la ministra Montero. Ha querido centrarse, por el contrario, en Pedro Sánchez, el "verdadero culpable" y el "máximo responsable" de la normativa que ha provocado un goteo de casi 1.000 rebajas de penas a agresores sexuales. El jefe del Ejecutivo, no obstante, se ha ausentado este jueves de un debate que fractura enormemente a la coalición gubernamental. El PSOE inició negociaciones con el PP para modificar una ley cuyos efectos se han traducido en un importante desgaste electoral para los socialistas, una vez constataron que el entendimiento con sus socios morados era imposible. Hoy, la imagen del día era la de un PP inmerso en la celebración, con las bancadas de la coalición enmudecidas, en absoluto silencio.

Desde Huelva, el líder del PP ha cargado también contra Sánchez por ausentarse de la Cámara Baja por "vergüenza", y tirar de agenda para evitar "dar la cara" en un debate de alto voltaje. "Lo denunciamos desde el primer día, y solo ahora el Gobierno se ha sumado a la reforma de la ley del solo sí es sí que el PP presentó en diciembre, pero solo porque le preocupa el daño electoral. El PP ha vuelto a demostrar su responsabilidad", clamaba Feijóo, que no dudaba en señalar al jefe del Ejecutivo. "Si te has equivocado, da la cara, pide perdón, ve al Congreso y vota a favor de la reforma", zanjaba.