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"Nosotras no somos como ella": Podemos remarca la brecha política y personal con Sumar
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Tensión en la izquierda

"Nosotras no somos como ella": Podemos remarca la brecha política y personal con Sumar

La Fiesta de la Primavera de los morados sirvió para que Belarra, Montero e Iglesias arengaran a los suyos y llamaran al cierre de filas. Sostienen que no están "muertos" y muestran abiertamente sus recelos sobre Díaz

Foto: Fiesta de la Primavera en Zaragoza. (EFE/Javier Cebollada)
Fiesta de la Primavera en Zaragoza. (EFE/Javier Cebollada)

Podemos se esfuerza estos días por lucir su sello propio y dejar muy claro que no es lo mismo que Sumar. Ni Más Madrid, ni Compromís, ni ninguna otra fuerza política de izquierdas, frente a las que se considera mucho más "valiente". Tampoco acepta ser "un adorno del PSOE", como recalca Ione Belarra, en un mensaje que supone un dardo a Yolanda Díaz. Los morados celebraron este sábado, en Zaragoza, un evento para lucir músculo, llamar al cierre de filas de cara al 28-M y reforzar su marca ideológica a un mes de las elecciones municipales y autonómicas. “Una manera distinta de hacer política”, es lo que se atribuyen. Podemos no es Sumar, pero sí se necesitan. Y de momento el acuerdo para las elecciones generales se antoja muy, muy difícil.

El pulso entre ambas mantiene su intensidad, y los recelos hacia la vicepresidenta segunda han crecido en los últimos días con la publicación en redes de algunos fragmentos de la entrevista de Jordi Évole a Díaz. "Hay que dejar volar a la gente", es uno de los dardos que Díaz dedica a Pablo Iglesias. En los últimos días, los morados difundieron un vídeo promocional que levantó ampollas en Izquierda Unida, con pullas hacia la vicepresidenta, e incidieron en que en Zaragoza tenían que ser “muchos”. Llamaron a todas sus filas; es ahora. Los morados cifraron en 2.400 el número de asistentes al mitin central, con Ione Belarra e Irene Montero como cabezas de cartel.

Foto: Iglesias, en la Fiesta de la primavera de Podemos en Zaragoza. (EFE/Javier Cebollada)

Comieron bocadillos, bebieron cerveza y vieron a dos mujeres pasear humo morado frente al escenario. “Me encantan las performances, dijo Belarra al verlas. Lo que no le encantan son las afirmaciones de que Podemos está en declive. La misma línea que marcó, poco después, la ministra de Igualdad: "Este muerto está muy vivo". Antes del mitin, en uno de los coloquios organizados ya había hablado Iglesias, avanzando, una vez más, la línea a seguir, y deslizando sus recados a la vicepresidenta.

placeholder Covadonga Tomé con el 'gaiteiro' estrella. (A. F.)
Covadonga Tomé con el 'gaiteiro' estrella. (A. F.)

Era su tradicional fiesta de primavera y era de esperar que el foco radicase en ensalzar su discurso, dejando clara la necesidad de unirse con Sumar que, por lo pronto, ni está ni se le espera. Los morados se ciñen a su posición como partido consolidado, mientras que señalan que la formación de Díaz es más personalista, y le falta “proteína ideológica”, tal y como apuntó Iglesias en un artículo publicado en CTXT el pasado jueves. Las espadas siguen en alto.

A Podemos le crecen los enanos. Fin del acuerdo en Rivas, marcha in extremis en Cádiz y por separado en Ferrol, por citar algunos. Folklore aparte, la aparición estelar de un señor con una gaita explica el conflicto con su equipo en Asturias. El músico acompañaba a Covadonga Tomé, la candidata que ganó las primarias, pero que no se alineaba con la posición oficial del partido, y que mantiene una batalla con la cúpula de Belarra. Se plantó en Zaragoza para pedir una reunión con la secretaria general morada con la que ha intentado tener “llamadas” de las que no obtuvo respuesta. Nadie mencionó oficialmente a Asturias en la fiesta. Esto, sumado a la elección del candidato a la alcaldía de Langreo, aumenta el ruido en la región. Rafael Palacios fue elegido en una asamblea en la que solo se podía votar sí o abstención.

Foto: José María González, Kichi, en el Ayuntamiento de Cádiz. (EFE / Román Ríos)

Al acto también acudieron candidatos autonómicos de Canarias, Baleares o Madrid. Y todos celebraron la ley de la vivienda, la gran victoria política de los morados. "Que no os confundan con electoralismos", advirtieron a los militantes. Que el foco mediático recaiga, en parte, en Díaz, no sienta bien; más aún teniendo en cuenta la pelea de Belarra con esta cuestión desde antes, incluso, de convertirse en secretaria general del partido. A quien sí elogiaron fue a Bildu y a ERC, por su esfuerzo por sacar adelante la norma a pesar de las idas y venidas del partido socialista.

Podemos no es Sumar. Y al Magariños no fueron, como sí se acercaron Ada Colau, Joan Ribó, Rita Maestre o Mónica García. La gallega está agrupando al resto de partidos de la izquierda con un discurso soft que dista mucho, precisamente, de la filosofía de Podemos. Los de Belarra reivindican la “rabia”, la “valentía”, la “fuerza”; el espíritu del militante clásico. Apelaron directamente a ellos en varias ocasiones. El fiel de Podemos sigue gritando “sí se puede” y “no a la guerra”, pero más bajito.

Foto: Yolanda Díaz y Pedro Sánchez. (EFE/Mariscal)

Quienes sí se dejaron ver en la capital aragonesa fueron los líderes de En Común Podem, Jaume Asens y Jéssica Albiach, en un intento de mantenerse en la línea de Ione Belarra. De cara a las elecciones de mayo, los morados tienen acuerdo con otras formaciones (IU, Equo, Más País, Alianza Verde) en 10 de 12 comunidades autónomas. Y, a nivel municipal, se presentarán en unos 1.500 municipios, 1.300 en coalición con Izquierda Unida. "Hemos actuado con generosidad. La cabeza de lista en ciertas comunidades es para IU en aras a favorecer a la unidad", señalan fuentes del partido.

Podemos se esfuerza estos días por lucir su sello propio y dejar muy claro que no es lo mismo que Sumar. Ni Más Madrid, ni Compromís, ni ninguna otra fuerza política de izquierdas, frente a las que se considera mucho más "valiente". Tampoco acepta ser "un adorno del PSOE", como recalca Ione Belarra, en un mensaje que supone un dardo a Yolanda Díaz. Los morados celebraron este sábado, en Zaragoza, un evento para lucir músculo, llamar al cierre de filas de cara al 28-M y reforzar su marca ideológica a un mes de las elecciones municipales y autonómicas. “Una manera distinta de hacer política”, es lo que se atribuyen. Podemos no es Sumar, pero sí se necesitan. Y de momento el acuerdo para las elecciones generales se antoja muy, muy difícil.

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