El presidente del Senado marroquí corrige, entre presiones, que haya que "liberar" Ceuta y Melilla

“Donde dije digo, digo Diego”. El presidente de la Cámara de Consejeros (Senado) de Marruecos, Enaam Mayara, desmintió el lunes por la noche haber disertado, el fin de semana en Rabat, sobre España recalcando que era necesario “liberar” las “ciudades ocupadas” de Ceuta y Melilla. Lo hizo en una declaración al diario digital Goud.

Mayara se desdijo después de que, a lo largo del día, toda la prensa marroquí, especialmente la más afín a las autoridades, arremetiese con dureza contra él por sus comentarios sobre las relaciones hispano-marroquíes en una reunión con mujeres de su partido, el nacionalista Istiqlal, que forma parte de la coalición gubernamental. La cita se organizó para celebrar el año de la reconciliación con España tras 15 meses de crisis y tan solo unos días antes de que Pedro Sánchez comparezca en el Congreso para, entre otras cosas, dar explicaciones sobre la relación con Marruecos, lo que está previsto para el 19 de abril.

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Quizá también a Mayara se le dio un toque discreto en las últimas horas desde la Casa Real como ha sucedido con otros políticos, el último de ellos el islamista Abdelilá Benkirane, que se pronunciaron sobre algunos aspectos de la política exterior de Marruecos. Esta es competencia exclusiva del rey Mohamed VI, que puede delegar en su ministro de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, y que aspira, por ahora, a preservar la buena relación con España.

De “diarrea mental” tacha las palabras de Mayara el diario digital Barlamane que dirige Mohamed Khabachi, exdirector de comunicación del Ministerio del Interior. “¿Quién le animó a meterse en estos peligrosos juegos diplomáticos?”, se pregunta este periódico afín a Interior. “Solo está prestando un servicio, no sabemos si gratuito o pagado, a los enemigos de Marruecos, especialmente a Argelia y Francia”, responde. Le faltó poco para tachar a Mayara de traidor.

Marruecos está permanentemente enfrentado con Argelia y atraviesa una profunda crisis con Francia desde el verano de 2021. Estos dos países, da a entender Barlamane, intentan sabotear la buena relación que Marruecos mantiene con España desde que, hace ahora un año, el presidente Pedro Sánchez se alineó con la solución que propugna Rabat para resolver el conflicto del Sáhara Occidental sorteando el referéndum de autodeterminación pactado en 1991.

“Esta incursión de un alto representante del Estado en un ámbito reservado al rey [la política exterior] ha suscitado la indignación de la prensa española y ha molestado al jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, y a su Ejecutivo, que multiplican los gestos amistosos hacia Marruecos”, señala Maghreb Intelligence, publicación especializada en temas de seguridad. Sánchez no reaccionó a las palabras de Enaam Mayara, pero sí lo hizo la ministra de Defensa, Margarita Robles. "Ceuta y Melilla son tan españolas como Zamora o Palencia y no hay nada más que discutir sobre ese tema", afirmó el lunes.

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Enaam Mayara ha “rozado incluso el delito de lesa majestad al abordar la política exterior del Reino, que es un ámbito reservado al soberano”, denuncia Hespress, el diario más leído del país. “El hombre ostenta responsabilidades de Estado que debería de tener en cuenta porque sus declaraciones comprometen al Reino”, pero él no es competente para hacerlas, concluye.

Esta práctica unanimidad en la prensa de Marruecos embistiendo contra el presidente del Senado demuestra que, desde Rabat, se ha considerado que sus palabras podían, no tanto perjudicar a la relación con España, pero sí poner en aprietos a Sánchez con su oposición de derechas y el ala minoritaria de su coalición de Gobierno.

“Con esta salva de disparos mediáticos contra Mayara se ha querido, probablemente, evitar al presidente ese mal trago dándole argumentos para replicar a sus críticos”, comenta un diplomático marroquí jubilado.

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Enaam Mayara sostuvo el viernes pasado que “la comunidad marroquí en España debe de ser vista como un instrumento de presión y de apoyo capaz de influir en la política exterior de ese país amigo” para que, desde dentro, defienda los intereses de Marruecos. Recordó, además, que las ciudades autónomas estaban “ocupadas” y era necesario “liberarlas”, pero no por las armas, sino recurriendo al diálogo.

Pese a las críticas unánimes contra Enaam Mayara, sus reflexiones ante las mujeres de su partido son compartidas por gran parte de las autoridades de Marruecos. Cuando el Gobierno español ha hecho múltiples concesiones para poner fin a la crisis diplomática, que desató Rabat en diciembre de 2020, esos responsables marroquíes consideran, sin embargo, que no es el momento de decir en voz alta aquello que muchos piensan por lo bajo.