406 en Madrid, cero en Galicia: el mapa de la Administración muestra cómo funciona España

Recientemente, un tuit viral acompañado de un mapa mostraba la adjudicación de plazas de las oposiciones de 2019 al Cuerpo de Gestión de la Administración del Estado en el que se veía el gran desequilibrio entre unas regiones y otras. Un cuerpo clasificado como A2 que requiere formación universitaria y que realiza una actividad administrativa de nivel intermedio y alto en la organización del Estado. No son la élite, pero sí colaboradores de cierta importancia.

Un simple vistazo bastaba para contemplar las grandes diferencias entre regiones. La capital, donde se concentran la mayoría de instituciones del Estado, recogía 406 de las 582 plazas. Barcelona era la segunda provincia que más concentraba (27), seguida por Baleares (15), Las Palmas de Gran Canarias (11), Santa Cruz de Tenerife (10) y Navarra (8). Los comentarios eran previsibles: "Es lo que pasa cuando está en Madrid hasta la Dirección General de Marina"; "Por cosas como las que cuenta el tuit urge la desconcentración del Estado"; "Madrid es una isla"; "¿Sigue siendo centralista el Estado español? Vean, lean y juzguen ustedes".

Entre los comentarios del artículo, destacaban los de los propios opositores, que lamentaban que trabajar en la Administración del Estado te obliga o bien a migrar a la capital o bien a haber nacido allí. Uno de ellos es Álvaro Rosales Fernández, un opositor leonés de 26 años, que explica que dejó dichas oposiciones porque, "investigando, descubrí que más del 80% de las plazas eran siempre en Madrid, porque allí están los ministerios, y los puestos técnicos de la Administración General del Estado van a los ministerios".

El 20% restante, lamenta, "solo sirve para trabajar en subdelegaciones o delegaciones del Gobierno [de la Administración periférica] y en el Fogasa". Rosales finalmente decidió tirar la toalla, porque se dio cuenta de que las posibilidades de progresar dentro de su provincia eran muy limitadas, "tanto de cara a promoción interna [cuerpos TAC y técnico de Organismos Autónomos] como a jefaturas de servicio [las más importantes están en los ministerios de Madrid]".

"La Administración del Estado español es pequeña y con poca capilaridad"

Pero ¿es tan obvio ese centralismo, teniendo en cuenta que las comunidades tienen sus propias estructuras e instituciones con su sistema de oposiciones? "Se trata de más de 600 plazas, lo que hace pensar que se están recuperando las plazas no convocadas en años pasados", matiza Jorge Domingo Crespo, profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

"El análisis de ese mapa es diferente si se analiza la Administración General del Estado como una organización desconectada del conjunto de administraciones de España", prosigue. "Si lo hacemos así, es lógico pensar que se trata de una Administración muy centralizada en Madrid, que es donde se encuentran las sedes de los órganos constitucionales y donde se ubican las sedes de los servicios centrales de los ministerios".

Como explica el coordinador del área de Función Pública Estratégica del Instituto Complutense de Ciencia de la Administración, con la excepción del Ministerio de Defensa y las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, "la Administración del Estado español es relativamente pequeña, y muy centrada en Madrid y con una escasa capilaridad en el territorio, pues las delegaciones y subdelegaciones del Gobierno tienen poca entidad cuantitativa, ya que la mayoría de las políticas prestacionales (especialmente Sanidad y Educación) han sido transferidas a las comunidades autónomas".

Para el profesor, aún más preocupante es "la sobrerrepresentación en los altos cuerpos de personas procedentes de unas pocas comunidades autónomas (especialmente de Madrid)" y que, como indica refiriéndose a algunos estudios, "puede multiplicar por tres y cuatro los que les corresponderían por peso demográfico", al mismo tiempo que se infrarrepresentan "las regiones mediterráneas (matizable en el caso de Andalucía)". Esto "avisa de que la diversidad territorial de la Administración General del Estado es muy mejorable, y que la homogeneidad territorial y socioeconómica de sus integrantes permite discutir la afirmación de que es la Administración de todo el Estado".

Cuatro de cada cinco, en Madrid

"Si coges un mapa del AVE, el resultado es igual: está diseñado para entrar y salir de Madrid, no hay ninguna línea que lo circunvale, ni el eje mediterráneo ni el cantábrico", añade Amadeo Fuenmayor, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Valencia y coautor del informe Madrid: capitalidad, economía del conocimiento y competencia fiscal. "Es en lo que poníamos el acento en el informe: en España hay un efecto de capitalidad brutal".

La concentración en Madrid de trabajadores de ministerios es de un 80%

El trabajo ponía datos a esa sensación que tienen millones de españoles que viven fuera de sus centros de poder. "En España, los empleados en los ministerios ascienden a 93.300 personas, de los que 37.446 ocupan puestos en los servicios centrales", señala el informe. El resto de trabajadores de ministerios se encuentra en los servicios periféricos que se prestan en los territorios o en el exterior. La concentración en la Comunidad de Madrid de los empleados en los servicios centrales de los ministerios es casi del 80%, y supone un volumen de empleo público que asciende a 29.271 empleados.

Entre las instituciones que destaca el informe y cuya sede está en Madrid se encuentran: el Instituto de Salud Carlos III (873 empleados), la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (529), la Oficina de Patentes y Marcas (489), el Consejo de Seguridad Nuclear (422), la Comisión Nacional de Mercados y la Competencia (403), la Comisión Nacional del Mercado de Valores (426) o las sedes de las entidades gestoras de la Seguridad Social. "En total, suman 28.042 efectivos, que con sus familias representan un contingente demográfico de unas 75.000 personas y el 37,4% del total de empleados en servicios y unidades centrales de los organismos públicos dependientes de la Administración del Estado".

"España se ha descentralizado mucho con las comunidades autónomas, pero la parte estatal no se ha descentralizado nada", añade Fuenmayor. "Para mí, es un error, porque es una manera de favorecer las derivas independentistas, porque las comunidades no sienten que el Estado pertenezca a todo el territorio español, sino a Madrid, lo que refuerza la concentración del sector privado". Los altos funcionarios de una cualificación más elevada saben que para encontrar plaza tendrán que marcharse a Madrid.

El profesor de la Complutense matiza esa sensación de afrenta territorial. "La ausencia de destinos en algunos lugares (por ejemplo, Galicia) no significa forzosamente que el Estado discrimine a Galicia, sino que habría que conocer cómo le habían afectado las ofertas públicas de empleo de años anteriores, así como si se había producido con carácter previo un concurso de traslados para cubrir las presumibles vacantes que se han tenido que producir". O que en años anteriores se hubiesen convocado más plazas o que se hayan cubierto a través de "la movilidad interna de personas que ya formaban parte de la Administración". Aspectos que matizarían la aparente rotundidad del mapa.

"Hay mucho más mercado en las instituciones de Madrid que en las comunidades"

Fuenmayor recuerda, sin embargo, que las plazas en las comunidades, "en según qué ámbitos, son mucho más limitadas". "En la Inspección de Hacienda, a lo mejor hay 100 veces más plazas en la agencia estatal que en la Agencia Tributaria valenciana, por lo que la capacidad de elección de los opositores es muy limitada", añade. "Hay mucho más mercado en Madrid".

Una rareza no tan rara

Si pudiésemos pintar un mapa semejante de países de nuestro entorno, ¿el resultado sería la misma? "La situación es similar en países en los que existe una fuerte descentralización política del poder (por ejemplo, Bélgica o Canadá), aunque siempre depende de las funciones que se haya reservado el nivel nacional de gobierno en la gobernanza de cada Estado", valora Crespo, que recuerda que por lo general las competencias del Estado se centran en "las llamadas funciones de soberanía (defensa, orden interior, Justicia, acción exterior y Hacienda/economía)".

El caso francés, con el que España suele compararse, es muy distinto, ya que "las regiones francesas no gozan de autonomía política, y el Estado sigue siendo el garante de los principales servicios públicos, por lo que su Administración desconcentrada es muy extensa, cuantitativa y cualitativamente". "Lo que no impide que también haya una cierta sobrerrepresentación de los destinos en la región parisina, pero en un grado no parangonable con el nuestro", añade. Portugal e Italia son países más semejantes al nuestro.

Para Fuenmayor, el modelo en el que deberíamos fijarnos es Alemania. "Alemania es muy federal y puede ser una referencia para España: por ejemplo, los tribunales federales no se localizan en la capital", explica. "En España, todos los tribunales (el Supremo, el Consejo General del Poder Judicial, etc.) están en Madrid". Uno de los motivos es histórico, ya que en la Alemania dividida, Bonn y Fráncfort tenían un gran peso. La Unión Europea también tiene una estructura muy descentralizada, con un gran reparto de sedes en ciudades como Bruselas, Fráncfort o Estrasburgo.

"¿Por qué no está el Ministerio de Sanidad en Zaragoza y el de Consumo en Galicia?"

Puestos a repartir las instituciones por toda España, ¿por cuáles habría que empezar? "Lo más sencillo es empezar por las agencias y los grandes organismos autónomos", valora el profesor de la universidad valenciana. "Por ejemplo, la Oficina de Patentes española está en Madrid, pero la europea se encuentra en Alicante, porque a nivel europeo tienen más clara la importancia de situar los organismos en distintos países. Seguiría con los ministerios: ¿por qué no está el de Sanidad en Zaragoza y el de Consumo en Galicia?".