Sánchez exhibe la garantía de la "paz social" frente a la "fractura en la calle y territorial" del PP
El presidente del Gobierno marca la pauta de la campaña en el último Comité Federal antes del 28-M: confrontar el modelo del PSOE "para proteger a las mayorías" contra una derecha que se "inclina ante los poderosos"
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El secretario general de los socialistas y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha centrado este sábado la apertura de un Comité Federal enfocado únicamente en clave electoral para trazar la línea maestra de su campaña: confrontar el proyecto del PSOE con el del PP. La conquista de derechos y libertades para las "mayorías", que resume el lema "gobernar para la gente", frente a una derecha que ha dibujado como sinónimo de "recortes" y brazo político de los "poderes económicos". En esta línea, ha insistido en mostrarse como garantía de la "paz social", echando la vista atrás desde 2018, frente a la fractura social y territorial durante los anteriores gobiernos populares. Fruto, según reivindicó, de una respuesta a las crisis encadenas por la pandemia y la posterior guerra de Ucrania basada en subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), las pensiones, las becas o una reforma laboral que contrapuso a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios provocada por la anterior del PP.
No hizo analogías con la situación que se vive en Francia, con un elevado conflicto social por el retraso de la edad de jubilación, pero sí el primer secretario general del PSC, durante su intervención a puerta cerrada. Salvador Illa, según fuentes de su entorno, felicitó al ministro de Seguridad, José Luis Escrivá, por el texto de su reforma y aseguró que "basta mirar al país vecino para darse cuenta del alcance de lo que estamos haciendo".
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"Paz social", por tanto, como repitió hasta en tres ocasiones, frente a las movilizaciones en la etapa de Rajoy, con huelgas generales de trabajadores y sectoriales de estudiantes y otras protestas. En un tono más mitinero que de un secretario general dirigiéndose al Comité Federal, Sánchez volvió a enseñar sus colmillos contra los "poderes económicos" para remarcar su independencia de ellos frente a un PP más condicionado por defender sus intereses privilegiados. A la cita no han acudido, por diferentes motivos, los barones de Aragón (Javier Lambán), Comunidad Valenciana (Ximo Puig), Baleares (Francina Armengol) y Castilla-La Mancha (Emiliano García Page).
"La derecha económica y sus terminales políticas y mediáticas no quiere que España avance", llegó a reprochar. "No les gusta que haya un Gobierno progresista, y sobre todo lo no les gustan las políticas que pone en marcha este Gobierno progresista", añadió. Fue por ello que se presentó como víctima y lamentó que si están "atacando al Ejecutivo", es porque "gobierna para la mayoría y no se inclina ante los poderosos".
Sánchez ha asociado las peticiones de elecciones anticipadas con un freno a las políticas de protección de la clase media y trabajadora, que convendría tanto a la derecha política como económica, según su terminología. Un escenario que no solo alejó, sino que utilizó para construir el argumento de que con un cambio de gobierno se volvería a los "recortes del Estado de bienestar". El modelo socialdemócrata contra el neoliberal de "congelar pensiones, las becas, precarizar el empleo y recortar el Estado de bienestar".
Por esta connivencia se resignó a un voto del PP en contra del recién aprobado decreto sobre la reforma de las pensiones. "Lo lógico es que la derecha que se dice proeuropea apoyase una reforma pactada con Bruselas y que recoge las recomendaciones del Pacto de Toledo, pero ya hemos visto que la patronal les marca el camino", arremetió Sánchez. Un rechazo que, según dijo, vuelve a "retratar" a los populares y vuelve a dejar "sola" a la derecha.
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Opinión Un modelo en el que se esforzó por ligar a PP y Vox en un mismo destino y mismo programa: "El programa de la ultraderecha es el mismo [que el de la derecha], pero con más fanfarria y un plus de agresividad frente a quienes tienen más difícil defenderse". En este punto, acusó a Alberto Núñez Feijóo de tener mayor convivencia que su antecesor, Pablo Casado, con Vox. Lo que argumentó por pasar del voto en contra en la primera moción de censura de Vox, a la abstención en esta segunda presentada por los de Santiago Abascal. "De la colisión con Casado hemos pasado a la colusión con Feijóo", reprochó.
Sin referencias ni a sus socios de gobierno ni parlamentarios, más allá de defender un Ejecutivo desde el diálogo y los "grandes acuerdos" frente al "rodillo" del anterior Consejo de Ministros popular, el giro electoral de Sánchez deja sin apenas oxígeno a Podemos. Arrinconando al socio mayoritario fuera del foco compartido y sin futuras banderas que capitalizar durante este ciclo electoral. Un fin de fiesta precipitado para el socio minoritario que se acentuará todavía más tras el 28-M, con una recta final de la legislatura marcada por una intensificación de la campaña y la presidencia de turno del Consejo Europeo. De Unidas Podemos, solo la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz tiene reservado un papel importante por Moncloa y, por tanto, foco y banderas para desbloquear acuerdos relacionados con las prioridades del semestre europeo.
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Pedro Sánchez se ha resignado a mantener la coalición por inercia tras la fractura en la reforma de la ley del solo sí es sí, pero cortocircuitando el reparto de medallas a los ministerios morados en la acción legislativa. Algo que ya viene anticipándose incluso antes de emprender este giro electoral tras Semana Santa. La intervención de facto del Ministerio de Igualdad, que lidera Irene Montero, es una buena muestra de ello.
El giro electoral de Sánchez, que reduce el margen de beneficio de Podemos por formar parte de la coalición de gobierno, tanto en protagonismo como en la cuenta de resultados que exhibir, se anticipa también en el lema de precampaña del PSOE para las elecciones de mayo. Defiende lo que piensas reivindica la "política útil" de los socialistas y les atribuye en exclusiva las conquistas sociales de esta legislatura. Su coincidencia "con las principales demandas y aspiraciones de la ciudadanía", poniendo en valor una mayor transversalidad e iniciativa. Ya en las últimas semanas se repite entre los ministros el concepto de "hermano mayor" para reforzar el mensaje de que son el partido de la coalición con "más responsabilidad y experiencia".
El secretario general de los socialistas y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha centrado este sábado la apertura de un Comité Federal enfocado únicamente en clave electoral para trazar la línea maestra de su campaña: confrontar el proyecto del PSOE con el del PP. La conquista de derechos y libertades para las "mayorías", que resume el lema "gobernar para la gente", frente a una derecha que ha dibujado como sinónimo de "recortes" y brazo político de los "poderes económicos". En esta línea, ha insistido en mostrarse como garantía de la "paz social", echando la vista atrás desde 2018, frente a la fractura social y territorial durante los anteriores gobiernos populares. Fruto, según reivindicó, de una respuesta a las crisis encadenas por la pandemia y la posterior guerra de Ucrania basada en subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), las pensiones, las becas o una reforma laboral que contrapuso a la pérdida de poder adquisitivo de los salarios provocada por la anterior del PP.