Incertidumbre en UP: aún no han decidido si enmendarán la reforma del sí es sí del PSOE
Igualdad asegura que no habrá un rechazo a la totalidad del texto, pero hay dudas sobre si procede dar la batalla parlamentaria con correcciones puntuales. La modificación de la norma no puede estar lista antes de mayo
La reforma de la ley del solo sí es sí desató una batalla sin precedentes en el Gobierno de coalición, pero 11 días después de su clímax aún no está clara la estrategia a seguir en Unidas Podemos de cara a las semanas de tramitación parlamentaria que tienen por delante. El pacto para las pensiones y la moción de censura de Vox han contribuido a rebajar la tensión. Pero, superado este oasis, tendrán que decidir si quieren dar la batalla parlamentaria con enmiendas al articulado o si asumen que el PSOE cuenta con los votos necesarios para impulsar en solitario su propuesta y, por tanto, es mejor no hacer más sangre.
El Ministerio de Igualdad de Irene Montero, al timón del grupo parlamentario en esta materia, dedicó este viernes un gesto a favor del acuerdo con los socialistas y anunció que no presentarán una enmienda a la totalidad sobre la norma. Mientras el PSOE optó por rebajar la tensión tras el pleno de su debate, Podemos mantuvo posiciones y un discurso duro contra los socialistas. En ningún escenario contemplan permitir con sus votos la aprobación de esta reforma si no hay pacto, pero en las últimas horas los morados han modulado el tono. Ahora abogan por "reconstruir la mayoría feminista" y lograr que su socio "suelte la mano al PP".
Hace escasos días seguían acusando a sus socios de querer recuperar el Código Penal de la Manada o de "traicionar" a las mujeres y al feminismo. Oficialmente, el equipo de Montero niega avances con el PSOE, pero hay voces en Unidas Podemos que transmiten una pequeña dosis de optimismo. Es un cambio a tener en cuenta, dado el rotundo rechazo de la formación en la votación de admisión a trámite.
Si ningún grupo registra enmiendas de totalidad (el plazo expira este sábado a las 14 horas), no es necesario debatirlas. Y esto podría acelerar la tramitación de la norma. De producirse la sesión, podría celebrarse en la semana del 28 al 30 de marzo, justo antes de Semana Santa. Fuentes del ala socialista del Gobierno apuntaban hace días a que sus socios no darían ese paso, tampoco al articulado. Interpretaban que el respaldo del PP ya está amortizado y no les generará mayor erosión. También que Unidas Podemos ya ha exprimido al máximo la división entre los aliados parlamentarios, con ERC y EH Bildu alineados con las posiciones de Montero.
En este punto, distintas fuerzas del espacio político reflexionan sobre la conveniencia de presentar enmiendas. Hay quienes no le ven sentido a entregar las armas y asumir sin más la tramitación de la norma del PSOE, contra la que han cargado en tantas ocasiones. Si la norma desplaza el consentimiento de la ley, como defiende Montero —y como asumen sin fisuras algunos de los integrantes de Unidas Podemos—, no pueden renunciar a dar la batalla, solos o acompañados. Menos, al enmendar su proyecto estrella en contra de su criterio, habida cuenta de que el ala socialista ha desautorizado públicamente a la ministra.
El problema es que, salvo que pacten con el PSOE, no tendrán votos suficientes para aprobar ninguna enmienda. Y su presentación, debate y votación solo contribuirían a airear las discrepancias dentro de un clima ya bastante enrarecido. Por los tiempos parlamentarios, la norma no puede verse aprobada definitivamente —por Congreso y Senado— antes de mayo, el mes de las elecciones autonómicas y municipales.
En mitad de la incertidumbre, hay una certeza. Será Igualdad quien decida, de nuevo, qué postura seguir. Y se prevé que todas las fuerzas que integran el espacio la defiendan de forma unitaria. Durante la semana, y tras la batalla interna a cuenta del fracaso de la reforma de la ley mordaza, un dirigente de una de las fuerzas que integran Unidas Podemos recordaba el apoyo que ellos sí dieron a Montero con el sí es sí, frente al desmarque de Podemos de las posiciones del resto del espacio a cuenta de esta norma.
Entre los grupos de Unidas Podemos hay diferencias sustanciales con Igualdad, que van del fondo a las formas. Son los portavoces de Podemos y de Igualdad quienes repiten que el PSOE quiere volver al Código Penal de la Manada, una expresión que irrita entre los socialistas, y que no comparten otros portavoces del espacio. El presidente del grupo y líder de los Comunes, Jaume Asens, ha reconocido que el feminismo "no se merecía" que, solo un día antes de las marchas del 8-M, la coalición diera esa imagen de división. "Toca ahora trabajar con discreción y confrontar menos", declaró poco después. En las semanas anteriores, también de máxima tensión con el PSOE, Yolanda Díaz rebajaba su perfil al mínimo, pero las fuerzas que integran Unidas Podemos defendían que estaba muy presente y que había respaldado a la ministra de Igualdad desde el primer momento. En Podemos no iban tan lejos.
Tampoco faltan quienes acusan a Montero de estar enrocada en sus posiciones para marcar un perfil propio, en el marco de la pugna entre Podemos y la vicepresidenta segunda para conformar una candidatura conjunta de cada a las generales. "Es como si buscaran la confrontación", lamentaba un dirigente del espacio Unidas Podemos. Por lo pronto, en la última reunión de dirección no se abordó la estrategia a seguir con el sí es sí, como afirmaron distintas fuentes. Hoy albergan dudas sobre cuál es el mejor camino a seguir. Se prevé que haya debate, pero será Montero quien tenga la última palabra.
La reforma de la ley del solo sí es sí desató una batalla sin precedentes en el Gobierno de coalición, pero 11 días después de su clímax aún no está clara la estrategia a seguir en Unidas Podemos de cara a las semanas de tramitación parlamentaria que tienen por delante. El pacto para las pensiones y la moción de censura de Vox han contribuido a rebajar la tensión. Pero, superado este oasis, tendrán que decidir si quieren dar la batalla parlamentaria con enmiendas al articulado o si asumen que el PSOE cuenta con los votos necesarios para impulsar en solitario su propuesta y, por tanto, es mejor no hacer más sangre.
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