ERC permite que la ley mordaza avance en su trámite y gana tiempo para evitar el choque

Los grupos que promueven la reforma de la ley mordaza vuelven a ganar tiempo para intentar salvarla. ERC ha permitido este miércoles con su apoyo cerrar la ponencia de la reforma de la ley de seguridad ciudadana, aunque los socios de la investidura del Gobierno de Pedro Sánchez mantienen sus discrepancias, que ahora tendrán que resolver en la Comisión de Interior del Congreso.

Como se preveía, los socios de la investidura siguen sin alcanzar el entendimiento en lo que toca a los cuatro artículos más polémicos: la eliminación de las pelotas de goma como material policial antidisturbios, la desobediencia y faltas de respeto a los policías y, finalmente, los rechazos en frontera de migrantes, denominados devoluciones en caliente'. El acuerdo para cerrar la ponencia lo han respaldado 19 integrantes de la ponencia, con 17 en contra, siendo determinante la posición de ERC.

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EH Bildu ha refrendado que sigue en el 'no' a esta norma, porque entiende que se mantiene aún el "corazón" de la 'ley mordaza' aprobada por el Gobierno del PP en 2015. ERC, por su parte, ha reconocido que ha "permitido" con su respaldo cerrar la fase de reuniones a puerta cerrada de la ponencia, aunque subrayando que esto "no quiere decir que se haya llegado a un acuerdo". No significa que renuncien a sus líneas rojas, sino que deciden ganar margen para seguir negociando.

Los dos socios habituales del Ejecutivo llevan días advirtiendo a los partidos que conforman el Gobierno, PSOE y Unidas Podemos, de que la norma va camino del abismo, y sólo podrá salvarlo si los socialistas no aceptan ceder en algunas de sus posiciones.

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Por su parte, PSOE y Unidas Podemos han destacado que el consenso alcanzado permite ya hablar de una "nueva ley de seguridad ciudadana" que garantiza el "equilibrio" entre libertades como el derecho de manifestación y la seguridad jurídica en la labor de los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

Los socialistas apelan a su vez a sus socios parlamentarios, a los que recuerdan que ya han logrado pactar varias modificaciones en la norma. Intentan ahora trasladar toda la presión sobre estos grupos, a los que advierten: si no apoyan los avances ya logrados, será su responsabilidad que la ley de Rajoy siga en vigor.