Podemos abre un nuevo capítulo de su guerra interna en Asturias y expedienta a 3 miembros

Las elecciones autonómicas y locales del 28-M no solo son un reto de puertas para fuera. A cinco meses de los comicios, los partidos que concurrirán también enfrentan sus propias luchas internas por imponer candidaturas o proyectos, en ocasiones, difícilmente reconciliables. En ese sentido, la dirección regional de Podemos en Asturias ha firmado un nuevo capítulo en la disputa con tres de sus diputados en el Parlamento y abierto un expediente disciplinario contra Daniel Ripa, Andrés Fernández Vilanova y Jorge Fernández Iglesias por, supuestamente, incumplir reiteradamente las normas del partido.

Daniel Ripa es su ex secretario general, y se enfrentó a la actual coordinadora en Asturias y diputada de Podemos en el Congreso, Sofía Castañón. Fue en un proceso de primarias que perdió por muy poco, con su contrincante alzándose ganadora por un 50,2% de los votos. Se produjo en un momento de especial tensión entre las dos facciones de los morados, con acusaciones cruzadas y con Ripa denunciando haber recibido presiones para no presentarse. Llegó a cuestionar, incluso, la legitimidad del proceso.

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Sobre él pesa también la sombra de una denuncia de la Unidad de Cumplimiento Normativo de la formación por, supuestamente, conceder donaciones, con coste a cargo del partido, a entidades vinculadas a miembros de su lista, y no en pocas ocasiones se le ha acusado de infringir las normas entre los morados. Pese a la victoria de Castañón, en noviembre la sección que encabeza el ex secretario general se marcó un tanto. La candidata del sector crítico de Podemos Asturias a las elecciones autonómicas, Covadonga Tomé, fue elegida por 1.565 votos frente a los 1.150 de su oponente oficialista, Alba González, para encabezar las listas en los próximos comicios, fijados el 28 de mayo.

Las pulsiones entre las dos facciones enfrentadas de Podemos en Asturias tienen largo recorrido. En este último caso, la formación morada explicó en un comunicado que los tres miembros señalados formaban parte de una estrategia de "descrédito y deslegitimación" contra la coordinación autonómica que salió airosa de las primarias, con Castañón a la cabeza. Sobre todo tras las sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, que dan la razón a la dirección regional en la disputa legal abierta contra estas mismas personas, que habían denunciado a la cúpula del partido alegando una vulneración de sus derechos fundamentales, y de dificultar su libertad "sindical" e "ideológica".

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En el caso concreto de Andrés Fernández Vilanova, uno de los exdiputados autonómicos de Podemos contra el que se ha abierto un expediente disciplinario, la formación argumenta que, estando suspendido de militancia, participó en actos públicos en representación de los morados, o usó su marca para establecer relaciones con entidades sociales. Para Jorge Fernández Iglesias, en cambio, sostienen que agredió verbalmente a ciertas compañeras de partido. El grupo acude así dividido a las urnas en la primera prueba electoral del año, que marcará el rumbo de los comicios generales previstos para finales de 2023 o inicios del siguiente.

El conflicto cobra, si cabe, especial relevancia por el momento en el que eclosiona. Más allá de la deriva de las primarias que enfrentaron a Castañón y a Ripa por el control del partido, como telón de fondo a todo aquello estaba el factor Yolanda Díaz. La vicepresidenta y ministra de Trabajo presentó su propio proyecto, la plataforma Sumar, como una idea que suena con fuerza como nueva opción para concurrir a las generales. Las autonómicas y locales quedaron descartadas por la propia Díaz, al verse sin tiempo para armar candidaturas. Quería centrarse en las generales.

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Pero la particularidad de este territorio en clave electoral es que, en las pasadas elecciones, los resultados de Podemos a nivel autonómico fueron mejores que para las generales. Esto les da más fuerza negociadora frente a la líder de Sumar, si quieren marcar el paso y definir las cuotas de poder que se repartirían en caso de confluir para los comicios. "Aquello se percibió como una señal de alerta, y se precipitaron los acontecimientos", explicaron al cierre de 2021 desde la dirección regional del partido a El Confidencial, acerca de la visita de Díaz a Asturias en septiembre de ese mismo año.

Ripa nunca ocultó sus simpatías hacia Díaz, y siempre que tuvo ocasión avaló sus pretensiones de levantar un proyecto a nivel nacional. Fuentes cercanas a la candidatura del asturiano defendieron entonces, en declaraciones a este periódico, que la suya era la opción más adecuada para poder integrarse en la nueva plataforma que cocinaba la ministra. El miembro de Podemos Asturias quería su propio espacio en los planes de la titular de Trabajo, con quien mostraba afinidad.

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Cuando recibió otro expediente anterior a este último, el diputado asturiano se revolvió contra la cúpula de su partido y los acusó de haber iniciado una represalia contra él por acercarse a la líder de Sumar. Todas las grietas internas que acumulan los morados en el territorio llevaron, en ocasiones, a casos extremos. Hasta el punto de intervenir las cuentas bancarias comunes a las puertas de un proceso de primarias. Los temblores internos no parecen terminar aún en Podemos Asturias. Pero, inevitablemente, el partido habrá de vérselas ante numerosos retos que amenazan a su propia supervivencia como fuerza influyente. No solo a nivel regional.