El asesino de Esther, última víctima de la violencia de género, se delató en televisión

El autor del asesinato de la última víctima de la violencia de género quería ser famoso. Se llama Mohamed y el pasado lunes ingresó en prisión provisional por el presunto asesinato de Esther y de la nueva pareja de esta. Los mató el pasado 20 agosto provocando un fuego en el interior de la nave industrial de Torrejón de Ardoz (Comunidad de Madrid) en la que dormían, según ha podido confirmar El Confidencial. Al día siguiente, el acusado apareció en varios medios de comunicación comentando el incendio como si fuera un mero testigo ocular.

La investigación aún se encuentra bajo secreto de sumario y ha experimentado un avance casi definitivo en los últimos días. La jueza que instruye el caso espera tomar declaración en las próximas horas a varias personas que pueden apuntalar los indicios contra Mohamed, aunque los agentes de la Policía Nacional encargados de las diligencias ya han reunido una avalancha de indicios en su contra.

Los hechos ocurrieron la noche del 19 al 20 de agosto, en una nave industrial abandonada de la calle Guadalajara de la localidad madrileña que estaba ocupada desde hacía años. A las 2.30 horas de la madrugada, el 112 recibió la llamada de un vecino alertando de que se había un incendio en el interior de la nave. Los bomberos se encontraron el fuego en una fase avanzada y, cuando lo apagaron, encontraron dos cuerpos en la planta superior.

En un primer momento, pareció que las muertes habían sido accidentales. Pero las investigaciones posteriores situaron el foco en uno de los vecinos que al día siguiente dio su versión de los hechos a los medios de comunicación que se congregaron en la zona para cubrir la noticia. La chica fallecida tenía 20 años y frecuentaba la nave industrial. Acababa de iniciar una relación con el hombre que apareció muerto a su lado. El chico había llegado ese mismo día a Torrejón de Ardoz procedente de Valencia, donde residía, según las fuentes consultadas por este diario.

Las averiguaciones de la Policía Nacional sitúan al supuesto testigo en los alrededores de la nave momentos antes de que se iniciara el fuego. Además, se han identificado varios focos y el desarrollo de las llamas indica que el incendio no se produjo de forma casual. Los agentes descubrieron que Mohamed, de 31 años y nacionalidad marroquí, tampoco era un simple testigo. Había mantenido en el pasado una relación con Esther y esta lo había denunciado por malos tratos.

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Las declaraciones de Mohamed a un redactor de Telemadrid, solo unas horas después del doble asesinato, provocaron estupefacción porque él mismo se situó en la escena del crimen. “Estábamos aquí mirando…, ¿sabes? Los tres ahí mirando Netflix, cosas, tal… Fumando porros y tal… Solo porros, no hay ni… Porros y nada más”, afirmó ante una cámara de televisión con una sorprendente frialdad.

Pero el presunto asesino no contó toda la verdad en aquella entrevista. No estuvo exactamente junto a los dos fallecidos. La investigación apunta a que decidió incendiar la nave tras descubrir que su expareja estaba en la planta superior durmiendo con otro hombre y que actuó después de asegurarse de que ninguno de ellos podía escapar de las llamas.

Esther se ha convertido en la víctima mortal número 34 de la violencia de género en lo que va de año y la número 1.164 desde 2003. La jueza decretó el pasado lunes el ingreso en prisión provisional de Mohamed.