Detienen en una casa okupa de Toledo a la mujer que mató a la mano derecha de El Lute

La Policía Nacional ha detenido a la viuda y presunta asesina de Raimundo Medrano, el que fuera mano derecha del histórico delincuente conocido como El Lute. María del Carmen Villa, de 62 años, está acusada de asesinar su marido de un tiro en la cabeza en enero de 2015 y de darse a la fuga en 2017, cuando ya había confesado el crimen pero seguía pendiente de juicio. Según explican fuentes policiales, su arresto se produjo el 25 de agosto en un chalé 'okupado' de Val de Santo Domingo (Toledo).

Medrano saltó a los titulares en los años 60 como uno de los miembros de la banda de Eleuterio Sánchez, El Lute. En 1965, ambos protagonizaron junto a Juan José Agudo Benítez un atraco a una joyería y mataron de un disparo al vigilante del local. Días después, cuando la policía trataba de detenerles, una bala perdida acabó a su vez con la vida de una niña de 7 años. Hasta entonces considerados simples quinquis, los tres pasaron a convertirse en enemigos públicos en pleno franquismo.

Medrano, El Lute y Agudo fueron condenados a muerte por estos hechos, pero la pena terminó por ser conmutada por otra de prisión. En 1978, tras abandonar la cárcel, El Lute se convirtió en abogado y llegó a publicar varios libros sobre su vida, mientras que Medrano emprendió una nueva etapa y se casó con María del Carmen Villa. "Afortunadamente, lo he superado y hoy no haría daño a nadie por nada del mundo", declaró al 'diario ABC' a finales de los setenta. "Las armas para los guardias".

Medrano nunca volvió a prisión, pero sí a los titulares. En concreto, el 6 de enero de 2015, cuando su mujer le mató de un disparo. Aunque el crimen sigue pendiente de juicio, la propia Villa confesó los hechos en 2015 y, según las fuentes consultadas, la investigación no arroja dudas: "Ella cogió una pistola y fue a pegarle un tiro mientras dormía, pero como no entendía de armas, en un primer momento no lo consiguió. Tras conseguir montar bien la pistola, volvió y lo mató de un tiro en la cabeza".

El crimen se cometió en la casa cueva de la localidad aragonesa de Calatayud en la que vivían y, para deshacerse del cuerpo, María del Carmen Villa supuestamente trató de quemarlo: "Cogió gasolina y leña... El fuego se le fue de las manos y parece que ante el temor de que le vieran sus vecinos, comenzó a apagarlo". Con el cuerpo todavía oculto en la casa, la mujer optó por cambiar de estrategia y acudió a comisaría para denunciar que Medrano llevaba más de 24 horas desaparecido, pero acabó derrumbándose y confesando el crimen. Según explican las fuentes consultadas, alegó que era víctima de malos tratos físicos y psíquicos por parte de su marido.

Oculta en una casa 'okupa'

En marzo de 2017, cuando Villa ya estaba procesada por asesinato, el juzgado de Calatayud número 2 acordó su puesta en libertad. La Audiencia de Zaragoza revocó meses después esta decisión, pero cuando trataron de dar con ella, ya había desaparecido. Su detención por parte del grupo dos de Fugitivos de la Policía Nacional, adelantada por el 'Heraldo', pone así fin a una huida de cinco años. Ya de vuelta de prisión, solo queda esperar a que sea juzgada por un jurado popular.

"Empezamos buscándola en Aragón, por su entorno familiar, pero no conseguimos avanzar. Las fuentes que tocamos no nos dijeron nada, hasta que vimos que tenía familiares en Castilla-La Mancha", explican fuentes policiales. "A partir de ahí, empezamos a dar mil vueltas por Guadalajara, donde pensamos que le daban cobertura a la señora. Allí estuvimos tres o cuatro meses dando vueltas por los pueblos: vigilancias, seguimientos... Y al final, desde Guadalajara detectamos movimientos a Toledo".

TE PUEDE INTERESAR

El juez pide investigar a Dina Bousselham por falso testimonio y simulación de delito

Pablo Gabilondo

Llegados a ese punto, la investigación se centró en que los familiares de la fugitiva, mercheros al igual que ella, tenían "varios chalés okupas". Los seguimientos se organizaron en torno a los mismos y, ya en agosto, estrecharon el cerco hasta una vivienda de Val de Santo Domingo, un pequeño pueblo de apenas mil habitantes.

"Estuvimos vigilándolo y, el 25 de agosto, salió ella", resumen las fuentes consultadas. Según explican, María del Carmen Villa se mostró tranquila y la conversación apenas duró un minuto "¿Sabes por qué estamos aquí, no?". "Sí, por el asesinato de mi marido. Ya sabía que ustedes iban a acabar viniendo".