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Lo que sabemos sobre cómo cambia nuestro país a través de quienes lo transcriben
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Debate sobre el estado de la nación

Lo que sabemos sobre cómo cambia nuestro país a través de quienes lo transcriben

Taquígrafas y estenotipistas del Congreso se preparan para el primer debate sobre el estado de la nación en siete años. ¿Cómo es estar al otro lado del Diario de Sesiones?

Foto: Una taquígrafa del Congreso toma notas mientras interviene Pablo Echenique. (EFE/Mariscal)
Una taquígrafa del Congreso toma notas mientras interviene Pablo Echenique. (EFE/Mariscal)
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"Un señor diputado pronuncia palabras que no se perciben". "Protestas". "Rumores". "Aplausos". "Risas". Detrás del Diario de Sesiones, la gran hemeroteca de intervenciones en sede parlamentaria de nuestro país, hay mucho más que meros discursos transcritos. Están las acotaciones, aclaraciones y el trabajo de fondo de las más de 60 taquígrafas o estenotipistas de las Cortes Generales —casi todas mujeres, con apenas cuatro hombres— que guardan para la historia lo que se dice y lo que se hace en el Senado o el Congreso.

Coincidiendo con el debate sobre el estado de la nación, el primero en siete años, hablamos con la encargada de que todo concurra con normalidad. Tras la maquinaria estarán en esta ocasión 25 profesionales, entre estenotipistas o taquígrafas de base, redactoras y jefatura. Su trabajo es el que nos ha permitido conocer el pasado y también por el que otros nos conocerán en el futuro.

placeholder Una de las taquígrafas del Congreso realiza su trabajo durante la primera sesión de control desde que se declaró el estado de alarma por el covid. (EFE/Ballesteros)
Una de las taquígrafas del Congreso realiza su trabajo durante la primera sesión de control desde que se declaró el estado de alarma por el covid. (EFE/Ballesteros)

Gloria Canencia aprobó hace 36 años la oposición que la pondría al frente, tiempo después, de lo que se publica en el Diario de Sesiones. Su primera experiencia fue en el Congreso, donde permaneció 12 años hasta ser trasladada al Senado. Allí pasaría otros 15, aunque luego volvería a la Cámara Baja para ser, esta vez, su jefa de taquígrafas por los últimos nueve años. Lleva casi tanto tiempo siguiendo intervenciones como años tiene nuestra democracia. Muchos de los grandes momentos en la historia de este país han pasado por sus manos, ojos y oídos. Y asume cuánto han cambiado las cosas desde que empezó en esto. "Ahora todo es mucho más visual", explica, recordando que antiguamente los discursos sobre la tribuna eran más "formales y estructurales". El motivo es simple: tanto los políticos como sus asesores son hoy en día más conscientes del papel que juegan los nuevos formatos, como las redes sociales, para llegar a la ciudadanía.

"Ya no solo tienen en cuenta el valor de la palabra, sino también de la imagen", relata Gloria, que reconoce cómo especialmente en los últimos años todo se apoya mucho más en gráficos, fotografías u objetos. Para llamar la atención hay que ser visual. Hace falta controlar los tiempos, escenificar la imagen de portada que abrirá periódicos y condensar la base de tu discurso en un 'corte' para televisión. Todo eso, claro está, complica el trabajo de taquigrafía, donde hay que estar alerta para describir cualquier elemento expuesto por los parlamentarios, cualquier reacción o apunte: risas, aplausos, protestas de otros diputados... La responsable de las taquígrafas lo resume de esta manera: "Estamos tan pendientes de lo que se dice como de lo que no". Y es eso lo que en buena medida sigue haciendo de este un departamento imprescindible 200 años después de que lo crearan las Cortes de Cádiz. Incluso cuando todo queda grabado.

Así es su día a día

El trabajo de taquígrafa se desarrolla tanto dentro como fuera de 'sala', que es como llaman al hemiciclo. Allí entra una persona que durante un tiempo de 10 minutos toma nota de todo lo que se dice en la tribuna, hasta dar relevo a la siguiente. Es entonces cuando entra en el despacho, el lugar principal de trabajo en el que esperan redactores y jefatura, donde se da forma a lo que previamente se ha recogido a toda velocidad. Para ello disponen de todo tipo de recursos en los que apoyarse: sistemas de grabación o audio, ordenadores...

También cuentan con programas transcripción automática que, no obstante, no podrían ser utilizados por sí solos. Son habituales los errores o las malas interpretaciones fonéticas, que pueden cambiar por completo el sentido de lo que se dice. Una vez se 'limpian' por escrito los 10 minutos de intervención, hay más filtros. Cada redactora revisa a posteriori el trabajo de tres personas, lo que les suele tomar una media hora teniendo en cuenta cada tiempo de intervención.

Esa segunda lectura aporta visión de conjunto al contenido y resuelve matices que se hayan podido perder por el camino, ya que las redactoras están siempre siguiendo las intervenciones completas desde el despacho. Gracias a todo el trabajo en equipo, coordinado desde la jefatura, a primera hora del día siguiente ve la luz un nuevo número del Diario de Sesiones. 

Las taquígrafas se relevan por turnos de 10 minutos dentro del hemiciclo. Su función, más allá de transcribir al orador que tiene la palabra, es captar todo lo que ocurre en la Cámara. Siempre atentas a "por dónde va a venir el jaleo". Por momentos, el ruido de fondo que sale de las bancadas dificulta mucho su tarea. "En la tele solo enfocan al que está en la tribuna, y el micrófono del estrado no siempre capta lo que dicen o hacen otros diputados", aclara Gloria. "Pero desde dentro, todo se percibe: ves las caras de la oposición, los gestos que dan a entender que alguien podría reaccionar... Te da una visión más global de todo lo que ocurre". Esta es la forma de garantizar que todo queda recogido y nada se pierde. Claro que el trabajo de taquigrafía ha de limitarse a describir y nunca a interpretar. Ni tan siquiera cuando se trata de hechos fácilmente sobreentendibles: "Creo que fue Joan Baldoví (Compromís) el que durante una intervención se llevó las manos a la boca, haciendo el gesto de cerrarla como si fuese una cremallera, y luego se cruzó de brazos. Claramente, quería decir 'callados' con el primer gesto y 'de brazos cruzados' —en el sentido de sumisión, sin hacer nada— con el segundo. Pero incluir esa valoración en el Diario de Sesiones se extralimita de nuestras funciones, por lo que solo acotamos con descripciones sin entrar a explicarlas", recuerda.

En general, la política de nuestro país ha cambiado en muchos sentidos. Suele decirse a veces que el tono utilizado se ha encendido en los últimos tiempos. Que el debate es más bronco y los insultos, más frecuentes. Pero quienes lo han vivido 'in situ' durante décadas no siempre lo tienen tan claro. Este será el undécimo debate del estado de la nación que Gloria vive desde dentro, además de otras muchas sesiones, comisiones o comparecencias. Y no siempre difieren entre sí: "Todos los debates tienen algo de tira y afloja", afirma, poniendo ejemplos sobradamente conocidos de momentos muy tensos vividos en democracia, como el famoso 'váyase, señor González' de José María Aznar al entonces líder socialista, Felipe González, en la que aún a día de hoy se sigue conociendo como 'la legislatura de la crispación' (1993-1996).

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/Chema Moya)

Las taquígrafas auguran que el de mañana será un día muy intenso. "Todos los ojos están siempre puestos sobre este debate, y un despiste puede tener mucha trascendencia política o dar lugar a especulaciones", comprende su jefa. Aun así, no deja de recordar que la atención mediática no siempre es sinónimo de relevancia: "Las resoluciones a una reforma de cualquier ley de cooperativas de Jaén, por poner un ejemplo, serán mucho menos comentadas a nivel político, pero sobradamente de más interés para los agricultores jiennenses", compara.

A la pregunta de si hace falta interés por la política para ser mejor taquígrafa en el Congreso o el Senado, Gloria no lo cree necesario, aunque confiesa que sí es su caso. Pero sabe que tanto ella como muchas compañeras son conscientes de que escriben parte de la Historia de España. Y eso siempre es emocionante. Ella estuvo ahí en momentos clave: el nombramiento de Felipe VI, la comparecencia virtual de Zelenski tras estallar la guerra en Ucrania... Pero hay uno que recuerda por encima del resto.

placeholder El entonces presidente, Mariano Rajoy, abandona el Congreso tras la sesión de la mañana en la primera jornada de la moción de censura contra él. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
El entonces presidente, Mariano Rajoy, abandona el Congreso tras la sesión de la mañana en la primera jornada de la moción de censura contra él. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

El día en que se votaba la moción de censura a Mariano Rajoy, se hizo una pausa a mediodía. La sesión la reanudaría Aitor Esteban, portavoz del PNV, de cuyos votos dependía en buena medida que la moción prosperase. En el departamento de tipografía, muchas compañeras ya habían terminado sus turnos después de toda la mañana entre hemiciclo y despacho. Pero para cuando llegó este instante crucial, revive Gloria, seguían allí: "Cuando volví a entrar en el despacho minutos antes de intervenir Esteban, todas mis compañeras estaban pendientes de la pantalla. Fue muy impresionante, porque éramos conscientes de que ese momento podía cambiar la historia de nuestro país. Que se estudiaría en los libros de Historia. Y es increíble pensar: nosotras estuvimos allí".

"Un señor diputado pronuncia palabras que no se perciben". "Protestas". "Rumores". "Aplausos". "Risas". Detrás del Diario de Sesiones, la gran hemeroteca de intervenciones en sede parlamentaria de nuestro país, hay mucho más que meros discursos transcritos. Están las acotaciones, aclaraciones y el trabajo de fondo de las más de 60 taquígrafas o estenotipistas de las Cortes Generales —casi todas mujeres, con apenas cuatro hombres— que guardan para la historia lo que se dice y lo que se hace en el Senado o el Congreso.

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