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Sánchez se escuda en la corrupción del PP para defenderse del caso Pegasus
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COMPARECENCIA EN EL CONGRESO

Sánchez se escuda en la corrupción del PP para defenderse del caso Pegasus

El presidente presenta a su Gobierno como garantía de la "regeneración democrática" frente al PP y confirma que reforzará el control judicial sobre el CNI para cerrar la crisis con sus socios

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (EFE/Fernando Alvarado)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en el Congreso. (EFE/Fernando Alvarado)

El presidente del Gobierno ha dedicado los primeros 20 minutos de su intervención en el Congreso para rendir cuentas sobre el caso Pegasus agitando los casos de corrupción que asolaron al Partido Popular hace años y que motivó la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a Moncloa. "Además de la corrupción financiera del caso Gürtel o la corrupción política del caso Kitchen, la derecha apunta ahora a otra corrupción: la democrática, apuntando como ilegítimo cualquier Gobierno que no sea el suyo", arrancaba.

El jefe del Ejecutivo no se ha centrado en el caso que motiva su comparecencia, las polémicas escuchas al independentismo a través del 'software' Pegasus y la destitución de la directora del CNI, Paz Esteban, hasta bien avanzada su intervención. Hasta entonces, Sánchez ha criticado que el PP siga "tapando casos de corrupción" y ha presentado a su Gobierno como el único garante de la "regeneración democrática" porque, a diferencia de los populares, "no crea policías paralelas para perseguir partidos rivales". Sánchez ha defendido que su Gabinete fue el que logró "combatir la corrupción" del PP en España tras la moción de censura de 2018, para dirigirse a la bancada del primer partido de la oposición. "¿No tienen nada que declarar? ¿Cómo pueden estar seguros de que eso no va a volver a repetirse si tienen oportunidad?", cuestionaba.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles (c), junto a la nueva directora del CNI, Esperanza Casteleiro (d), y a la directora destituida, Paz Esteban. (EFE/Chema Moya)

Tras despacharse contra el partido de Núñez Feijóo, el jefe del Ejecutivo aseguró que las escuchas autorizadas por el CNI contaban con el aval de la Justicia y que, además, Moncloa no tenía responsabilidad ni conocimiento de las mismas. "El Gobierno no decide ni conoce las decisiones operativas de los servicios de inteligencia", ha insistido. "Es de justicia reconocer que, con este Gobierno, no hay espacio para el uso indigno de los servicios del Estado, como se dio en el pasado para intentar encubrir la vergüenza de la corrupción".

Sánchez ha justificado las decisiones de su Gobierno —como el cese de la directora de Inteligencia, Paz Esteban— por el "fallo de seguridad" en Moncloa tras el hackeo a varios teléfonos móviles de miembros de Moncloa, entre ellos el del propio Sánchez. "Queríamos que la ciudadanía conociese una realidad compleja. Aquellos que me critican hoy por exceso de transparencia me estarían criticando por un exceso de opacidad", afirmaba.

El presidente del Gobierno ha aceptado las demandas que han dejado caer en las últimas semanas nacionalistas catalanes y vascos para reconducir su relación con Moncloa, y ha confirmado que reforzará el control judicial e interno sobre el CNI y la reformará la Ley de Secretos Oficiales que el Ejecutivo lleva meses posponiendo y que sustituirá a la actual, que data de 1968. Se trata de una decisión que no está exenta de polémica. Tal y como ha podido saber El Confidencial, magistrados del Tribunal Supremo recelan del plan de Sánchez y atisban una "estrategia de blanqueo" de Moncloa tras la crisis con sus socios por el informe de Citizen Lab.

Sánchez, que llegaba a su comparecencia de este jueves con el empeño de dar carpetazo a un escándalo que tensionó al máximo los mimbres del bloque de investidura, ha hecho un alegato a favor del "diálogo" y de la "convivencia" en Cataluña, y ha lamentado que el caso Pegasus minase ese acuerdo entre el Gobierno y las fuerzas nacionalistas, reafirmando su compromiso "para superar cuanto antes la tensión territorial". Sánchez ha mostrado su disposición a reactivar la mesa de diálogo tan pronto como quiera la parte catalana, una oferta de la que fuentes de los republicanos recelan al entender que el Gobierno sólo busca "la foto", y no consensos reales.

Abascal, contra el "colaboracionismo" de Feijóo

Tras la primera intervención del presidente del Gobierno, que se ha alargado durante una hora, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, ha anunciado el registro de una solicitud de convocatoria de la comisión de secretos oficiales para despejar todos los interrogantes sobre el hackeo del teléfono móvil de Sánchez, Robles y Marlaska que le costó el puesto a la directora del CNI pese a que la seguridad nacional "dependía del Gobierno".

La dirigente popular ha reiterado la mano tendida a Sánchez por "sentido de Estado" y ha calificado como "anomalía democrática" que Moncloa no tenga un "cauce estable" de diálogo con el PP. Gamarra ha incidido, además, en el argumento de que Sánchez "indultó" a personas que "sabía que estaban siendo investigadas por constituir una amenaza para el Estado". "Los españoles no saben si tienen a un presidente libre o a un presidente atado de pies y manos", ahondaba.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. (EFE/José Manuel Pedrosa) Opinión

Mucho más dura ha sido la intervención del líder de Vox, Santiago Abascal, que ha denunciado desde la tribuna el "colaboracionismo" de Feijóo ofreciendo pactos al Ejecutivo de Sánchez. "Ningún colaboracionismo con este Gobierno es aceptable. No podemos darle ni agua", instaba, calificando a los populares de "derechita incauta" por mantener la mano tendida al PSOE.

En la misma línea, el líder de Vox volvió a utilizar el término 'autócrata' para referirse a Sánchez, una alusión que no es nueva en la bancada verde, pero que volvió a levantar a la bancada socialista. El portavoz parlamentario del PSOE, Héctor Gómez, llegó a pedir la palabra para "protestar" por la "falta de respeto" de Abascal, "no solo al Gobierno, sino a la democracia", un cruce de reproches que ha elevado la tensión en sede parlamentaria durante una jornada clave para el jefe del Ejecutivo.

El presidente del Gobierno ha dedicado los primeros 20 minutos de su intervención en el Congreso para rendir cuentas sobre el caso Pegasus agitando los casos de corrupción que asolaron al Partido Popular hace años y que motivó la moción de censura que llevó a Pedro Sánchez a Moncloa. "Además de la corrupción financiera del caso Gürtel o la corrupción política del caso Kitchen, la derecha apunta ahora a otra corrupción: la democrática, apuntando como ilegítimo cualquier Gobierno que no sea el suyo", arrancaba.

Pedro Sánchez Partido Popular (PP)