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El Gobierno cesa a Paz Esteban como directora del CNI tras el escándalo de Pegasus
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Nueva crisis en el Ejecutivo

El Gobierno cesa a Paz Esteban como directora del CNI tras el escándalo de Pegasus

Moncloa intenta zanjar así el escándalo por la brecha de seguridad en los teléfonos de Sánchez y varios ministros, espiados por un agente extranjero. Y aplacar el malestar de ERC tras las escuchas al independentismo

Foto: La exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Paz Esteban. (EFE/Emilio Naranjo)
La exdirectora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Paz Esteban. (EFE/Emilio Naranjo)

Días de presión desde varios frentes han acabado por forzar la caída de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, que ha sido destituida hoy por el Gobierno tras el escándalo por el espionaje político con Pegasus al presidente, Pedro Sánchez; a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y a otros miembros del Ejecutivo, según han confirmado a El Confidencial fuentes del Gobierno.

Son estas últimas confirmaciones, que aún no han detallado desde el Ejecutivo y que supondrían que las comunicaciones de otros miembros del gabinete también habrían sido intervenidas, las que han acabado por dejar caer a la directora del CNI, que había acaparado todas las miradas tras reconocer también en el Congreso que el centro había espiado al presidente catalán, Pere Aragonès, abriendo una profunda grieta entre los socios del Gobierno que ahora Sánchez busca "recomponer".

Foto: La directora del CNI, Paz Esteban. (EFE/Emilio Naranjo)

Este martes, Pedro Sánchez reúne a su gabinete por primera vez desde que Esteban admitiera el espionaje con aval judicial a 18 políticos independentistas. Tras el Consejo de Ministros, serán la propia Robles y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, la que darán las explicaciones sobre el cese de la jefa de los servicios de inteligencia, ya que Moncloa tiene los primeros resultados del análisis de los móviles de los ministros que encargó al Centro Criptológico Nacional tras detectar que el teléfono del presidente y de Robles habían sido infectados con Pegasus en mayo y junio del año pasado.

Ante este evidente fallo de seguridad, desde Presidencia habían vuelto a poner en Esteban y apuntaban a que, tras constatarse que agentes externos accedieron a información confidencial, su cese debía ser inminente. Desde Inteligencia ya reconocían el pasado domingo a este periódico que la jefa de los espías tendría muy complicada su continuidad si se destapaban nuevos casos. Esta reflexión podría explicar por qué no se ha esperado a terminar el rastreo de todas las terminales para hacer pública la información. Había prisa por entregar la cabeza de Esteban e intentar zanjar una crisis que, según reconocen en privado algunos ministros, “se les ha ido de las manos”.

placeholder La directora del CNI, Paz Esteban (d), y la ministra de Defensa, Margarita Robles (i), en un acto. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)
La directora del CNI, Paz Esteban (d), y la ministra de Defensa, Margarita Robles (i), en un acto. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

A la espera de conocer las “víctimas”, se confirma que uno de los móviles del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, tenía rastros del programa malicioso, como adelantó 'El País'. Desde su departamento aseguran que desconocen este dato. Meses atrás se informó de que la exministra de Exteriores, Arancha González Laya, y el extitular de Justicia, Juan Carlos Campo, también sufrieron hackeos para espiar sus comunicaciones, aunque no se ha determinado si en estos casos se utilizó el mismo 'software'. El Gobierno también está barriendo los móviles de altos cargos y ha pedido a los presidentes autonómicos que entreguen los suyos para que desde el CNI sean revisados, pero la mayoría de mandatarios ha declinado el ofrecimiento y trabajan con un manual que se les ha facilitado para autocomprobar si habido una intromisión interna. Entre los que han preferido hacer sus propios análisis están la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el andaluz Juanma Moreno o el de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco.

Desde Presidencia ha habido una fuerte presión estos días para forzar la dimisión de Paz Esteban. Se le había planteado poner su cargo a disposición, pero ella optó siempre por aguantar desde el convencimiento de que ni en el caso de los políticos catalanes ni en el de los pinchazos a miembros del Gobierno ha habido mala praxis. “Paz es una servidora pública, ejemplar”, destacan los que la conocen.

Se le había planteado poner su cargo a disposición, pero ella optó siempre por aguantar desde el convencimiento de que no ha habido mala praxis

Queda saber cómo argumentará la Moncloa esta salida. Hasta ahora, Robles siempre se había mostrado contraria a que sean los servicios de inteligencia los que carguen con las consecuencias de un agujero en la seguridad que a su entender es compartido con Félix Bolaños, quien ocupaba la Secretaría de Presidencia la pasada primavera cuando se infectaron las terminales. Desde Defensa, hacen hincapié en que entre las funciones del citado departamento está “la asistencia en materia de administración económica, personal, mantenimiento y conservación, medios informáticos y de comunicaciones”. En esta guerra han estado Robles y Bolaños y, finalmente, ha sido el hombre fuerte del presidente el que se ha anotado una victoria pírrica porque su imagen ha quedado dañada.

Con la salida de Esteban, Moncloa espera aplacar a ERC y que Sánchez pueda llegar a la reunión con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, con un trofeo. No hay garantías de que los republicanos se den por satisfechos y no se descarta que se lleguen a desclasificar documentos sobre los espionajes a los líderes soberanistas para recomponer la alianza. El encuentro aún no tiene fecha cerrada, aunque todas las fuentes apuntan a que será “lo antes posible”. El presidente no ve en riesgo la legislatura, pero quiere tener un colchón mayor de cara a las votaciones en el Congreso. Las últimas medidas importantes, como la reforma laboral o el decreto anticrisis, se han sacado sin los republicanos, pero el coste en la imagen del Ejecutivo ha sido grande.

Foto: La directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban. (EFE/Juan Carlos Hidalgo) Opinión

No solo preocupa la inestabilidad parlamentaria, sino que ERC, empujada por sus socios de Junts, acabe otra vez en un discurso de máximos sobre la independencia de Cataluña. Esto dinamitaría la imagen que se ha intentado trasladar de Sánchez como el “pacificador”. El PSOE no se puede permitir que el independentismo vuelva a la vía unilateral y por eso está haciendo lo posible para sofocar este incendio. El bloque de investidura recuperará esta semana la exigencia de crear una comisión de investigación para “depurar responsabilidades”, opción que el PSOE ya tumbó con PP, Vox y Ciudadanos la semana pasada. El otro fleco es el de la vulnerabilidad del sistema que ha quedado en evidencia al filtrar el Gobierno las escuchas a Sánchez y Robles en un intento de desviar la atención del espionaje a los soberanistas. Se ha puesto de manifiesto que la tensión en la bancada azul no solo existe con las ministras de Podemos, sino también dentro de la parte caoba, y esto solo acaba de empezar.

Días de presión desde varios frentes han acabado por forzar la caída de la directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Paz Esteban, que ha sido destituida hoy por el Gobierno tras el escándalo por el espionaje político con Pegasus al presidente, Pedro Sánchez; a la ministra de Defensa, Margarita Robles, y a otros miembros del Ejecutivo, según han confirmado a El Confidencial fuentes del Gobierno.

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