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El PP se ve en la Moncloa en 2023 con Feijóo: "Quiere ser presidente de España, no del PP"
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Optimismo tras el congreso nacional

El PP se ve en la Moncloa en 2023 con Feijóo: "Quiere ser presidente de España, no del PP"

En el partido hay euforia porque "el centro ha vuelto". Las encuestas internas dan al alza, pero muchos desaconsejan exponerse, adelantar las andaluzas y examinarse tan pronto en las urnas

Foto: Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Julio Muñoz)
Alberto Núñez Feijóo. (EFE/Julio Muñoz)
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Por primera vez en años, en el PP había coincidencia en algo. En los pasillos del recinto del Fibes de Sevilla se respiraba euforia. Pese a que habían vuelto los de la generación perdida del 'marianismo', el partido respiraba ilusión. "Hoy nos hemos quitado cuarenta años de encima. Nos hemos hecho un 'liftin'", declaraba un barón autonómico tras la clausura del congreso de entronización de Alberto Núñez Feijóo. El gallego no tenía rival en las votaciones, y tampoco en el plenario. Su discurso agradó a los presentes que le jalearon bajo el éxtasis de los que necesitan de un referente. A nivel interno, Feijóo tendrá más de cien días de gracia. En el PP se ve ahora posible llegar a la Moncloa. "Alberto nos va a sumar en las próximas citas electorales, Pablo ya nos restaba", declara un dirigente territorial que pronostica que las próximas citas con las urnas irán bien. Los sondeos que manejan en el partido ya recogen el "efecto Feijóo" y, además de agrandar la distancia con Vox, se recupera al votante socialista pragmático que ve en el PP una solución y no una amenaza. El análisis que se hace es que "el centro ha vuelto". Feijóo ha tendido la mano a grandes pactos de Estado con el presidente, Pedro Sánchez, pero siempre respetando el programa y los valores del PP.

La estrategia pasa por combatir al Gobierno, no desde el insulto y la confrontación, señalan en el equipo del gallego, sino desde la "institucionalidad y el sentido de Estado". Feijóo ha percibido que este es el punto débil del presidente, que se siente más cómodo frente a un PP bronco. El plan es colocar a Sánchez frente a su propio espejo. La forma de hacer oposición adelanta ya será "opuesta" a la de la etapa de Pablo Casado. El PP "propondrá, no se opondrá a todo". Feijóo aplicará el mismo libro de estilo que en Galicia: "la moderación no está reñida con la firmeza". Con respecto a los grandes pactos de Estado: "se escuchará siempre". Reconocen en la nueva dirección que las cosas con Sánchez no han empezado bien porque "se nos ha engañado" con el decreto para hacer frente a la crisis económica desatada por la inflación y el alza de los precios de la energía. Aun así, cuando Feijóo acuda la próxima semana a la Moncloa lo hará con la mano tendida. "No vamos a permitir que el PSOE siga con el argumento de que el PP es el partido del bloqueo", advierten los suyos.

Foto: El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo. (Reuters / Miguel Vidal)

Además de la economía, la renovación del CGPJ está entre las prioridades y hay optimismo entre la judicatura porque consideran que Feijóo no hará cálculos electorales de conveniencia política con un asunto de Estado. La llamada 'Ley de la Corona' es otro de los asuntos que Casado y Sánchez tenían sobre la mesa. Aunque en este momento está atascada, la situación de la Jefatura del Estado tras los escándalos que ha protagonizado el Emérito es una cuestión en la que los dos grandes partidos van a caminar juntos. Feijóo dejó claro su compromiso con la Corona y la Constitución en su discurso.

En clave interna, la lectura que se hace en el PP es que "Feijóo ha venido a ser presidente de España, no presidente del PP". Esto da un respiro a los territorios donde se ha vivido como una "pesadilla" la presión de la Génova de García Egea en cada una de sus decisiones. "Solo levantarte pensando que no hay nadie que te quiera matar es ya una tranquilidad", destaca un alto cargo andaluz. La bicefalia de Génova con Cuca Gamarra y Elías Bendodo permite al presidente seguir el modelo de Rajoy y preocuparse del proyecto más que del organigrama. Estará en las decisiones importantes, pero no "espiando quién y cuándo se aplaude en los chats internos", apunta un diputado en clara alusión a la dirección anterior. En los próximos días se conocerán los nombres de los portavoces en el Congreso, Senado y PP Europeo. Feijóo prevé tener culminado su desembarco en Madrid a final de mes, cuando haya dejado ya la presidencia de la Xunta. Su vicepresidente primero, Alfonso Rueda, es al que todas las quinielas apuntan como sucesor, pero únicamente ellos lo saben. Desde ese momento, Génova será el cuartel general del presidente. Desembarcará en el Senado, pero no le preocupa no estar en el Congreso. Su equipo de comunicación trabajará para superar esa carencia.

Foto: El presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, junto al de Andalucía, Juanma Moreno. (EFE/Julio Muñoz)

La nueva etapa también se abre en las relaciones con la Comunidad de Madrid. Feijóo huirá de los errores de Casado. "Se elevará como hacía Rajoy con Aguirre". Dará un papel importante a la baronesa, pero siempre desde sus límites. Ayuso ahora también va a tener perfil bajo, aunque no dejará de reivindicar la preponderancia de Madrid. En Sol no esconden que el poder en Génova es relevante, pero la prioridad es "que dejen a la presidenta en paz". El espíritu de armisticio es la nota general. Desde el lunes se trabajará en clave electoral. Aún no está decidido si habrá adelanto electoral en Andalucía. Feijóo deja el calendario para Juanma Moreno. Hay defensores y detractores de arriesgarse a un examen tan temprano en las urnas. Los que lo defienden esgrimen que ahora Sánchez está en uno de sus peores momentos, que la sentencia condenatoria de los ERE les beneficiara y lo más considerable: que se puede frenar a Vox. En el lado contrario, la reflexión es que, si se corre y el resultado como ocurrió en Castilla y León no es el previsto, el proyecto Feijóo saldrá muy tocado y el partido volverá al pesimismo que deriva en cainismo. Y cierran los pronósticos los que simplemente tiran de estadística para ir en junio a las urnas: "los peores meses para convocar unas elecciones son noviembre y febrero". Alfonso Fernández Mañueco lo ha sufrido en sus carnes. Durante un tiempo será el "barón paria" por su coalición con los de Santiago Abascal. La investidura está atascada y puede llevarse hasta Semana Santa. A Feijóo no se le espera.

Ayer ni mencionó a Vox. Sí les lanzó mensajes por alusiones. "Guarden sus carnés de patriotas", proclamó desde el escenario. Hubo mucho más. Feijóo colocó al PP frente a Vox como un partido de gestión, defensor de una España plural y tolerante. La máxima será ignorarlos. El nuevo presidente no estará pendiente de otros partidos. Se acabaron las operaciones para absorber a Ciudadanos. "Feijóo hablará para los votantes de derecha e izquierda, para los españoles". El objetivo es llegar a la Moncloa. En estos días todo son abrazos y euforia. Casado también vivió su luna de miel. Ayer constató la frialdad de los que le jaleaban hace apenas un mes. El ya expresidente del PP guarda hermetismo sobre su futuro. Está más animado. Sobre la negociación con Feijóo, no hubo acuerdo en el papel que Casado podía jugar en Europa. Es territorio de Esteban González Pons, que ahora manda mucho.

Por primera vez en años, en el PP había coincidencia en algo. En los pasillos del recinto del Fibes de Sevilla se respiraba euforia. Pese a que habían vuelto los de la generación perdida del 'marianismo', el partido respiraba ilusión. "Hoy nos hemos quitado cuarenta años de encima. Nos hemos hecho un 'liftin'", declaraba un barón autonómico tras la clausura del congreso de entronización de Alberto Núñez Feijóo. El gallego no tenía rival en las votaciones, y tampoco en el plenario. Su discurso agradó a los presentes que le jalearon bajo el éxtasis de los que necesitan de un referente. A nivel interno, Feijóo tendrá más de cien días de gracia. En el PP se ve ahora posible llegar a la Moncloa. "Alberto nos va a sumar en las próximas citas electorales, Pablo ya nos restaba", declara un dirigente territorial que pronostica que las próximas citas con las urnas irán bien. Los sondeos que manejan en el partido ya recogen el "efecto Feijóo" y, además de agrandar la distancia con Vox, se recupera al votante socialista pragmático que ve en el PP una solución y no una amenaza. El análisis que se hace es que "el centro ha vuelto". Feijóo ha tendido la mano a grandes pactos de Estado con el presidente, Pedro Sánchez, pero siempre respetando el programa y los valores del PP.

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