Un emocionado Aznar brinda su apoyo "sin tutelas ni tutías" a Feijóo: "No podemos fallar"

El positivo en Covid de José María Aznar no le ha impedido pronunciar un contundente discurso en el seno del congreso nacional que entronizará a Alberto Núñez Feijóo como próximo presidente del PP. El expresidente del Gobierno ha pedido hacer un "ejercicio de memoria", y ha enlazado su intervención con la que pronunció también en Sevilla hace 32 años, cuando cogió las riendas del partido de las manos de Manuel Fraga. "No podemos fallar", instaba, ante la nueva etapa que se abre en el PP.

A través de una intervención telemática, Aznar ha brindado un "apoyo total" a Feijóo, parafraseando el ya mítico "ni tutelas ni tutías" que pronunció Manuel Fraga en el histórico congreso de 1990, cuando rompió la carta de renuncia que le había escrito el entonces candidato castellanoleonés. "Yo solo soy un expresidente, pero quisiera romper simbólicamente esa carta que tú no tienes que escribir. No tengo otro mensaje. Pido a todos la mayor unidad y el apoyo más claro y decidido para esta nueva etapa", manifestaba.

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El expresidente del Gobierno ha pronunciado un sentido discurso en el que ha llegado a emocionarse al recordar a las víctimas del terrorismo. "Tenemos algunas cicatrices porque hemos dado unas cuantas batallas importantes", comenzaba Aznar, que recordaba a los "muchos" miembros del partido "que murieron por la democracia, por la libertad, que murieron por España y que murieron por el PP". El dirigente, visiblemente emocionado, interrumpía su discurso y, acto seguido, los miles de compromisarios reunidos en Sevilla dedicaban una gran ovación.

A diferencia de la mayoría de ponentes, que no han dedicado ni un segundo de sus intervenciones al presidente caído, Pablo Casado, José María Aznar sí ha tenido una deferencia hacia el todavía líder del partido, del que ha reconocido su labor. "Donde quiera que estés, gracias Pablo, por todo", concluía.

Aznar ha recuperado las claves con las que "sentamos las bases del cambio político en España", una receta que, asegura, puede volver a aplicar Feijóo casi tres décadas después. "Tres palabras: generosidad, ambición y responsabilidad", resumía, con especial énfasis en la necesidad de volver a "abrir la puerta a todos", sin "aceptar superioridades morales de nadie". "No las aceptamos antes, ni ahora, ni lo haremos nunca", zanjaba, ganándose una nueva ovación del público.

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"Me he referido al pasado porque nuestra realidad hoy no es diferente. No podemos fallar, y estoy seguro de que no vamos a fallar", finalizaba Aznar, que hacía un nuevo llamamiento a "retejer los afectos", tanto internos como externos, en una clara alusión a volver a atraer a los votantes que se fueron a Vox.

Rajoy: "En esta casa siempre han cabido todos"

Como cabía esperar, el presidente Rajoy hizo de Rajoy, y llenó su discurso de ironía. Arrancó los aplausos del pleno en varias ocasiones. El tono era jocoso pero los mensajes profundos. Al arrancar se felicitó de ver a “muchos de los de siempre”. Rajoy volvía al 2018, como si viviera el congreso que nunca tuvo. Volvían los suyos. Empezó recordando que militar en el PP es un honor y se puso a disposición de Feijóo. “En mi despedida dije que me apartaba, pero sigo aquí para ayudar. Tengo claro cual es mi papel y cuál debe de ser mi actitud”. “No espero ningún protagonismo ni ningún agradecimiento, más solo mantener vuestro cariño y amistad” contestaba a los que le jaleaban.

En su intervención, además de brindar apoyo a Feijóo como había hecho su antecesor, Rajoy ha cargado contra los partidos "bisagritas, cuando no chantajistas declarados", y ha hecho un llamamiento a los que abandonaron las siglas del PP a volver a una casa en la que "siempre han cabido todos". "Nos vota gente de toda condición y todos deben verse reflejados. No pedimos a nadie que renuncie a sus ideas y a sus creencias", lanzaba.

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Rajoy ha dedicado buena parte de su intervención a pedir "unidad" en torno a Alberto Núñez Feijóo. "Si estamos unidos podemos ganar o no, pero divididos perdemos siempre", manifestó, reiterando que "no hay que prescindir de nadie porque no nos sobra nadie".

Los dos expresidentes del Gobierno han hecho sendas intervenciones antes de que lo hiciera Pablo Casado que, con lágrimas en los ojos, ha pronunciado su último discurso como líder nacional. El todavía presidente del partido ha llegado al Palacio de Congresos de Sevilla en torno a las cinco de la tarde. En la salida le esperaba Pablo Montesinos, casi el último fiel que se hundió con el barco, pero no estaba solo. Junto a él, tanto Cuca Gamarra como Elías Bendodo, nuevos número dos y tres, respectivamente, quisieron acompañar al todavía presidente nacional en señal de unidad entre la dirección saliente y la nueva etapa.

Pero más que una celebración, la llegada de Pablo Casado se vivió como un sepelio. La tensión era evidente entre el todavía dirigente nacional y los cargos que forzaron su destitución. La presencia del presidente saliente del PP es incómoda para muchos, y ha quedado patente cuando ha hecho su entrada en el auditorio, justo después de la intervención de José María Aznar, y acompañado de Alberto Núñez Feijóo. Pablo Casado ha confirmado el fin de su etapa al frente del partido despejando su final: abandonará el escaño y también la política.