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El alcalde de Valladolid defiende la abstención para que gobierne el PP y Ferraz lo rechaza
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CORDÓN SANITARIO A VOX

El alcalde de Valladolid defiende la abstención para que gobierne el PP y Ferraz lo rechaza

Ante la intención de Ferraz de enterrar este debate antes de que siga avivándose, Óscar Puente ha reclamado la necesidad de realizar "una reflexión más a fondo y más colectiva"

Foto: El candidato socialista a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Tudanca (2i); junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d); la procuradora en las Cortes, Patricia Gómez Urbán (i), y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente (d).
El candidato socialista a la presidencia de la Junta de Castilla y León, Luis Tudanca (2i); junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d); la procuradora en las Cortes, Patricia Gómez Urbán (i), y el alcalde de Valladolid, Óscar Puente (d).

El alcalde de Valladolid y líder provincial del PSOE, Óscar Puente, ha abierto el debate en el seno de la organización en Castilla y León al plantear una abstención en la investidura del popular Alfonso Fernández Mañueco para que gobierne sin Vox. Los populares no dependerían así de la formación de ultraderecha, que ya ha reclamado su "deber y derecho" de entrar en un Ejecutivo de coalición con un peso proporcional a sus 13 escaños frente a los 31 del PP. El que fuera también portavoz de la ejecutiva federal del PSOE ha defendido que, "por coherencia", se le ofrezca al PP la oportunidad de gobernar sin Vox. Un extremo que rechazan tajantemente desde Ferraz, al considerar que los populares están dispuestos a gobernar con el partido de Santiago Abascal y que, además, esta alianza es responsabilidad del PP al asumir el riesgo de cambiar a Ciudadanos por Vox como socios de gobierno al adelantar las elecciones.

El cordón sanitario que ha reclamado el regidor vallisoletano esta misma mañana, antes de que Mañueco inicie una ronda de contactos con los partidos de mayor a menor para explorar las opciones de cara a su investidura, se produce después de que la dirección estatal del partido se cerrase a debatir esta posibilidad. En la ejecutiva celebrada esta mañana en Ferraz ni siquiera se ha tratado esta cuestión, según ha reconocido el portavoz, Felipe Sicilia. "El PSOE y su ejecutiva tienen una posición clara", ha zanjado Sicilia.

En el entorno del Puente entienden que sería sano abrir un debate y de ahí que el alcalde haya expresado su posición. Los choques que los alcaldes socialistas tenían con la Junta de Castilla y León gobernada en solitario con el PP, así como las zancadillas institucionales que algunos han denunciado, podrían multiplicarse todavía más con la entrada de Vox. A la espera de cómo cala el debate, está por discernir el futuro del líder regional, Luis Tudanca, que en la misma noche electoral abría la puerta a su salida.

De ofrecerse solo la abstención sin otros acuerdos de legislatura, Mañueco quedaría retratado en caso de rechazarla y buscar la alternativa con Vox

Ante la intención de Ferraz de enterrar este debate antes de que siga avivándose, el alcalde de Valladolid ha reclamado la necesidad de realizar "una reflexión más a fondo y más colectiva". Según su opinión, sería contradictorio para el partido argumentar el peligro para la democracia que representaría Vox al mismo tiempo que no se ofrece "una alternativa" para evitar su entrada en el Gobierno regional. Asimismo, ha subrayado que los socialistas no deben hacer lo mismo que hizo el PP tras los anteriores comicios de 2019, cuando ganaron las elecciones y los populares les impidieron gobernar al buscar un acuerdo con Ciudadanos.

El recorrido de este debate se determinará en los próximos días. Un elemento significativo para cerrar la puerta a la abstención es que supondría para los socialistas negociar otros acuerdos de legislatura. Un Gobierno en minoría de Mañueco seguiría necesitando a futuro o bien al PSOE o a Vox para sacar adelante los presupuestos y las principales leyes de la legislatura. De ofrecerse solamente la abstención sin otros acuerdos de legislatura, Mañueco podría quedar retratado en caso de rechazarla y buscar la alternativa con Vox. Sin embargo, si el PSOE no la ofrece primero, su relato sobre la necesidad de parar a Vox quedaría tocado y correría el riesgo de retratarse a sí mismo.

Para Unidas Podemos, cualquier tentativa en esta dirección es vista como el preludio de un Gobierno de concentración. Con todo, la iniciativa que Puente ha puesto sobre la mesa "por coherencia" serviría para sostener con hechos demostrables su reclamación de un cordón sanitario. Y de rechazarlo el PP tendría mucho más difícil encarar el ciclo electoral que se abre desde una posición de diferenciación con sus competidores por la derecha.

Para Unidas Podemos, cualquier tentativa en esta dirección es vista como el preludio de una "gran coalición"

Los morados se han precipitado en mostrarse contrarios a facilitar un Gobierno en solitario de Mañueco a través de una abstención. De forma preventiva, se han referido a la posibilidad de que lo haga el PSOE como "una gran coalición". Este escenario, según el líder de Podemos en Castilla y León, Pablo Fernández, no sería la solución para frenar el auge a la ultraderecha, que centró en realizar políticas "valientes y progresistas" desde la Moncloa. "A la ultraderecha no se la frena con una gran coalición, sino con derechos", abundó esta mañana en rueda de prensa desde la sede estatal del partido en Madrid.

La disyuntiva que afrontan tanto PP como Vox a la hora de gobernar juntos anticipa unas negociaciones complejas, al igual que el debate interno en estas formaciones. En el caso de Génova no solo porque el resultado de anticipar las elecciones sea el de cambiar a un socio moderado por otro más radical, sino por las diferentes posiciones que tienen los barones autonómicos respecto a la gobernabilidad con Vox. En el caso de la formación de Santiago Abascal porque entrar en un Ejecutivo autonómico podría suponer morir de éxito, al tener más dificultades para diferenciarse de los populares y confrontar con Pablo Casado, además de perder su seña de identidad como fuerza 'antiestablishment' y refugio del voto de castigo en la derecha.

En Ferraz, mirando en clave de ciclo electoral, la dependencia del PP hacia Vox que sale de las urnas de Castilla y León se está exprimiendo como elemento movilizador de los votantes del bloque progresista y una caricatura del partido de Pablo Casado. El líder de los populares no habría salido reforzado como pretendía para poner rumbo a la Moncloa, auspiciado por una concatenación de buenos resultados en comicios autonómicos.

El alcalde de Valladolid y líder provincial del PSOE, Óscar Puente, ha abierto el debate en el seno de la organización en Castilla y León al plantear una abstención en la investidura del popular Alfonso Fernández Mañueco para que gobierne sin Vox. Los populares no dependerían así de la formación de ultraderecha, que ya ha reclamado su "deber y derecho" de entrar en un Ejecutivo de coalición con un peso proporcional a sus 13 escaños frente a los 31 del PP. El que fuera también portavoz de la ejecutiva federal del PSOE ha defendido que, "por coherencia", se le ofrezca al PP la oportunidad de gobernar sin Vox. Un extremo que rechazan tajantemente desde Ferraz, al considerar que los populares están dispuestos a gobernar con el partido de Santiago Abascal y que, además, esta alianza es responsabilidad del PP al asumir el riesgo de cambiar a Ciudadanos por Vox como socios de gobierno al adelantar las elecciones.

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