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Mañueco, el presidente que madruga para recoger la cosecha
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Un político 'de cuna'

Mañueco, el presidente que madruga para recoger la cosecha

El líder del PP en Castilla y León mantiene su residencia en Salamanca, lo que le ha obligado a convertir su coche en un despacho improvisado

Foto: Foto: Patricia J. Garcinuño para El Confidencial.
Foto: Patricia J. Garcinuño para El Confidencial.

Un día cualquiera de Alfonso Fernández Mañueco comienza y termina en Salamanca, su ciudad natal. Parte en coche cada mañana hacia Valladolid, a la sede de la presidencia de la Junta de Castilla y León. Un trayecto de una hora que hace colgado al teléfono, organizando la jornada, escuchando las noticias o al ritmo de canciones de los ochenta, su década musical preferida. “Su despacho es el coche, ahí coordina y se implica en el trabajo de todas las consejerías”, asegura Ester Muñoz, una de sus asesoras.

Esta campaña, marcada por el campo, ha descubierto la relación de Mañueco con la agricultura, donde algunos de sus máximos rivales se han sentido más cómodos. Político de cuna por herencia de su padre, su conocimiento le llegó sobrevenido y casi por accidente por la experiencia de Fina, su mujer, procedente de una familia de agricultores. De su mano aprendió lo que es madrugar para la labranza. “Sé lo que es levantarse a las cinco de la mañana porque hay que recoger la cosecha”, ha repetido en varios actos.

Los nervios se han instalado en el PP en la recta final del camino a las urnas, aunque quien conoce a Alfonso Fernández Mañueco asegura que es una excepción. Él es un hombre tranquilo. También un trabajador incansable, según los que han compartido gestión con él. “Lo primero que aprendes es que tu jefe va a trabajar más que tú. De lunes a domingo”, cuenta Jorge Moreta, actual coordinador general del Área de Cultura del Ayuntamiento de Madrid, pero que conoce a Mañueco desde la infancia y de su etapa conjunta en el Ayuntamiento de Salamanca.

La pandemia y las tensiones en el Gobierno de coalición pusieron a prueba otra de sus virtudes: la templanza. Así lo relata su compañera de partido María Paloma Vallejo: “Ha sabido escuchar, ha buscado distintas opiniones”. Es el rasgo que destacan los que han formado parte de sus equipos, junto con la cercanía. “Es cercano, cariñoso y divertido”, añade Moreta.

La sociedad con Ciudadanos ha sido muy complicada hasta la abrupta ruptura que acabó en el adelanto electoral. Nada fue igual con Francisco Igea desde el pasado mes de septiembre, a raíz de la reforma sanitaria planteada por los naranjas. Sus exsocios de Ciudadanos y los responsables de Por Ávila, directamente aludidos por la maniobra del presidente, le acusan de mentir y de no respetar la palabra dada. Ese, precisamente, ha sido uno de los grandes argumentos esgrimidos contra él durante la campaña. Sus amigos discrepan de la imagen que esta crisis política deja de él. “Ha tenido que tomar decisiones muy difíciles, en momentos muy complejos, y lo ha hecho siempre desde la responsabilidad y la firmeza”, dicen.

Con sus allegados, se prodiga en gestos y detalles. Así lo valoran sus amigos y compañeros. Ester López destaca “su calma, su dedicación, sus ánimos cuando el resto nos veníamos abajo ante esos momentos tan duros de la pandemia. Nos animaba a seguir, a sacar lo mejor de nosotros mismos”. Cuenta Vallejo que en 2019, cuando se iban a votar las Cortes de Castilla y León, recibió un mensaje de su familia. “Mis hijas acababan de tener un accidente. Me costó ponerme en pie y dar el sí a Mañueco. Salí lo antes posible y me fui avisando solo a una compañera de lo que había ocurrido. La primera llamada que recibí fue la de Alfonso, quería saber si mis hijas estaban bien”. Ese Mañueco detallista también lo relata Jorge Moreta: “En el velatorio de mi padre, Alfonso estuvo mañana y tarde. Más de cuatro horas”.

Familiar, futbolero y taurino

Pero si hay un rasgo que todos coinciden en destacar es la importancia que para él tiene la familia. “Su única manía es tener siempre muy presentes a sus hijas, a su familia”, asevera Moreta. Su mujer y dos hijas (Ana y Loreto) además responden a las exigencias de la vida política de Mañueco. Vallejo considera que “su familia sabe muy bien lo que supone y creo que eso les lleva a acompañarle siempre que pueden”. Lo sabe bien Mañueco, que también tuvo padre político.

El Real Madrid es otra de sus debilidades. Una afición que le ha traído algún problema con los seguidores de los equipos salmantinos. El perfil más personal de Alfonso Fernández Mañueco se completa con su devoción taurina, gusto por la lectura y la música de los ochenta. “Verle actuar en alguna boda, micrófono en mano, siempre se recuerda con una sonrisa”, asegura Javier Lacalle.

Aprendió la política en casa

Mañueco nació en Salamanca en 1965 y mamó en casa el interés por la política. Su padre, el magistrado Marcelo Fernández, fue alcalde de Salamanca en la última etapa del franquismo entre 1969 y 1971. Estudió en los colegios Francisco de Vitoria y Maestro Ávila de la capital charra y cursó Derecho en la Universidad de Salamanca. Realizó prácticas de pasante durante dos años en el despacho familiar, pero por entonces ya se había cruzado la acción política en su camino. En la universidad fundó la primera asociación de estudiantes de Castilla y León.

Se afilió en el PP a los 18 años y desde entonces, y ya van 38, su vida no se ha separado de la política ni del partido. En 1993 es nombrado secretario general del PP en la provincia de Salamanca y solo dos años después alcanza su primer cargo público siendo elegido concejal con 30 años. A los 31 era nombrado presidente de la Diputación de Salamanca y con 36 llega por primera vez al Gobierno autonómico como consejero de la Presidencia en el Ejecutivo de Juan Vicente Herrera. La siguiente legislatura cambia de cartera y asume Interior y Justicia, una consejería muy criticada por dedicarse a gestionar competencias anheladas en ese momento por la comunidad autónoma, pero que no han sido transferidas por el Estado.

Foto: Los candidatos del PSOE, PP y Ciudadanos. (EFE/Gallego)

En 2011 deja la política autonómica y consigue ser alcalde de Salamanca manteniendo el Gobierno popular de mayorías absolutas de Julián Lanzarote. “Disfrutó mucho su etapa de alcalde. Salamanca es su ciudad y Alfonso ama a Salamanca. Es un político cercano, un gestor de soluciones, de propuestas, y no hay una gestión más directa que la de un ayuntamiento. Para él fue una etapa de mucha responsabilidad, pero también de mucha felicidad”, recuerda Jorge Moreta. En 2015 vuelve a la política autonómica como procurador en las Cortes autonómicas para terminar siendo el sucesor de Juan Vicente Herrera en 2019, tras ganar a Antonio Silván las primeras primarias del PP de Castilla y León.

Alfonso Fernández Mañueco ha estado casi la mitad de su vida en un cargo público. Una larga vida política por la que ha ido avanzando sin estridencias. Nunca ejerció como verso suelto, siempre ha sido parte del aparato regional y nacional del partido y ha recibido críticas por actuar plegado a los intereses de Génova. Ahora reivindica su espacio como barón autonómico a la estela de Isabel Díaz Ayuso.

Un día cualquiera de Alfonso Fernández Mañueco comienza y termina en Salamanca, su ciudad natal. Parte en coche cada mañana hacia Valladolid, a la sede de la presidencia de la Junta de Castilla y León. Un trayecto de una hora que hace colgado al teléfono, organizando la jornada, escuchando las noticias o al ritmo de canciones de los ochenta, su década musical preferida. “Su despacho es el coche, ahí coordina y se implica en el trabajo de todas las consejerías”, asegura Ester Muñoz, una de sus asesoras.

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