Alarma en el PP a 48 horas del 13-F: Mañueco recurre a Ayuso como revulsivo

El PP ha pasado en dos semanas de un optimismo desbordante a prácticamente pedir la hora en Castilla y León. Ese nerviosismo de los últimos días, con un descenso continuado en los sondeos, ha provocado un giro en la estrategia de Alfonso Fernández Mañueco, que ha recurrido 'in extremis' a Isabel Díaz Ayuso como revulsivo para salvar el 13-F. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que empezó la campaña con una presencia moderada, ha terminado completamente volcada, con más del doble de apariciones de las previstas y con un papel protagonista en el cierre junto a Pablo Casado y otros barones regionales.

Como ha informado El Confidencial, el ánimo entre los populares dista del exhibido durante los primeros días de la campaña, cuando las encuestas auguraban una victoria de Fernández Mañueco muy próxima a la mayoría absoluta y similar a la lograda por Ayuso el 4-M. Pero nada más lejos de la realidad. Ahora manejan incluso la hipótesis de que la izquierda dé un vuelco: para el PP tiene "opciones reales" de ganar. Los sondeos internos del partido señalan una horquilla entre 28 y 31 procuradores, una cifra que previsiblemente será inferior a la suma de toda la izquierda u otras combinaciones. Si se cumple esta previsión, necesitará a Vox en cualquiera de los casos.

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Y es aquí donde Ayuso ha cambiado su papel. Si desde su equipo señalaban al inicio de la campaña que solo iba a estar en dos mítines (Burgos y Valladolid) por cuestiones de agenda, en solo unos días, el calendario se ha liberado y ha duplicado su presencia, con cuatro actos más el cierre, que se celebrará hoy en Valladolid. La experiencia de los últimos eventos con la presidenta madrileña garantiza el llenazo, pero también un discurso de tú a tú con Vox, al alza en todas las encuestas.

La presidenta de la Comunidad de Madrid asistirá al cierre de la campaña junto a Pablo Casado, Alfonso Fernández Mañueco, Alberto Núñez Feijóo y José Luis Martínez-Almeida. La foto, aunque las aguas están más calmadas en las últimas semanas, añadirá aún más morbo a la cita. La tregua que trajeron las elecciones en Castilla y León en el pulso entre Ayuso y Génova por el control del partido en Madrid se mantiene, pero la tensión no está ni mucho menos superada. Este diario ya informó esta misma semana que los resultados del 13-F podrían reactivar las exigencias de la dirigente madrileña, que pide adelantar el congreso regional, en el caso de que un batacazo.

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Ayuso incluso ha cambiado su relación con Vox en los últimos días. Si bien esta misma semana defendió un pacto con los de Abascal —"mejor con Ortega Lara que con los que lo secuestraron"—, ayer mismo cambió el paso y pasó al cuerpo a cuerpo con ellos, con quienes guarda una excelente relación en la Comunidad de Madrid. La presidenta regional se mostró muy combativa con Santiago Abascal y Rocío Monasterio por el tema de la inmigración, con una intervención muy afilada en la Asamblea que dio paso a un intercambio de tuits con el líder de la formación a cuenta de las bandas latinas. “Son tan españoles como Abascal, usted o yo”, espetó Ayuso a Monasterio sobre la supuesta relación de los menores no acompañados, los denominados menas, con los dos asesinatos ocurridos en Madrid el fin de semana pasado.

Movilización

La implicación de Isabel Díaz Ayuso en la campaña no es algo aislado. El resto de partidos han detectado la misma debilidad del PP y han hecho lo propio, empezando por el PSOE. Como el depredador que huele la sangre, Pedro Sánchez asistió ayer a un mitin que no estaba previsto en Burgos. Desde las filas socialistas han pasado de una estrategia basada en minimizar los daños ante una previsible derrota a movilizar al presidente del Gobierno en la recta final. En el partido están convencidos de que, si logran aumentar la participación y movilizar a los indecisos, pueden dar un vuelco a las previsiones. Para ello, no obstante, necesitarán sí o sí a Unidas Podemos y otras formaciones provincialistas como UPL o las plataformas de la España Vaciada. También, incluso, a Ciudadanos.

En Vox la situación no varía respecto al inicio de la campaña. Tanto Santiago Abascal como el resto de las figuras del partido han intensificado su presencia en los mítines con Juan García-Gallardo, convencidos de que están ante una oportunidad única de entrar por primera vez en un Gobierno autonómico. Las cuentas de Vox pasan por exprimir al máximo a los populares y rebañar todo lo que puedan en el electorado de la España despoblada. Tanto, que en su último acto en León anunciaron que se comprometen a incluir en las negociaciones las "reivindicaciones legítimas" de la España Vaciada.

Los cierres de campaña, que reunirán en Valladolid a todos los grandes partidos, movilizarán a las principales figuras a nivel nacional. Además de Sánchez, Casado y Abascal, esta tarde se sumarán Irene Montero, Alberto Garzón e Ione Belarra para arropar al candidato de Unidas Podemos, Pablo Fernández. También está previsto que acuda Inés Arrimadas para acompañar a Francisco Igea, el aspirante de Ciudadanos a la Junta de Castilla y León.