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PSOE y Podemos rebajan la tensión por el conflicto con Rusia tras mediar Yolanda Díaz
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ANTES DE LA COMPARECENCIA DE ALBARES

PSOE y Podemos rebajan la tensión por el conflicto con Rusia tras mediar Yolanda Díaz

Socialistas y morados intentan ahora alinear sus discursos bajo la premisa de apostar por la desescalada de la crisis a través del diálogo y la diplomacia

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), conversa con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Rodrigo Jiménez)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), conversa con la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Pablo Iglesias no forma parte del Gobierno y Yolanda Díaz no pertenece a Podemos. Dos matices que no siempre se tienen en cuenta para interpretar los choques en el seno de la coalición y que explicarían el papel de la vicepresidenta segunda durante las últimas horas para limar asperezas entre los socios por las diferencias sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania. Díaz ha abordado este asunto con las diferentes partes, según fuentes de su entorno. La intención pasa por mantener una postura común y rebajar las críticas de los morados por el envío de tropas al Mar Negro y Bulgaria. Una posición que comenzó delimitando Iglesias y que posteriormente replicaron las dos dirigentes de la formación en el Consejo de Ministros, Ione Belarra e Irene Montero, recuperando el lema del 'no a la guerra' contra los socialistas.

La vicepresidenta segunda se mantuvo al margen de estas críticas, la confluencia Galicia en Común por la que es diputada electa ni siquiera firmó el manifiesto liderado por Podemos para censurar a Defensa, e intervino para que se pasase página sobre una desavenencia que rompía la cláusula de lealtad en asuntos de Estado como es la política exterior. Este lunes ya comenzaron a alinearse los discursos de socialistas y morados bajo el paraguas de una apuesta común por la desescalada a través del diálogo y la diplomacia.

Se asegura así un mínimo común para cerrar filas dentro del Gobierno coincidiendo con la comparecencia este martes en el Congreso del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, a petición propia, "para informar sobre la situación en Ucrania, en particular, sobre las decisiones adoptadas al respecto en el Consejo de Ministros de Asuntos Exteriores de la UE". Lo hará en la comisión del ramo, en la que además es portavoz el secretario primero de la Mesa del Congreso por Unidas Podemos, Gerardo Pisarello, que fue una de las primeras voces en mostrar su malestar por el ofrecimiento del Gobierno a la OTAN. Fuentes del grupo parlamentario de Unidas Podemos anticipan la distensión, aunque lo vinculan a un cambio en el tono de los socialistas.

Tanto desde Ferraz como desde la parte socialista del Gobierno han insistido en una retórica más centrada en "desescalar el conflicto" y en priorizar la vía diplomática a la militar. La propia ministra de Defensa, Margarita Robles, quien se encargó de anunciar el pasado jueves el ofrecimiento militar de España, insistía en estos términos remarcando que el Ejecutivo apuesta "por la paz". Asimismo, afeaba que "hay un poco de desconocimiento de cuál es la participación" porque "el ofrecimiento de tropas lo realiza España como socio de la OTAN y aliado serio y fiable no difiere de nada que no se esté haciendo desde hace muchos años como consecuencia de la participación de España en esta organización".

Foto: Joe Biden accede a la Casa Blanca. (Reuters/Reynolds)

Pedro Sánchez ya escenificaba este fin de semana la voluntad de seguir una estrategia multilateral a través de sus contactos con líderes europeos, de la UE y la OTAN. Una estrategia coordinada con la UE frente al supuesto seguidismo unilateral de EEUU del que lo acusaron sus socios, principalmente el exvicepresidente segundo durante un acto de campaña en Castilla y León. Según recalcaron fuentes del Gobierno, el presidente del Gobierno le trasladó al secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, "su apuesta por el diálogo y su confianza en que la diplomacia es el camino para la desescalada".

Diálogo, diplomacia y desescalada eran precisamente las palabras a las que se acogían este lunes los morados para cerrar la crisis de los últimos días aduciendo que los socialistas habrían "rectificado" y asumido sus posiciones. Así lo argumentaba el coportavoz del partido, Pablo Fernández, desde la sede del partido morado, aun insistiendo en la respuesta de su partido de rechazar el envío de tropas a la zona y "no subordinarse a los intereses de EEUU".

El también candidato en las elecciones de Castilla y León, participaba este fin de semana con Iglesias en un mitin de precampaña en Valladolid, donde el exlíder de Podemos cargaba las tintas contra Robles y cuestionaba el papel de OTAN. La portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, preguntada por estas críticas lanzaba un dardo asegurando que cada partido decide quién es su portavoz, para acto seguido reclamar a sus socios mayor contención de cara a no alterar la estrategia diplomática.

Molesta o no con la portavocía oficiosa de Iglesias, la líder del sector de Unidas Podemos en el Gobierno ha salido al rescate para intentar acercar posturas y alejar el ruido respecto a esta cuestión en el seno de la coalición. Un ruido que ha vuelto a tensar las costuras de la coalición en un asunto trascendental y que la oposición no ha dejado de aprovechar. El presidente del PP, Pablo Casado, volvía a subrayar este lunes, durante una entrevista en la Cadena COPE, la disparidad de criterios entre los socios para poner en duda la falta de claridad en política exterior. De ahí que reclamase a Sánchez que compareciese en el Congreso para aclarar "si estamos a favor de la libertad y la democracia, o si estamos en el 'no a la guerra', la pegatina y la soflama".

Las formaciones independentistas sí mantendrán una posición de rechazo en bloque contra la respuesta del Gobierno. Para ello han registrado una petición de comparecencia de la ministra de Defensa, a quien demandan explicaciones sobre el "envío de tropas españolas a los Estados vecinos, con el riesgo de alimentar así la tensión en el conflicto". Una petición de comparecencia firmada por ERC, Junts, EH Bildu, CUP y BNG. Con estos tres últimos, Podemos firmó un manifiesto conjunto el pasado viernes pidiendo una desescalada del conflicto y mostrando su "rechazo frontal" al envío de tropas. Bajo el nombre 'Manifiesto por la paz y para evitar una nueva guerra en Europa: desescalada y diálogo, no al envío de tropas ni armamento a Ucrania', se aboga por respetar "la soberanía de los pueblos" y rechazar "las amenazas militares de un país a otro estado soberano, sea de quién sea, así como cualquier cambio de frontera por la vía de la agresión militar". Ahora, la estrategia parlamentaria de Unidas Podemos se suavizará respecto a la línea marcada por el partido en un primer momento, al igual que la del sector morado en el Ejecutivo.

Pablo Iglesias no forma parte del Gobierno y Yolanda Díaz no pertenece a Podemos. Dos matices que no siempre se tienen en cuenta para interpretar los choques en el seno de la coalición y que explicarían el papel de la vicepresidenta segunda durante las últimas horas para limar asperezas entre los socios por las diferencias sobre el conflicto entre Rusia y Ucrania. Díaz ha abordado este asunto con las diferentes partes, según fuentes de su entorno. La intención pasa por mantener una postura común y rebajar las críticas de los morados por el envío de tropas al Mar Negro y Bulgaria. Una posición que comenzó delimitando Iglesias y que posteriormente replicaron las dos dirigentes de la formación en el Consejo de Ministros, Ione Belarra e Irene Montero, recuperando el lema del 'no a la guerra' contra los socialistas.

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