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La primera campaña electoral de Sánchez sin Iván Redondo: las siete diferencias
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Cambio de estrategas en Castilla y León

La primera campaña electoral de Sánchez sin Iván Redondo: las siete diferencias

El PSOE pasa del "somos la izquierda" a la férrea defensa de la socialdemocracia. Moncloa se implicó con Illa y Gabilondo, con resultado dispar. Ahora, el presidente guarda la ropa con un ojo en Andalucía

Foto: Las primeras elecciones de Sánchez sin Redondo. (Imagen: L. Martín)
Las primeras elecciones de Sánchez sin Redondo. (Imagen: L. Martín)
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Pedro Sánchez encara la campaña electoral de Castilla y León como su primera prueba de fuego tras la catarsis acometida en el Gobierno el pasado verano y en el 40º congreso federal. El giro al aparato y el abrazo a la socialdemocracia se examinarán por primera vez en las urnas en un escenario de incertidumbre, donde el PSOE asume haber comenzado la precampaña a rebufo del marco —las macrogranjas y el campo— fijado por el PP. En Moncloa y Ferraz miran de reojo también a Andalucía. Es la primera cita con las urnas también sin Iván Redondo, que estuvo, salvo la moción de censura de Murcia, en casi todo, y la primera donde se examina el presidente de cara al maratón electoral que viene. En el 13-F arranca la reválida para el sanchismo 3.0.

El PSOE está encarando la campaña de Castilla y León de diferente manera a como abordó el 14-F en Cataluña o el 4-M en Madrid, dos elecciones con resultados muy dispares pero que tuvieron un mismo protagonista: Iván Redondo. Hay grandes diferencias entre lo que se hizo y lo que se está haciendo. Para empezar, el que fuera director de gabinete del presidente decidió que las catalanas y las madrileñas estuvieran protagonizadas por una estrategia con Sánchez de protagonista estelar. "Sánchez salía entonces con determinación y fuerza porque Sánchez es Sánchez, un dirigente con personalidad propia y muy específica, capaz de movilizar voto por sí solo". Se volcó con Salvador Illa e hizo lo propio con Ángel Gabilondo porque, para Redondo, Sánchez era su principal activo.

Foto: Pedro Sánchez junto a Pablo Casado. (EFE/Fernando Villar/POOL)

En las próximas elecciones, sin embargo, el presidente está marcando una hoja de ruta diferente. Lleva dos fines de semana sin pisar territorio castellanoleonés y su presencia será diferente a la de las últimas campañas. Sí estará, por ejemplo, en el cierre electoral para vender gestión y vacunación. ¿Por qué este perfil bajo del presidente del Gobierno? En Ferraz, aseguran que "el PSOE es una máquina engrasada que está en modo campaña permanente". Y señalan en el mapa un territorio aún más importante: Andalucía. El secretario general de los socialistas ya se dejó ver hace una semana por Granada y va a multiplicar sus visitas a una autonomía donde el PSOE se la juega a cara o cruz si Juanma Moreno decide adelantar los comicios. En menos de un mes, podría apretar el botón rojo.

Otra diferencia evidente entre la actual y las últimas campañas que llevó Redondo afecta a los lemas de campaña y los recursos empleados. El PSOE ha ido evolucionando del 'Haz que pase' sanchista al 'Soso, serio y formal' de Gabilondo o el 'Vuelvo a casa' de Illa, pasando por 'La España que quieres'. Con Tudanca, los socialistas han elegido el término 'Cambio'. Redondo se volcaba con el candidato: redes sociales, videopolítica, gráficos, presentaciones genuinas de los programas de gobierno, música... Y una estética original, con ilustraciones en blanco y negro y mucho primer plano. Falta por ver el despliegue que hace el nuevo PSOE durante las dos semanas de campaña en Castilla y León. Una curiosidad que destaca un redondista: "Elegimos la palabra España porque vimos que a la izquierda le sentaba bien".

El giro al aparato que imprimió Sánchez en el congreso federal de Valencia también está quedando demostrado en esta campaña. Con Redondo, la palabra 'izquierda' se enarboló con insistencia en las diferentes citas con las urnas, en una clara apuesta para diferenciarse de Unidas Podemos y el resto de socios autonómicos, pero ahora ese término ha ido dejando paso al de 'socialdemocracia', un mensaje inédito durante la etapa del donostiarra en Moncloa y Ferraz. Gabilondo, por ejemplo, también decidió marcar distancias con Iglesias en los primeros compases de la campaña en Madrid, con lemas como 'Hazlo por Madrid' o 'Gobernar en serio', para luego tenderle la mano ante el empuje de Ayuso. Decidieron que el rival era la derecha y Sánchez, el mejor garante de la unidad de la izquierda. En Castilla y León, sin embargo, las izquierdas están más alejadas que nunca, más si cabe tras la crisis de las macrogranjas y el encontronazo por el conflicto con Rusia.

Foto: Irene Montero, Ione Belarra y Alberto Garzón. (EFE/Kiko Huesca)

El PSOE no comenzó la precampaña del 13-F como le gustaría. Perdió los tiempos y los marcos desde el primer momento con la crisis de las macrogranjas y le está costando colocar sus mensajes. Fue algo que quiso evitar Illa, proponiendo mensajes como "pasar página" o el "vuelve Cataluña". Le fue bien. Gabilondo, por su parte, también naufragó a la hora de imprimir los tiempos, y el "comunismo o libertad" de Ayuso, respondido con fuerza por el candidato Pablo Iglesias y por el propio PSOE de forma errónea, a la vista de los resultados, llevó a la izquierda al fracaso. "En la campaña tienes que ir al ataque siempre", recuerda el mismo redondista.

El PSOE no comenzó la precampaña del 13-F como le gustaría. Perdió los tiempos y el marco

¿En qué público queremos impactar? Fue una de las prioridades de Sánchez y Redondo. En todas sus campañas, hubo dos objetivos: las mujeres reformistas (las 'madres', que, según consideraron, deciden las victorias en las elecciones) y los jóvenes, incluidos los nuevos votantes. Illa también buscó estos nichos y Gabilondo lo intentó. El presidente, además, exprimió al máximo el Consejo de Ministros, desplegando a ministros sobre el territorio para atraer a estos votantes. El exministro de Sanidad, por ejemplo, mantuvo su asiento en el Gobierno hasta última hora, lo que le valió la sanción de sus socios de Podemos. Y en Madrid se impulsó a Reyes Maroto, por ejemplo, a la que se pudo ver en la puerta del Congreso, en una imagen inédita, con unas fotografías de una navaja ensangrentada que recibió. Ahora, la presencia de ministros por Castilla y León es escasa.

Redondo también quiso exprimir al máximo los formatos y no le importó tirar de clásicos. Por ejemplo, en las generales de 2019 y en las catalanas envió cartas personalizadas a diferentes públicos, de diferentes edades, cartografiando las localidades en juego. De cara al 13-F, la campaña es diferente y se ha decidido tirar de formatos más clásicos, al menos de momento, sin grandes sorpresas. El PSOE es el vencedor de las autonómicas y su principal objetivo es retener el voto que recibió en 2019 y arañar al PP la mayor cantidad posible de sufragios de Ciudadanos.

Foto: Abascal, García-Gallardo y Ortega Smith, en un acto en Valladolid. (EFE/Nacho Gallego)

Y un último detalle, no menor. Iván Redondo se implicó en todas las campañas del PSOE. El donostiarra dejó por unos días su despacho en Moncloa y se llegó a asentar en Barcelona, hace ahora un año, para asesorar a Illa 'in situ'. Óscar López, sin embargo, está manteniendo un perfil diferente. Ejerce de jefe de campaña en la sombra de Sánchez, pero su labor en un territorio como Castilla y León, que conoce perfectamente, ya que fue candidato y secretario general de los socialistas, no es la misma. Con Redondo, por tanto, al implicarse de una forma tan intensiva Moncloa, había una planificación de la campaña centralizada en Madrid. Ahora, sin embargo, se está dejando mayor libertad a la federación castellanoleonesa. Allí, Sánchez tiene a un hombre de su confianza: Javier Izquierdo.

Sánchez pudo ganar elecciones con Redondo. Eso no hay quien se lo quite. Pero también cosechó una derrota estrepitosa en Madrid y tampoco acertó al repetir elecciones en 2019. Los resultados, en definitiva, han sido dispares. Ahora es el momento del nuevo aparato. De los López, Hernando, Lastra y Cerdán. El tiempo de Redondo ya pasó. También el de Ábalos. El nuevo PSOE se examina en menos de tres semanas.

Pedro Sánchez encara la campaña electoral de Castilla y León como su primera prueba de fuego tras la catarsis acometida en el Gobierno el pasado verano y en el 40º congreso federal. El giro al aparato y el abrazo a la socialdemocracia se examinarán por primera vez en las urnas en un escenario de incertidumbre, donde el PSOE asume haber comenzado la precampaña a rebufo del marco —las macrogranjas y el campo— fijado por el PP. En Moncloa y Ferraz miran de reojo también a Andalucía. Es la primera cita con las urnas también sin Iván Redondo, que estuvo, salvo la moción de censura de Murcia, en casi todo, y la primera donde se examina el presidente de cara al maratón electoral que viene. En el 13-F arranca la reválida para el sanchismo 3.0.

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