Casado insta al PP ante Ayuso a dejar las luchas internas para ganar las elecciones

El presidente del PP, Pablo Casado, reunió ayer a su Comité Ejecutivo Nacional para hacer el tradicional balance de fin de año. En el discurso público hubo duras críticas a la gestión de Pedro Sánchez, al que tachó de “irresponsable” por no tomar medidas frente a la pandemia. Lamentó que la actitud del presidente del Gobierno está “costando vidas y contagios”. “España tiene el peor Gobierno en el peor momento”, sentenció ante la prensa, aunque esquivó las cuestiones sobre la pugna con la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, con el mantra de “no vamos a perder un minuto en cuestiones orgánicas”.

De puertas adentro, la reunión de la cúpula del PP estuvo como casi todo en estos días condicionada por la sexta ola. La mayoría se conectó vía telemática. Algunos, como el secretario general, Teodoro García Egea, están contagiados o han tenido contacto con algún positivo. Fue el número dos del PP el encargado de hacer una exposición para sus compañeros de la situación actual del partido y de los objetivos con vistas al año electoral con las citas de Castilla y León y Andalucía. En el ambiente flota ya con fuerza la idea de que Juanma Moreno, que se conectó por videoconferencia, adelante y convoque las andaluzas para el mes de junio. Hay optimismo en lo electoral. Los sondeos internos dan hasta 37 escaños en Castilla y León (la mayoría está en 41) y en Andalucía se podría mantener la Junta.

Casado tomó la palabra para lanzar un mensaje claro a los suyos. El objetivo es ganar todas las citas electorales que se convoquen, y para ello hay que zanjar el debate público de las peleas internas. Estas palabras las pronunció ante Ayuso. No hubo réplica y los barones también tomaron nota del mensaje del 'jefe'. El nuevo calendario obliga a la presidenta de la Comunidad de Madrid a bajar la presión respecto al adelanto de su congreso, que sigue agendado a partir de marzo. Si el resultado es el esperado, cuando pase el 13 de febrero podrá volver a la carga para que Génova le permita 'tomar' el poder. Eso sí, pase lo que pase, la dirección nacional no cederá todo el control y no permitirá que coloque como dos al portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Alfonso Serrano.

El único que intervino además de García Egea y el presidente fue Alfonso Fernández Mañueco, que era el invitado de honor tras disolver las Cortes de Castilla y León. La campaña se diseñará a nivel regional, pero en ella participará activamente Casado, como lo hizo ya en Madrid, Andalucía, Cataluña y País Vasco. También estarán Ayuso, Feijóo, Juanma Moreno o el alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón. El PP en pleno se volcará en lo que para ellos es un nuevo 'peldaño' en la escalada a Moncloa. Pese a que 'a priori' se necesitará de Vox para revalidar el Gobierno de Castilla y León, no se abordaron los futuros pactos. Ciudadanos entraría en el mejor de los casos con dos diputados y parece que la fuerza determinante serán los de Abascal. Aquí la orden sigue siendo la misma, aunque ayer no se verbalizó: 'vía Ayuso'. Es decir, Vox apoya, pero no entra en el Ejecutivo.

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Pilar Gómez

El hecho de que nadie tomase la palabra al ser preguntado no quiere decir que no haya debate en las filas populares ante algunos puntos de la estrategia. Como informó El Confidencial, Casado trasladó ayer a los suyos que no hay opción a un cambio de postura en cuanto a votar no a la reforma laboral del Gobierno. El líder del PP, consciente de que entre los suyos hay quien aboga por ir a una abstención, justificó que Sánchez no ha querido hablar con él en ningún momento pese a que le ha tendido la mano en varios asuntos. Considera que el PSOE y Podemos están usando al presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, como un “cebo” y no está dispuesto a ceder.

La postura resulta “comprensible” para los que allí estaban, pero tras el encuentro sí hubo comentarios en privado sobre la idea de que se traslade a la opinión pública que el PP está “en el no a todo”. Según comentaron algunos de los asistentes, el problema es que da la sensación de que “Casado dispara contra todo” y creen que eso resta credibilidad cuando llegan asuntos importantes como la legislación del mercado laboral. Insisten en que “hay que sacar pecho” de que al final se han “tragado” la reforma que aprobó el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012. Casado no mira atrás y su horizonte es 2022. “Ya hemos pasado la mitad de la legislatura”, arengó a los suyos para insistir en que España está en un “cambio de ciclo”. Los 'trackings' internos dan al alza. Ahora hay que consumar lo que según el líder arrancó en marzo y no el 4 de mayo con la victoria por goleada de Ayuso en Madrid.