Casado desoye a los que piden que el PP se abstenga en la reforma laboral: "No es no"
Barones y cargos del partido abogan por replantearse el rechazo al pacto entre Gobierno y agentes sociales. "Ha ganado Rajoy", sentencian los que apuestan por cambiar la estrategia
El presidente del PP, Pablo Casado, dejó ayer claro que su partido votará no en el Congreso a la nueva reforma laboral que han aprobado Gobierno, sindicatos y empresarios. “¿Por qué el PP va a tener que votar a favor de una contrarreforma laboral que enmienda nuestra reforma, admirada en Europa, para intentar dar una salida a los enjuagues que hace Sánchez con Podemos?”. "No es no", se escucha en la planta séptima. Esta rotundidad choca con el debate interno que hay en sectores del partido sobre la postura que los populares deben defender en la Cámara Baja. Entre los mandos territoriales se pide “esperar” a ver qué sale de la tramitación en el Congreso y conocer bien la letra pequeña de lo acordado.
“Ha ganado Rajoy”, sentencian miembros del equipo del expresidente que consideran que el PP de Casado debe “sacar pecho” porque 10 años después se ha demostrado que el ajuste del mercado laboral aprobado en 2012 sigue vigente. “Ahora le han dado su aval el PSOE, Podemos y los sindicatos”, remarcan. Aunque muestran su “respeto” por la estrategia de la dirección nacional de mantener un no, consideran que hay margen para una abstención que según argumentan colocaría al presidente, Pedro Sánchez, “al límite con sus socios”. El camino sería dar un giro y hacer de la “necesidad virtud”.
En esta línea se ha expresado el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, el único barón que públicamente abogó el pasado lunes por “analizar” el decreto y después tomar una decisión sobre qué se vota frente al no preventivo defendido por Génova. En privado, hay otros barones que comparten esta tesis de reflexionar sobre qué postura es la más favorable para la estrategia del partido. El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, se reunirá hoy en Madrid con Casado para abordar el calendario de cara a las elecciones convocadas para el 13 de febrero. Mañueco trasladará su posición sobre los cambios en el mercado de trabajo al presidente del PP. En el caso de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en este tema está alineada con Génova, ya que considera que el nuevo texto de la reforma laboral es “ineficaz” y que solo busca que la vicepresidenta Yolanda Díaz “contente a los suyos”.
Pese a este ruido interno, en la dirección nacional defienden su postura y dejan claro que los ciudadanos esperan que el PP sea una “alternativa” a Sánchez. Se impone la línea que alerta de que el votante de derecha no entendería un discurso más elaborado que diera una coartada al Gobierno. “Vox vota que no y eso se entiende rápido”. El ánimo está contaminado por las críticas que los de Abascal han vertido contra el PP en las últimas horas por su acuerdo con los exconcejales de Manuela Carmena para aprobar los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid. Vox está en una estrategia de distanciamiento del PP e incluso del régimen del 78, como se vio en su actitud de ignorar el discurso de Felipe VI.
La postura del PP con la reforma laboral también le ha hecho volver a confrontar con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. Este telefoneó a Casado tras llegar al acuerdo con Gobierno y sindicatos para explicar su postura. El líder de los populares le trasladó desde el primer momento que en ningún caso recibiría el respaldo del PP. Este desencuentro, según fuentes de ambas partes, no supone una ruptura de relaciones entre el PP y la CEOE. “Nosotros defendemos a los empresarios al margen de los partidos, que tienen absoluta libertad para apoyar o no este acuerdo”, destacan desde la patronal.
Entre los cargos populares que piden dar una pensada a la postura ante un 'acuerdo histórico', se pide benevolencia con Garamendi. Explican que “ha dado la vuelta al calcetín” al lograr que lo que empezó siendo una exigencia de máximos por parte de Yolanda Díaz y los sindicatos haya acabado en un “mero maquillaje” de lo que ya había. “Es lo mejor que podían conseguir los empresarios”. El tiempo y las circunstancias han jugado a favor de los intereses de la CEOE, dado que todos los actores eran conscientes de que el plazo de 31 de diciembre impuesto por Bruselas se debía cumplir porque la inseguridad jurídica que creaba la incertidumbre en el marco del mercado laboral penaliza las inversiones.
La nueva reforma laboral es tan parecida a la que en su día aprobó la exministra de Trabajo Fátima Báñez que la portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, ha subrayado que se trata de una reforma “profunda y equilibrada”, los mismos adjetivos que en su día utilizó la exministra de Rajoy cuando presentó los cambios en 2012. Diez años después, la realidad contradice al portavoz de Podemos, Pablo Echenique, que aseguró que a la ley del PP no le quedarían “ni los palos del sombrajo”.
El presidente del PP, Pablo Casado, dejó ayer claro que su partido votará no en el Congreso a la nueva reforma laboral que han aprobado Gobierno, sindicatos y empresarios. “¿Por qué el PP va a tener que votar a favor de una contrarreforma laboral que enmienda nuestra reforma, admirada en Europa, para intentar dar una salida a los enjuagues que hace Sánchez con Podemos?”. "No es no", se escucha en la planta séptima. Esta rotundidad choca con el debate interno que hay en sectores del partido sobre la postura que los populares deben defender en la Cámara Baja. Entre los mandos territoriales se pide “esperar” a ver qué sale de la tramitación en el Congreso y conocer bien la letra pequeña de lo acordado.