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Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, pide ser "más radical" con la violencia vicaria
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pide proteger más a los niños

Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, pide ser "más radical" con la violencia vicaria

En una jornada contra la violencia vicaria organizada en Canarias, la madre de las niñas ha pedido que se margine a los maltratadores y que se vigile mucho más de cerca a los niños

Foto: Una pancarta en recuerdo de las niñas asesinadas por su padre (EFE/De la Rocha)
Una pancarta en recuerdo de las niñas asesinadas por su padre (EFE/De la Rocha)

Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, las niñas que desaparecieron en Santa Cruz de Tenerife el 27 de abril al zarpar su padre desde el puerto de la localidad con una lancha —el cuerpo de la menor de mayor edad, Olivia, fue encontrado sin vida el 10 de junio dentro de una bolsa de deporte amarrada a un ancla, y más tarde, se concluyó la búsqueda de Anna y del presunto asesino, Tomás Gimeno, padre de las niñas, por la dificultad que suponía seguir rastreando el fondo marino tras más de un mes de búsqueda desde el buque Ángeles Alvariño—, ha compartido un escrito en una jornada contra la violencia vicaria organizada por la Diputación del Común del Parlamento de Canarias para pedir que se protejan más los derechos de los niños con "un seguimiento mucho más exhaustivo en el caso de la violencia vicaria", aquella que ejerce el agresor cuando ya no tiene acceso a su expareja para causarle un mayor dolor "utilizando a las hijas e hijos como objetos", en sintonía con lo que explican desde la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género.

A través de Joaquín Mills, representante de SOS Desaparecidos en Canarias, Zimmermann pidió este 11 de noviembre a la sociedad "marginar a los maltratadores" y cuestionarse que se puede hacer "para contribuir a una mejora del bienestar de los niños". En sintonía con sus palabras, que se pueden volver a escuchar con la voz de Mills en el vídeo que ha compartido de la jornada el Parlamento de Canarias, Zimmermann apunta a que "debemos dar más importancia a la educación de los niños, donde los valores sean un pilar fundamental". Además, manifiesta que, aunque "erradicar de la noche a la mañana la violencia es muy difícil por todos los patrones ya adquiridos por estas personas violentas o por miedos a las represalias y amenazas", erradicar la violencia del futuro en mayor medida "es más fácil si empezamos por los niños". "Sentirse protegidos es lo que puede ayudar a ser valientes y a enfrentarse al maltratador", ha defendido asimismo la madre de las niñas presuntamente asesinadas a manos de su padre en esta jornada, en la que también ha señalado que para llevar esto a cabo se necesitan "más profesionales" en estos ámbitos.

"Estoy segura de que podemos buscar muchas más herramientas para proteger más a los niños, que son las mayores víctimas en estas circunstancias. Una mujer o un hombre maltratado tiene más facilidad para buscar ayuda, pero muchas veces por miedo o amenazas no se hace nada y se espera que la situación mejore con el tiempo. Desgraciadamente la realidad es que, en vez de mejorar, normalmente empeora. El maltratador va cogiendo más fuerza y eso es lo que le gusta: abusar en su zona de confort", se puede escuchar en el arranque del vídeo al empezar Joaquín Mills al leer la carta de Beatriz Zimmermann.

"Hay que ser mucho menos tolerantes y más radicales a la primera falta de respeto. El respeto lo es todo y una vez se pierde, es muy complicado recuperarlo", expresa también en sus últimas declaraciones que se han hecho públicas Zimmermann. "Pero los niños, ese es otro tema, por poder ni siquiera pueden pedir ayuda al estar bajo la supervisión de los padres, tampoco pueden no tolerar una falta de respeto porque para ellos sus padres son sus ejemplos, a los cuales tienen que obedecer. Son totalmente indefensos y vulnerables", añade.

Llegado a este punto del escrito, Mills incide en el caso particular del secuestro parental de Anna y Olivia al leer la misiva de su progenitora: "Cada vez que pienso en mis pequeñas, que fueron totalmente indefensas a tal monstruosidad, no puedo ni expresar lo que siento. Al principio tenía miedo de separarme y de pensar que las niñas no estarían conmigo todo el tiempo, pero pensé que a la larga para ellas era mejor crecer en un ambiente donde reinara la paz y el amor, y eso con su padre junto a mí era imposible porque no me respetaba en absoluto. Pensé que era buen padre y que a ellas las trataría bien, me equivoqué totalmente y eso es lo que me preocupa: nadie pensó que Tomás podría hacerles algo. Todo el mundo creía que era un buen padre y eso es lo preocupante: nadie le veía capaz. Cuántos niños habrá a los que sus padres les maltraten, les hagan juegos psicológicos y otras atrocidades que no quiero pronunciar en este escrito, pero que todos nos podemos imaginar".

Nadie pensó que Tomás Gimena podría hacerles algo. Todo el mundo creía que era un buen padre y eso es lo preocupante: nadie le veía capaz

Por ello, Zimmermann defiende que "hay que vigilar mucho más de cerca a los niños que sufren en sus casas y que los padres sepan que son vigilados porque la ley los protege mucho más. Gran parte de los maltratadores actúan así en casa porque tienen complejos y carencias, y abusan de lo que pueden abusar por sentirse más importantes o porque simplemente son violentos, pero normalmente de cara al exterior quieren parecer buenos padres". La madre de Anna y Olivia, que habla en términos de los hijos como "hijos de la vida" al hacerse eco de un poema en su escrito, aboga también por intimidar a los maltratadores y "aliarnos con los niños maltratados. Es la mejor herramienta para que sientan que no son suyos y no tienen el control absoluto de ellos. Perder su custodia y ser la vergüenza de la sociedad, eso les preocupa mucho. Y lo digo por experiencia. Los niños, igual que los adultos, deberían tener más derechos y estar más protegidos"

Beatriz Zimmermann, la madre de Anna y Olivia, las niñas que desaparecieron en Santa Cruz de Tenerife el 27 de abril al zarpar su padre desde el puerto de la localidad con una lancha —el cuerpo de la menor de mayor edad, Olivia, fue encontrado sin vida el 10 de junio dentro de una bolsa de deporte amarrada a un ancla, y más tarde, se concluyó la búsqueda de Anna y del presunto asesino, Tomás Gimeno, padre de las niñas, por la dificultad que suponía seguir rastreando el fondo marino tras más de un mes de búsqueda desde el buque Ángeles Alvariño—, ha compartido un escrito en una jornada contra la violencia vicaria organizada por la Diputación del Común del Parlamento de Canarias para pedir que se protejan más los derechos de los niños con "un seguimiento mucho más exhaustivo en el caso de la violencia vicaria", aquella que ejerce el agresor cuando ya no tiene acceso a su expareja para causarle un mayor dolor "utilizando a las hijas e hijos como objetos", en sintonía con lo que explican desde la Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género.

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