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Los 968 folios de Servini contra Martín Villa: "Los homicidios eran un ataque sistemático"
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Procesado por cuatro muertes

Los 968 folios de Servini contra Martín Villa: "Los homicidios eran un ataque sistemático"

El auto de la jueza argentina acusa a España de no colaborar e incluye la declaración íntegra del exdirigente: "Hay convicciones más profundas que ser ministro, como el 'no matarás"

Foto: Rodolfo Martín Villa, en una imagen de 2017. (EFE)
Rodolfo Martín Villa, en una imagen de 2017. (EFE)

Pedro María Martínez, Romualdo Barroso, Francisco Aznar y Germán Rodríguez murieron por la acción de las fuerzas de seguridad entre 1976 y 1978, en plena transición a la democracia tras la muerte de Franco. Más de cuatro décadas después, la jueza argentina María Servini ha procesado por estos hechos al ministro del Interior en esa etapa, Rodolfo Martín Villa, mediante un extenso auto de 968 folios al que ha tenido acceso El Confidencial. La magistrada le acusa de cuatro delitos de homicidio agravados porque formaron parte de “un ataque sistemático contra la población civil”.

Rodolfo Martín Villa conocía y propiciaba la política de orden público de ese Gobierno que integraba, y que era la misma implementada durante el Gobierno de Franco, contra la subversión política y social. Tan solo unos meses antes, durante el Gobierno del dictador, Villa había sido gobernador civil en Barcelona, una de las piezas clave del control del orden público”, dice la jueza argentina. “Como máximo responsable de los cuerpos de seguridad del Estado, tuvo el dominio funcional del evento criminal”, añade.

Servini arranca su prolija resolución con una crítica a España por “la reticencia o falta de colaboración” para la recopilación de pruebas. También por negarle “auxilio judicial”, solicitado en “innumerables comisiones rogatorias”. El casi millar de folios incluye numerosa jurisprudencia, testimonios de las víctimas, las querellas presentadas, extractos de investigaciones de particulares o la declaración íntegra de Rodolfo Martín Villa. Compareció desde la embajada de Argentina en Madrid el 3 de septiembre de 2020.

"Trato de defender una cosa en la que creo, y me moriré creyendo, que en la Transición era imposible que hubiera genocidio"

Durante horas, estuvo dando explicaciones por videoconferencia. Ya casi al final y a preguntas de su abogado, trasladó a la jueza una frase en su descargo. “Hay problemas de convicciones más profundas que ser ministro del Interior, es ‘el no matarás”, contestó al ser cuestionado acerca de si en alguna ocasión había ordenado matar a un etarra. “Al terrorismo en España, fundamentalmente al de ETA, se le ha combatido con el Estado de derecho, es decir, no ha habido que hacer ninguna cosa especial”, matizó.

La primera parte de su interrogatorio consistió en un alegato en el que se mostró agradecido por poder declarar después de seis años investigado. Los primeros hechos que se le imputan son uno de los episodios más oscuros de la Transición. En España se sucedían las huelgas y los conflictos laborales y el 3 de marzo de 1976, en Vitoria, miles de trabajadores realizaron una asamblea en una iglesia. La Policía Armada desalojó la reunión con gases lacrimógenos y fuego real. Mataron a cinco personas e hirieron a 150.

placeholder El exministro del Interior Rodolfo Martín Villa, a su salida de la embajada argentina en Madrid, tras declarar ante la jueza María Servini. (EFE)
El exministro del Interior Rodolfo Martín Villa, a su salida de la embajada argentina en Madrid, tras declarar ante la jueza María Servini. (EFE)

La jueza considera que “está claro que los participantes se encontraron imposibilitados de oponer resistencia a las acciones desplegadas, frente al brutal desempeño y el material empleado por la Policía Armada”. Y que Martín Villa “ocupó una posición preponderante en esa estructura organizada de poder y que indefectiblemente conocía y propiciaba la forma en que las llamadas fuerzas de orden público reprimían y combatían a quienes se manifestaban”. El exministro dijo que fueron unos hechos “enormemente negativos y para no olvidarlos”.

"Ni sabíamos que había una asamblea"

Puntualizó que en ese momento era ministro de Relaciones Sindicales. Quedaban tres meses para que le nombraran ministro de la Gobernación (Interior). Con todo, aseguró que no quería usar demasiado ese argumento porque se hacía responsable de todas las decisiones que adoptaron los gobiernos a los que perteneció, entre 1976 y 1982. Pero insistió en que tanto él como Adolfo Suárez y Alfonso Osorio estaban esa tarde en una reunión que presidía el presidente del Gobierno de entonces, Carlos Arias Navarro. “Ni sabíamos que había aquel día una asamblea de trabajadores”.

Reveló que se resistieron a aplicar el estado de excepción, que les costó “hacer frente a un intento de intervención militar, que hubiera sido incluso peor”. Sin entrar en detalles, aludió a “alguna complicación” con el capitán general de la región militar en Burgos, que era la que tenía competencias sobre Álava. En toda su intervención, elogió la Transición como un periodo “difícilmente superable en positivo”. “Yo, por supuesto, trato de defenderme a mí mismo, pero trato de defender también una cosa en la que creo, y me moriré creyendo, que en la Transición era imposible que hubiera genocidio ni delitos de lesa humanidad”, reivindicó.

"Es evidente que la policía metió la pata (...) no estaba preparada para ese tema"

El otro suceso por el que está procesado tiene que ver con los Sanfermines de 1978. En la plaza de toros de Pamplona, se desplegó una pancarta pidiendo la amnistía total y la Policía Armada irrumpió de nuevo de forma violenta. Un estudiante llamado Germán Rodríguez murió de un disparo en la frente. “Es evidente que la policía metió la pata”, admitió Martín Villa. En el turno de preguntas, fue más allá y dijo que, tras la muerte de Franco, se sucedieron las protestas y “todas eran ocasiones para problemas. Primero y fundamentalmente, porque la policía no estaba preparada para ese tema”.

En cualquier caso, también se desvinculó de las órdenes a la Policía en los hechos de Pamplona. Para defender su gestión en ese asunto, echó mano de las declaraciones del histórico líder del Partido Comunista Santiago Carrillo, ya fallecido: “Dice que en toda su vida no había visto una actuación tan transparente, tan limpia, y con tanta capacidad de decisión inmediata”.

placeholder Varios colectivos memorialistas de Navarra, políticos y representantes de entidades sociales, concentrados para exigir un juicio a Martín Villa y al franquismo. (EFE)
Varios colectivos memorialistas de Navarra, políticos y representantes de entidades sociales, concentrados para exigir un juicio a Martín Villa y al franquismo. (EFE)

En varias ocasiones, criticó las reivindicaciones en favor de la amnistía total cuando ya se había hecho una en 1977 para los presos políticos: “Eran manifestaciones pidiendo amnistía para los pocos presos terroristas que no habían sido amnistiados. No digo que las víctimas de los tiros de la policía fueran militantes de ese movimiento, pero sí que ese movimiento existía para perjudicar el proceso político iniciado por el Gobierno, eso es clarísimo”. De poco le sirvieron estas explicaciones a Martín Villa, porque un año después ha sido procesado.

Servini analiza si se pueden considerar prescritos los delitos y llega a la conclusión de que pueden ser considerados como de lesa humanidad, sin límite para ser investigados. En su auto, cita varios episodios de la historia judicial española, como la condena a más de 1.000 años de cárcel al represor argentino Adolfo Scilingo o la investigación iniciada por el juez Baltasar Garzón sobre los crímenes del franquismo. “Está clara la condición de crímenes de lesa humanidad que cabe asignarle a cada uno de los delitos que se dieron por semiplenamente probados en estos obrados, lo que confirma su imprescriptibilidad”, dice el auto.

Además del procesamiento, la jueza mantiene la investigación sobre la muerte de otras ocho personas, asesinadas también en aquellos años convulsos, algunas de ellas por grupos de extrema derecha. Calcula que por cada uno de los cuatro homicidios por los que le procesa, podría ser castigado con hasta 25 años de cárcel. También decreta un embargo de los bienes de Martín Villa hasta satisfacer casi 10 millones de euros (1.134.000.000 pesos argentinos).

Pedro María Martínez, Romualdo Barroso, Francisco Aznar y Germán Rodríguez murieron por la acción de las fuerzas de seguridad entre 1976 y 1978, en plena transición a la democracia tras la muerte de Franco. Más de cuatro décadas después, la jueza argentina María Servini ha procesado por estos hechos al ministro del Interior en esa etapa, Rodolfo Martín Villa, mediante un extenso auto de 968 folios al que ha tenido acceso El Confidencial. La magistrada le acusa de cuatro delitos de homicidio agravados porque formaron parte de “un ataque sistemático contra la población civil”.

María Servini de Cubría Rodolfo Martín Villa
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