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Amazon forzó el despido de un trabajador de un almacén de Asturias por coger 4 mascarillas
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en plena primera ola de coronavirus

Amazon forzó el despido de un trabajador de un almacén de Asturias por coger 4 mascarillas

Un juzgado de Oviedo declara improcedente el despido de un empleado de un almacén de Amazon en Asturias que fue grabado cogiendo mascarillas para protegerse en su lugar de trabajo

Foto: Logo de Amazon en una de sus instalaciones. (Reuters)
Logo de Amazon en una de sus instalaciones. (Reuters)

Una resolución arroja nuevas dudas sobre el clima laboral que se respira en los centros logísticos de Amazon. La multinacional estadounidense provocó el despido de un operario de uno de sus almacenes de distribución en Asturias por coger cuatro mascarillas en plena primera ola de coronavirus para protegerse en su jornada de trabajo. El Juzgado de lo Social número 2 de Oviedo declaró el despido improcedente al considerar que la rescisión del contrato era una medida desproporcionada y no se dio al afectado la opción de presentar alegaciones, según consta en el dictamen, al que ha tenido acceso El Confidencial.

Los hechos ocurrieron el 29 de marzo de 2020, solo dos semanas después de la declaración del estado de alarma por el avance de la pandemia. El gigante de la venta 'online' grabó ese día a un empleado de la subcontrata Cobra Instalaciones y Servicios SA, que desempeñaba funciones de mantenimiento en su centro de la localidad asturiana de Siero, accediendo a una zona de almacenaje y retirando cuatro mascarillas. El trabajador dejó anotado que había cogido las cuatro unidades, las depositó en su taquilla para utilizarlas en los días siguientes durante el desarrollo de las funciones que tenía encomendadas y se marchó a su casa.

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Sin embargo, cuando el empleado regresó a su puesto de trabajo, se encontró con una carta de despido de Cobra por motivos disciplinarios. El área de Seguridad de Amazon había entregado a la subcontrata la grabación del almacén y había exigido que el trabajador no volviera a pisar sus instalaciones. “Ante tal evidencia, nuestra empresa ha considerado que su actuación es un hurto que realizó abusando de la confianza que el cliente [Amazon] tiene en los trabajadores de nuestra empresa cuando van a realizar el servicio de mantenimiento”, explicó en su carta de despido Cobra, una compañía que pertenece al Grupo ACS.

“El cliente tiene en sus almacenes logísticos todo tipo de material, por ello los trabajadores que prestan servicios en los mismos han de ser personas de confianza y están obligados a preservar los intereses económicos de la empresa, no a mermarlos (…) La empresa considera que Vd. con su actuación ha vulnerado la confianza que depositamos en todos los trabajadores (...). Más allá del valor económico de las mascarillas, que Vd. ha hurtado y de la relevancia económica que estas tengan, la empresa por principios y con estos hechos, ha perdido la confianza en Vd.”, expuso Cobra.

Foto: (Reuters)

El despido se materializó de forma inmediata. El abogado del trabajador, Daniel García Valdés, del despacho Muñiz Casares de Gijón, puso una papeleta de conciliación contra Cobra y Amazon, pero la multinacional norteamericana se desentendió por completo del proceso. Ante la falta de acuerdo, el operario impugnó el despido. Finalmente, el Juzgado de lo Social número 2 de Oviedo le dio la razón resolviendo que la medida era desproporcionada y que no se le había permitido presentar alegaciones, según recoge la sentencia, que no había trascendido hasta ahora. El afectado quería volver a su puesto, pero Cobra optó por indemnizarlo. Como solo llevaba seis meses en nómina, la empresa liquidó el litigio con el pago de 1.050 euros.

El dictamen no contentó al operario, que recurrió en suplicación para exigir que el despido se declarara nulo por la vulneración de sus derechos fundamentales. “El problema era que no tenía ninguna mascarilla para protegerse. Los empleados de Amazon sí disponían de ellas, pero mi cliente, que tenía que recorrer todas las instalaciones y estaba en contacto con paquetes procedentes de todo el mundo, incluidos de China, no recibió ninguna unidad de Cobra para poder protegerse. Ni siquiera tenía sentido que él mismo, que se movía por todo el centro, acabara convirtiéndose en un foco de diseminación del virus por no tener protección”, explica su abogado en conversación telefónica con este diario.

"No tenía sentido que lo despidieran porque dejó anotado en un registro que había cogido las 4 mascarillas y las dejó en el propio centro de trabajo"

No tenía sentido que lo despidieran porque dejó anotado en un registro que había cogido las cuatro mascarillas y las dejó en el propio centro de trabajo. En esos primeros días de pandemia, llegó a haber un mercado negro de mascarillas. Pero su intención nunca fue esa. Su objetivo fue dotarse de los medios de protección que no le garantizaba su empleador”, añade el abogado. Para tratar de conseguir su readmisión, García Valdés alegó ante el Tribunal Superior de Justicia de Asturias que Cobra puso en riesgo la seguridad de su cliente al no dotarlo de las medidas preventivas necesarias contra el coronavirus, a pesar de que sus propios planes de protección establecían la necesidad de la mascarilla.

Sin embargo, la Sala de lo Social del Tribunal Superior no dio la razón al empleado en esta ocasión. El órgano recordó que en esos primeros instantes de la pandemia había escasez de mascarillas y que la no entrega de ejemplares al afectado podría considerarse, en todo caso, un incumplimiento en materia de prevención de riesgos laborales, pero nunca una vulneración de derechos fundamentales, una figura reservada para situaciones que generen “un peligro grave y cierto para la salud”. En opinión del tribunal, un contagio por coronavirus no encaja en ese supuesto.

Una resolución arroja nuevas dudas sobre el clima laboral que se respira en los centros logísticos de Amazon. La multinacional estadounidense provocó el despido de un operario de uno de sus almacenes de distribución en Asturias por coger cuatro mascarillas en plena primera ola de coronavirus para protegerse en su jornada de trabajo. El Juzgado de lo Social número 2 de Oviedo declaró el despido improcedente al considerar que la rescisión del contrato era una medida desproporcionada y no se dio al afectado la opción de presentar alegaciones, según consta en el dictamen, al que ha tenido acceso El Confidencial.

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