El "sesgo de clase" de Podemos: el 75% de los nuevos jueces no tiene familiares en el sector

La propuesta de Unidas Podemos de crear un sistema "similar al MIR" de los estudiantes de Medicina para "acabar con el sesgo de clase" que achacan a la judicatura española choca con los datos que desde hace más de un cuarto de siglo recopila el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) entre los estudiantes de la Escuela Judicial y que, a través de estadísticas anuales por promoción, se exponen de forma pública para quien quiera consultarlas.

Este 'retrato' de los nuevos miembros de la carrera judicial aleja la idea de una casta endogámica. Según indican los datos acumulados de las promociones desde el curso 1996-1997 a la última, correspondiente a este año, un 74,75% de los jueces en prácticas declaró no tener familiares directos dentro del sistema. A la pregunta "¿Ha tenido o tiene algún familiar ejerciendo una profesión en el sector jurídico hasta segundo grado de consanguineidad?", contestada por 2.638 jueces en prácticas, respondieron con un sí 666 de los encuestados. Casi 2.000 dijeron que no. En el listado de estos familiares se incluyen fiscales, abogados, procuradores, profesores universitarios, funcionarios de la Administración de Justicia, registradores, notarios...

Otro dato revelador es que de entre los que aseguraron que contaban con familia vinculada al mundo jurídico, la mayoría citaron como profesión de referencia la abogacía. Un total de 188 de los nuevos jueces dijeron tener familiares también jueces o magistrados. Las encuestas también reflejan los motivos para inclinarse por la profesión de juez o fiscal de aquellos que se lanzan a una oposición y formación que para Podemos es elitista por su coste.

Por la estabilidad del empleo

Pese a no incluir indicadores sobre ideología política —otra de las constantes del argumentario morado es la afirmación de que la judicatura es conservadora—, la encuesta especifica que casi la mitad de los que opositaron para ser jueces o fiscales lo hicieron "por la estabilidad del empleo". Por encima de esa cifra, el 55% expresó que el empujón definitivo se debió a la "función garante de los derechos fundamentales" que ejerce la judicatura.

Opinión

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A la cabeza de todas las respuestas se encuentran dos motivos muy claros: el 71% de los jueces en prácticas dijeron que eligieron esta vía porque les gusta el derecho y más de un 60% puso el acento en la independencia e imparcialidad de su función.

Precisamente es esa independencia la que las asociaciones de jueces vinculan con iniciativas como las lanzadas por Podemos. Desde la Asociación Profesional de la Magistratura (APM), se recuerda que el sistema de oposición como mecanismo de acceso a la carrera "se ha demostrado como el que mejor garantiza los principios de objetividad, transparencia, independencia y excelencia profesional, y, en consecuencia, la protección de los derechos de los ciudadanos".

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El problema no radica en el sistema de acceso, siempre susceptible de mejora y, por lo demás, idéntico al que rige para acceder a otros cuerpos como el Ministerio Fiscal, la Abogacía del Estado, notarios, registradores, inspectores de Hacienda o diplomáticos, sino que, con la excusa de modificar el sistema, "lo que realmente se pretenda son jueces con carné de partido o con sesgo de clase", "categoría afortunadamente desconocida hasta ahora en la carrera judicial", dice la APM.

Por su parte, la asociación de jueces Francisco de Vitoria indica que esta iniciativa debe enlazarse con "una campaña por parte de Podemos de intervenir en el poder judicial". "Están creando un problema que no existe para luego buscar una solución", expresan. Señalan decisiones adoptadas por la Justicia que contradicen que exista ese sesgo que ve el partido, como la anulación de las cláusulas suelo o los varapalos a la reforma laboral del PP. "Es un estado de opinión creado de forma artificial que roza la manipulación", dicen.

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También la asociación Juezas y Jueces para la Democracia rechaza la idea de élite judicial, aunque da la bienvenida a cualquier propuesta que mejore el sistema. "La carrera judicial no es elitista, al contrario: actualmente los datos que constan son contrarios a esa idea", aseguran, para destacar que es cuestión de esfuerzo y constancia como cualquier oposición.