Vox se lanza a la calle para liderar la rebelión social por el precio de la luz

La escalada hasta cotas impensables del precio de la luz tiene al Gobierno de Pedro Sánchez en crisis y a buena parte de la sociedad con los nervios a flor de piel. Ante la incapacidad del Ejecutivo de poner fin a esta situación, Vox ha visto una oportunidad para capitalizar ese hartazgo generalizado en una coyuntura que afecta especialmente a las clases populares. El partido, a través de su sindicato, ha convocado una manifestación en Madrid para liderar la posible 'rebelión' y señalar directamente a PSOE y Unidas Podemos.

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En Vox llevan semanas coqueteando con dar un paso más, apuntando a la inacción de las fuerzas sindicales tradicionales y aprovechando para tratar de vincular a la izquierda con las élites y elevarse como los defensores de los precarios y de los más vulnerables. Ese paso ha llegado en las últimas horas con el anuncio de su sindicato y sus dirigentes de que organizarán una movilización el próximo 18 de septiembre. Según fuentes de la entidad, tendrá lugar en Madrid, evitando la fórmula de varias concentraciones paralelas que han empleado en otros momentos, aunque la ubicación dentro de la capital está aún por definir.

El propio Santiago Abascal dio la bienvenida al movimiento asegurando que "hay que echar a este Gobierno que solo trae división, pérdida de libertades y miseria". "Este invierno millones de españoles van a sufrir los efectos de una factura de la luz que no pueden pagar", afirmó el de Amurrio en una publicación en su cuenta de Twitter. El jefe de filas de Solidaridad (el sindicato) y diputado andaluz, Rodrigo Alonso, insistió en la misma línea: "Un sueldo precario, la vivienda por las nubes, imposible formar una familia y ahora te asfixian con la factura de la luz. Gobierno culpable".

Retratar a los sindicatos

El partido y su fuerza sindical ya se manifestaron conjuntamente el pasado 1 de mayo, el primer Día de los Trabajadores desde su fundación, para robar protagonismo a las siglas tradicionales de CCOO y UGT, aunque con escaso éxito. Con la nueva movilización, se adelantan a las posibles acciones de estas organizaciones, que únicamente han advertido de que estudian salir a las calles, aunque sin decidirse, siendo acusadas por parte de Vox y del PP de estar siendo permisivas con PSOE y UP.

Fuentes de Solidaridad consultadas por El Confidencial explican que el objetivo no es dejar en evidencia a las fuerzas sindicales directamente, aunque admiten que "era evidente que no iban a hacer nada". "Buscamos que el Gobierno deje de echar balones fuera y actúe. La factura de la luz es una vuelta de tuerca más".

Vox ha apostado por avanzar hacia una soberanía energética, cuestión por la que defienden las energías renovables y la supervivencia de las centrales térmicas y nucleares. Con motivo de su movilización han recuperado este concepto: "España no puede seguir dependiendo de intereses extranjeros y globalistas. #EnergíaEspañolaYa", apuesta el partido en su cuenta oficial.

El asunto está generando tensiones incluso entre los socios que integran el Consejo de Ministros, con UP proponiendo limitar los precios y una ley para crear una empresa pública de energía, algo que no habían pactado con los socialistas previamente. Las fricciones llegan después de que agosto haya sido el mes más caro de la historia y de que haya abierto septiembre con hasta 140 euros por megavatio hora.

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Con esta decisión, Vox busca también relanzar su autodenominado giro social, con el que buscan incluir mensajes dirigidos a las clases populares. Hasta la fecha ha sido simplemente un giro retórico, sin aplicación en sus propuestas ni en sus postulados económicos. Incluso a la hora de hablar de una subida del salario mínimo interprofesional, lo condicionan a que las empresas paguen menos cotizaciones.

Después de haber intentado profundizar en estas consignas durante la pandemia, estaba encontrando dificultades para continuar con su discurso 'social' debido a la coyuntura política de los últimos meses. El caso más claro fue cuando tuvo que posicionarse contra la ley 'rider' del Ejecutivo, aquella que regula el empleo en las empresas de comida a domicilio como Glovo. Sus dirigentes, con Iván Espinosa de los Monteros al frente, defendieron que era una norma que destruiría miles de empleos en el país, mientras los sindicatos y la izquierda enfatizaban que pondría fin al fraude generalizado de los falsos autónomos en estos puestos.