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El PP y su paradoja con los menores: ataque a Marlaska en Madrid, defensa en Ceuta
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POR LAS DEVOLUCIONES A MARRUECOS

El PP y su paradoja con los menores: ataque a Marlaska en Madrid, defensa en Ceuta

El ministro del Interior encuentra en el dirigente ceutí a un aliado clave para la defensa de las repatriaciones de menores. El popular asume la "responsabilidad política" de la operación

Foto: El presidente de Ceuta, Juan Vivas, en una imagen de archivo. (EFE)
El presidente de Ceuta, Juan Vivas, en una imagen de archivo. (EFE)
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La repatriación de los menores marroquíes que accedieron a Ceuta durante la crisis migratoria del pasado mayo dibuja una paradoja para el PP. Si el presidente de la ciudad, Juan Vivas, defendía este martes la actuación del Ministerio del Interior —de hecho, recalcaba que el cuestionado procedimiento para las devoluciones se puso en marcha a petición suya—, el portavoz de los populares, José Luis Martínez-Almeida, puso en duda la legalidad del mismo y reprochó al Gobierno central falta de “rigor y seriedad” en una cuestión clave. Si el primero no dudó en calificar de “hito histórico” la operación, paralizada ahora por un juez, el segundo exigió que se "actúe de conformidad con la ley y con el marco normativo". El partido se enfrenta a la contradicción de respaldar al dirigente ceutí ante uno de los episodios más complicados que ha vivido el enclave, pero también a no dejar pasar la oportunidad de estrechar el cerco contra el Gobierno.

Los argumentos que desde este lunes, en un carrusel de entrevistas por diferentes medios de comunicación, ha ido ofreciendo el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, para justificar las repatriaciones, fueron este martes respaldados uno a uno por Vivas. El ministro socialista y el presidente popular han formado una especie de entente ante un aluvión de reproches y dudas sobre la legalidad de las devoluciones. Precisamente, los dos también coincidieron en precisar que si finalmente los tribunales dictaminan que el procedimiento no se ha ajustado a la ley, “se corregirá”.

Ya el lunes, Grande-Marlaska se excusó en que había sido el Gobierno de la ciudad autónoma el que había pedido que se activara un protocolo firmado en 2007 entre España y Marruecos para la repatriación de los niños, y ayer Vivas asumía la "responsabilidad política" de la operación, que de momento se ha saldado con la devolución de 55 chavales. "Esta petición fue atendida, y aunque las negociaciones no han sido nada fáciles, se determinó la aplicación del acuerdo y los términos en los que debía llevarse a cabo el traslado de los menores a su país de origen", detalló el presidente ceutí.

Foto: Foto: EFE.

También, uno y otro ensalzaron que el procedimiento ha tenido por objeto en todo momento salvaguardar el “interés” de los repatriados, ahondando en la idea de que lo mejor para los niños, a no ser que se encuentren en situación de vulnerabilidad, es estar en su casa, en su entorno familiar. “Aquí están en una situación de manifiesta precariedad. Hay algunos que están viviendo en asentamientos inadecuados, sin techos, en ocasiones en una situación infrahumana", explicó el presidente de Ceuta, y añadió: "Quienes no están así se encuentran viviendo en unos recursos que tienen un carácter provisional y que no reúnen las condiciones adecuadas para que un menor permanezca en ellos durante mucho tiempo”.

Y si Vivas defendía la compleja situación de una crisis que dura ya tres meses y para la que no había una solución alternativa, el portavoz nacional de su formación, Martínez-Almeida, pedía en cambio al Gobierno de Pedro Sánchez que deje de dar “bandazos” en política migratoria. "Hemos pasado de recibir el Aquarius nada más ser elegido presidente, en un gesto demagógico que no beneficiaba nada a una política de Estado, a ahora una devolución de menores en grupo con serias dudas sobre su legalidad".

La crisis de mayo

A finales de julio, Grande-Marlaska y Vivas mantuvieron una reunión en la sede del Ministerio del Interior, en Madrid. Entonces, el presidente de Ceuta trasladó al primero que la situación en la ciudad autónoma, tras la llegada de miles de personas en mayo, muchas de ellas menores, seguía siendo “insostenible” y defendió que la colaboración del Gobierno resultaba imprescindible para poner fin a una crisis gestada por Marruecos en represalia por el ingreso en un hospital de Logroño del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali. En el enclave, entonces, según el presidente, seguían 2.500 personas de las 12.000 que accedieron a la ciudad.

Foto: Migrantes en Ceuta. (EFE)

No era la primera vez que Vivas pedía al Ejecutivo ayuda. Lo hizo en numerosas ocasiones, por supuesto, el pasado 17 de mayo y días posteriores, jornadas en las que miles de marroquíes y migrantes subsaharianos llegaron a la ciudad autónoma a nado, tras sortear el espigón de la playa del Tarajal, ante la pasividad de las fuerzas del reino alauí. Y desde entonces las peticiones de ayuda se habían ido sucediendo de forma periódica.

Bajo los mismos argumentos, Vivas solicitó al Gobierno que interviniera. “La ciudad no puede soportar mucho más (...) no hemos vuelto a la normalidad, seguimos viviendo una situación de excepcionalidad”, defendió en junio, además de remarcar también la “precariedad” en que vivían la gran mayoría de personas que con lo puesto llegaron a Ceuta a mediados de mayo.

El choque con Vox

Pasado lo peor de la crisis de mayo, el verano tampoco ha sido fácil para Vivas. El dirigente popular permitió, al abstenerse, que la ciudad autónoma declarara persona 'non grata' al líder de Vox, Santiago Abascal. Fue un movimiento que no consultó con la dirección nacional de Pablo Casado y que provocó algunos reproches por parte de otros miembros de la formación, además de la ira del partido de ultraderecha.

Foto: Foto: Javier Sakona.

No obstante, el PP acabó cerrando filas con el presidente de Ceuta. Vivas, por cierto, siempre defendió el sentido de su voto. Denunció que el primer cordón sanitario lo había puesto Abascal al intentar resquebrajar la unidad política de la ciudad en un momento delicadísimo, por poner en duda el sentimiento de pertenencia a España de la mitad de la población del enclave.

La repatriación de los menores marroquíes que accedieron a Ceuta durante la crisis migratoria del pasado mayo dibuja una paradoja para el PP. Si el presidente de la ciudad, Juan Vivas, defendía este martes la actuación del Ministerio del Interior —de hecho, recalcaba que el cuestionado procedimiento para las devoluciones se puso en marcha a petición suya—, el portavoz de los populares, José Luis Martínez-Almeida, puso en duda la legalidad del mismo y reprochó al Gobierno central falta de “rigor y seriedad” en una cuestión clave. Si el primero no dudó en calificar de “hito histórico” la operación, paralizada ahora por un juez, el segundo exigió que se "actúe de conformidad con la ley y con el marco normativo". El partido se enfrenta a la contradicción de respaldar al dirigente ceutí ante uno de los episodios más complicados que ha vivido el enclave, pero también a no dejar pasar la oportunidad de estrechar el cerco contra el Gobierno.

Fernando Grande-Marlaska
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