Salir del 'top manta' para vender 'merchandising': el proyecto para alejar a los manteros de la calle
Jóvenes inmigrantes sin papeles para vivir y para trabajar se ven abocados a vender en la calle. Una labor que se ha visto mermada durante la pandemia y que ha impulsado su transformación en el mercado empresarial
Bracean por la supervivencia y buscan cambiar la vida de las personas que todavía intentan sobrevivir vendiendo en la calle. Durante la pandemia, las ciudades se vaciaron de manteros y los vendedores ambulantes ilegales vieron desaparecer sus ingresos mientras pensaban cómo reinventarse. Vender en el 'top manta' ha sido el único recurso económico que han tenido los nueve miembros del Sindicato de Manteros de Madrid que se han podido alejar de la venta ambulante para expender 'merchandising' como asociación. La marca pretende ofrecer oportunidades laborales a los 191 restantes que forman la organización y que aún venden en la calle de forma irregular.
En lo que va de año, la Delegación del Gobierno en la Comunidad de Madrid ha registrado casi 300 sanciones por venta ilegal en la capital frente a las más de 900 en 2019 en el distrito Centro. Un descenso que se redujo durante las restricciones de movilidad al igual que aumentan a 14.737 los inmigrantes que han llegado a España hasta julio de 2021 por vía marítima y terrestre, un 63,2% más con respecto a 2020, según indican desde el Ministerio del Interior.
El multicultural barrio de Lavapiés (Madrid) alberga desde hace un mes el proyecto "antirracista y reivindicativo" creado por los manteros de la capital e inspirado en la tienda 'online' solidaria Top Manta, del Sindicato de Manteros de Barcelona. 'Madrid será la tumba del racismo' es uno de los lemas que componen el escaparate del número 54 de la calle Mesón de Paredes. En su interior, Malick Gueye, miembro del Sindicato de Manteros de Madrid, realza el apoyo que reciben los manteros para poder llegar a fin de mes. "Lo único que teníamos para sobrevivir es nuestra caja de resistencia, porque la base de las relaciones entre los manteros siempre será apoyo mutuo. Nos apoyamos entre nosotros porque no existen instituciones que nos apoyen", comenta a El Confidencial.
Con varios turnos de nueve personas hasta el momento, Pantera ofrece recursos a las personas de la organización de manteros y tiene un objetivo: dar formación a los manteros para crear un espacio y una economía propia comunitaria para poder darles trabajo. "La idea es hacer formaciones de diseño y caligrafía para que nosotros mismos podamos crear las camisetas, hacer serigrafía, el diseño y también poder ofrecer recursos a otra gente que lo necesita", reconoce Gueye.
Todos los beneficios van destinados al sindicato que trabaja conjuntamente con la tienda de Barcelona, que cuenta con experiencia en luchar por los derechos humanos. "La lucha tiene que ver con el racismo y con la Ley de Extranjería. Por eso, colaboramos juntos e intentamos hacer intercambios para vender cada producto en cada sitio, y todo el dinero que se genera aquí es el dinero del sindicato", apunta.
Se presenta como un proyecto 'real' con el fin de poder avanzar hasta que nadie venda en la calle. "Nosotros sabemos de primera mano que ningún mantero quiere vender en la calle. Lo que queremos con lo poco que tenemos es dar oportunidades a la gente para que no vayan a vender a la calle. A todo el mundo, por sentido común, le gustaría tener una vida digna, no levantarte y correr delante de la policía todo el día con lo que llevas y con la persecución y la violencia policial que existe. Por eso, hemos creado esto para dar oportunidades a los manteros y que tengan un espacio donde puedan hacer su proyecto sin vender en la calle", afirma con rotundidad.
La marca prevé incorporar una tienda 'online' con todos sus productos y diseños
Con ayudas de cajas de resistencia que organizan 'crowdfundings', después de un año han conseguido sacar camisetas, bolsos, accesorios y cuentos con diversos lemas realizados por una empresa ecológica situada en Valencia. "Vivimos en una sociedad en la que ahora no vale decir 'yo no soy racista', las personas tienen que ser antirracistas para intentar vivir en una sociedad mejor", añade Malick.
Quieren tener un contrato y una nómina estable para poder regularizar su situación, pero se sienten abandonados por el Estado. En estas circunstancias, al vivir de forma irregular se encuentran con un precontrato a la espera de regularizar su situación y denuncian las 'barreras' de la Ley de Extranjería. "Una persona que no tiene papeles no puede llegar y lograr un contrato. Tienes que hacerle un precontrato, regularizarle y, tal y como está el sistema de Extranjería, tardan meses", explica Malick sobre el proceso legal en el que intentan dar de alta a las personas para que puedan trabajar en Pantera con un contrato. Todavía se encuentran en proceso de regulación para las personas que van a trabajar en la tienda.
En la tienda, reflejan la dura vida de ser mantero. "Sabemos de primera mano que ningún mantero quiere vender en la calle. Venden en la calle porque existen barreras como la Ley de Extranjería que no permiten a las personas inmigrantes incorporarse al mercado laboral. No permite a la gente migrante formarse. Por eso, están en la calle para sobrevivir".
Lo que comenzó con la idea de ser un restaurante terminó convirtiéndose en la tienda Pantera, que prevé incorporar venta 'online' de todos sus productos a través de una página web. A medida que avance el proyecto, se incorporarán nuevos diseños que seguirán la línea 'reivindicativa'. Pese a que desde el sindicato no se ha detallado a El Confidencial los sueldos que pueden permitirse en estas circunstancias, quieren seguir impulsando más proyectos para poder dar trabajo al mayor número de manteros posible.
Bracean por la supervivencia y buscan cambiar la vida de las personas que todavía intentan sobrevivir vendiendo en la calle. Durante la pandemia, las ciudades se vaciaron de manteros y los vendedores ambulantes ilegales vieron desaparecer sus ingresos mientras pensaban cómo reinventarse. Vender en el 'top manta' ha sido el único recurso económico que han tenido los nueve miembros del Sindicato de Manteros de Madrid que se han podido alejar de la venta ambulante para expender 'merchandising' como asociación. La marca pretende ofrecer oportunidades laborales a los 191 restantes que forman la organización y que aún venden en la calle de forma irregular.
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