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Un Orgullo más político y menos festivo se vuelca con la 'ley trans'
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ORGULLO LGBTI 2021

Un Orgullo más político y menos festivo se vuelca con la 'ley trans'

El auge de las agresiones contra la comunidad LGTBI y el apoyo a la 'ley trans' condicionan la fiesta de un colectivo que sigue enfrentándose a la discriminación en espacios públicos y en ambientes laborales y familiares

Foto: Manifestación del Orgullo Crítico 2021. (EFE)
Manifestación del Orgullo Crítico 2021. (EFE)

Este sábado se celebran en toda España las manifestaciones del Orgullo LGBTI. Estamos en un contexto excepcional, debido a la pandemia -que ya impidió el año pasado que se celebrase- y a la politización del movimiento. El debate público que ha generado la ‘ley trans’ ha condicionado el Orgullo de este año; poner a las personas trans en el centro de las reivindicaciones es el principal objetivo de una comunidad que, de forma mayoritaria, le ha dado la espalda a los sectores políticos que se han opuesto al anteproyecto del Ministerio de Igualdad. No en vano, el lema este año es “Los derechos humanos no se negocian, se legislan: ley integral trans ya”.

Otro asunto sobre el que pivota este día es el repunte de los ataques homófobos, que ha crecido casi un 40% en los últimos cinco años: “Sigue pasando, entre otras cosas, porque están alentados por aquellos que ocupan las instituciones”, razona Javier Galán, un joven que esta misma semana ha sido víctima de una agresión física por su orientación sexual, en referencia a Vox.

Foto: Ambulancia. (EFE)

Las restricciones sanitarias por la pandemia impiden que no haya carrozas, escenarios o aglomeraciones, relegando el lado más lúdico de la celebración a un perfil secundario. Las reivindicaciones se han vuelto más políticas, lo que provoca que el Orgullo vuelva a sus orígenes: Nació con los disturbios de Stonewall de 1969, una serie de manifestaciones violentas contra las redadas que sufría el colectivo en Nueva York, provocando la organización de las personas LGBTI contra los abusos de la policía y del poder.

"Solo el 27% de las víctimas presentan una denuncia"

Rubén López es uno de los activistas más conocidos de nuestro país. Dirige el Observatorio Madrileño contra la LGBTfobia, coordina el grupo de Internacional de la Federación Española de personas LGBTI y es miembro de la ejecutiva de Arcópoli, una de las asociaciones que organiza cada año el Orgullo.

Respecto a los ataques homófobos defiende que “para luchar contra este tipo de incidentes es fundamental la educación y la visibilización”, y no tarda en mencionar el ‘pin parental’: “Nos está haciendo mucho daño”, porque la gente entiende las charlas LGBTI “como algo polémico y eso es un problema”. También piensa que es importante educar a los adultos, por ejemplo a sanitarios, funcionarios o policías: “Necesitamos que estén preparados para que los colectivos tengan un aliado en ellos”.

"El discurso de Vox legitima ciertos comportamientos homófobos", afirma Rubén López

Le preocupa que muchos ataques no se denuncian: en Madrid son solo el 27%, según sus datos. “Si se denuncia más, será más fácil luchar contra ello”, opina. Él observa que las víctimas no interponen ninguna demanda porque hay “poca confianza en las instituciones” o porque “están en el armario o prefieren evitar más problemas”. Tanto en agredidos como en agresores hay patrones: los primeros suelen ser “chicos gays menores de 30 años”, y los segundos “también varones jóvenes”.

Foto: Vista de una bandera arcoíris en la manifestación del Orgullo 2019 en Madrid. (EFE) Opinión
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López mantiene que hay una responsabilidad política en este tipo de sucesos: “El discurso de Vox legitima ciertos comportamientos homófobos. Es un partido que intenta jugar al límite, y eso hace que el intolerante se sienta legitimado. Esa ruptura de consensos institucionales hace que la gente se envalentone”. Otro problema es judicial, porque “muy pocas veces se tiene en cuenta la tipificación del delito de odio. Los jueces no son muy partidarios, les cuesta aplicarlo”. Piensa que “hay una falta de sensibilización con este tema”.

Respecto al Orgullo de este año, cree que se convertirá en una manifestación “como el 8 de marzo o el primero de mayo, algo más político” y con menos fiesta, tanto por el contexto de la pandemia como por la influencia del debate alrededor de la ‘ley trans’: “Hay una enorme sensibilización del colectivo LGBTI con las personas trans” y este asunto “va a movilizar a mucha gente”.

“El clima ya no es seguro, tienes que estar alerta”

Un chico de 23 años que lleva casi seis viviendo en Madrid, Javier Galán, denunció en sus redes sociales haber sido víctima de un ataque homófobo, asegurando que “sigue pasando, entre otras cosas, porque están alentados por aquellos que ocupan las instituciones”. En declaraciones a El Confidencial Javier cuenta que “era la una de la madrugada, pero había mucha gente en la calle” porque estaba en el centro de la capital, en la zona de Plaza de España.

Afirma que, estando con un amigo, se les acercó un desconocido -“más alto que yo y un poco más fuerte. Tenía unos 25 años”, describe- y les increpó. “Ya me callé todo lo que me tenía que callar de pequeño”, argumenta Javier, que respondió verbalmente. El agresor “vino corriendo, me pegó una patada y me tiró al suelo”, narra. Pese al dolor y la sangre, se levantó. “Miedo, ninguno”, sentencia. Los amigos del atacante se lo llevaron, y la situación se calmó. Tres chicas le socorrieron, y unos días después presentó la denuncia pertinente. “El clima no es muy seguro”, defiende Javier, porque “antes nunca me sentí inseguro en Madrid, ahora parece que tienes que estar alerta. Hay un poquito de peligro”. Él razona que “hay una influencia política con el auge de Vox”, que alienta este tipo de discursos de odio. Y concluye: “Por esto, y por mucho más, seguimos protestando”.

Este joven cree que el Orgullo es especialmente relevante este año, y celebra que "este último año ha virado hacia lo trans”. “Se ha juntado mucho ruido, pero a mi alrededor la gente está a favor de la ‘ley trans’ de Irene Montero”, dice. Él vislumbra que quienes se oponen son “una minoría”, y piensa que los argumentos que se dan en contra de su legislación son “ruines”. Javier confía que el Orgullo “gire en las próximas décadas hacia la visibilización de los trans, de las lesbianas y de gente LGBTI con cuerpos no normativos”, dejando así de ser “tan mainstream”.

placeholder La ministra de Igualdad, Irene Montero, principal impulsora de la 'ley trans'. (EFE)
La ministra de Igualdad, Irene Montero, principal impulsora de la 'ley trans'. (EFE)

Volver al armario en la oficina

Una encuesta realizada por el Ayuntamiento madrileño muestra que las relaciones con las que más incómodas se sienten las personas LGBTI son con sus clientes (un 92,9%) y jefes o superiores (87,2%), y un 44,2% detecta casos de discriminación en su empresa. Otro informe, esta vez de UGT, indica que el 44% de los miembros del colectivo opta por ocultar su orientación sexual en las entrevistas de trabajo -porque piensan que puede ser un impedimento para conseguir el puesto- y que ocho de cada diez ciudadanos trans no tienen empleo.

El sindicato saca a la luz otros datos muy dramáticos como que en España la mitad de los miembros de la comunidad LGBTI han sufrido agresiones físicas o verbales en el entorno laboral. Estos casos se disparan cuando la trabajadora es una mujer o una persona trans. La situación de estos últimos es especialmente vulnerable en todos los ámbitos: según el Observatorio de Homicidios Trans casi todos los días asesinan a una en algún lugar del Mundo, a pesar de que representan menos del 0,5% de la población.

Según datos del Ministerio del Interior, ha habido un aumento del 39,2% de agresiones homófobas en los últimos cinco años, y por ejemplo el Observatorio Madrileño contra la LGBTIfobia registra incidentes de odio todas las semanas. En 2019 fueron 321, es decir, casi una cada día. En 2020 fueron muchos menos, debido a los confinamientos, pero en 2021 se vuelve a percibir un repunte. Aun así, a estos datos les falta tener en cuenta un factor: las víctimas que no denuncian.

placeholder Un grupo de manifestantes. (EFE)
Un grupo de manifestantes. (EFE)

Ser LGTBI en el siglo XXI: Orgullo y (mucho) prejuicio

El estudio ‘El colectivo LGTBIQ+ en la ciudad de Madrid’ arroja algunos datos que reducen el optimismo sobre cómo ha evolucionado a lo largo de los últimos años la aceptación del colectivo.

Un 7% siguen el armario. De ellos, el 18,1% tiene miedo al rechazo o a represalias, el 15,9% todavía no se ha aceptado a sí mismo y el 11,4% teme perder a su familia o amigos. Este último punto es especialmente relevante, porque el 88,3% prefiere hablarlo primero con cualquier persona -incluso con desconocidos- antes que con sus progenitores. Eso sí, los datos indican que las madres dan más confianza que los padres, y que ellas reaccionan claramente mejor. El 21% de los padres respondió con violencia, desprecio o tratándolo como un tema tabú, frente al 11,9% de las madres.

El 38% de las personas LGBTI reprime muestras de cariño en público

Son más los que creen que sus familias reaccionaron mal (42,4%) que bien (30,2%), y el resto señala una respuesta neutra (25,9%). Pese a estos datos, nueve de cada diez encuestados se sienten cómodos con su orientación sexual o identidad de género. Además, la amplia mayoría -un 65,7%- habla por primera vez de su condición en los últimos años de la adolescencia o en la época universitaria, entre los 15 y los 24 años.

Por otra parte, un 63,7% detecta casos de discriminación en los colegios o institutos, y solo un 7,9% de las víctimas de agresiones han acudido a la policía en Madrid. Además, las agresiones se dan sobre todo entre jóvenes y varones, tanto en espacios públicos como en redes sociales. El 38% reconoce que, para evitar estas situaciones, reprime muestras de cariño en público.

Este sábado se celebran en toda España las manifestaciones del Orgullo LGBTI. Estamos en un contexto excepcional, debido a la pandemia -que ya impidió el año pasado que se celebrase- y a la politización del movimiento. El debate público que ha generado la ‘ley trans’ ha condicionado el Orgullo de este año; poner a las personas trans en el centro de las reivindicaciones es el principal objetivo de una comunidad que, de forma mayoritaria, le ha dado la espalda a los sectores políticos que se han opuesto al anteproyecto del Ministerio de Igualdad. No en vano, el lema este año es “Los derechos humanos no se negocian, se legislan: ley integral trans ya”.

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