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Raquel Sastre: "La maternidad está muy sobrevalorada"
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Raquel Sastre: "La maternidad está muy sobrevalorada"

Es guionista y escritora. Acaba de publicar un libro en el que narra la convivencia con su hija pequeña, que padece un trastorno del espectro del autismo y una enfermedad rara

Foto: Raquel Sastre posa durante la entrevista con El Confidencial. (Alejandro Martínez Vélez)
Raquel Sastre posa durante la entrevista con El Confidencial. (Alejandro Martínez Vélez)

Raquel Sastre siempre quiso dedicarse al humor, pero como tenía dudas decidió ir a lo seguro. Estudió una oposición y trabajó durante una década como técnico de biblioteca de la Universidad de Murcia. Los últimos años compaginó esa plaza fija con los monólogos, y cuando vio que el escenario podía permitirle pagar las facturas se lanzó a por ello. Tras unos inicios en Paramount Comedy, colaboró con ‘La Hora de José Mota’ y fue guionista de ‘El Hormiguero’ y de la serie ‘La que se avecina’.

En el camino tuvo tres hijos. La última, Emma, nació en 2016 y tiene síndrome de Phelan-McDermid, una enfermedad genética que causa discapacidad intelectual y ausencia de lenguaje. Desde ese momento, con la vida en casa patas arribas, bajó el ritmo de trabajo para ocuparse de ella, pero compagina los cuidados con el programa ‘Órbita Laika’ de TVE y le ha dado tiempo a escribir un libro: ‘Risas al punto de sal’ (Planeta), en el que habla de ella y de Emma sin sentimentalismo barato y con humor. Humor muy negro, que sigue siendo su favorito.

PREGUNTA. Hablemos de Emma. Tengo un conocido cuyo hijo tiene TEA y me ha contado, con enorme angustia, lo que supuso el confinamiento para ese niño. ¿Cómo fue para usted?

RESPUESTA. Muy complicado, porque cambiarle las rutinas a un niño con TEA cuesta muchísimo, tiene frustración y rabietas. Además de TEA, Emma tiene hiperactividad, con lo cual es muy impulsiva y durante el encierro la casa se le hacía pequeña, así que chillaba todavía más. Podía estar así durante 15, 18 horas. Un día así y otro también… Joserra (su pareja, es pediatra) iba a trabajar al hospital, tenía sus guardias… pero te aseguro que yo, cuando llevábamos encerrados cosa de un mes, quería coger el coronavirus. Te lo prometo, prefería tener un tubo en mi garganta que aguantar un segundo más ahí. Siempre pensamos que los críos no tienen la culpa de nada, pero es que los padres tampoco.

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P. Está muy instalada en la sociedad la idea de que una discapacidad, sea cual sea, tiene que ser recibida como una bendición. Ese buenismo me parece una tremenda hipocresía, ¿está de acuerdo?

R. Claro, porque la maternidad está muy sobrevalorada. Criar es una de las cosas más difíciles que hay, sobre todo cuando ambos padres trabajan, porque se acumulan muchas cargas. Adoro a mis hijos mayores y a Emma a ratos, pero he de decir que una vez entrados en la adolescencia también a los otros los quiero a ratos (sonríe).

P. ¿Ha visto la película 'Campeones'?

R. Es una peli ‘mu’ bonita, ‘mu’ bonita, ‘mu’ bonita, pero muy utópica.

P. Muy bonita para otros.

R. Exacto, porque ojalá todas las discapacidades permitieran ese nivel de autonomía. Lo digo mucho en el libro, tenemos que diferenciar entre independencia y dependencia. Hay una frase que la dice un amigo mío: “Tener un hijo con discapacidad es una puta mierda y espero sobrevivirle”. Algo que puede parecer muy duro es la pura verdad. Las personas con síndrome de Down que salen en la tele son los que llegan a la universidad, los actores, los que tienen trabajo… y no se saca al resto, que son la gran mayoría.

"Las personas con síndrome de Down que salen en la tele son los que llegan a la universidad, los actores… y no se saca al resto"

P. Nos pasamos la vida hablando de los pioneros…

R. Sí, siempre con lo mismo. “Es que son muy cariñosos, y ahora hacen muchas cosas”, dicen algunos. Bueno, pues depende. Si nacen con problemas de corazón o una discapacidad intelectual muy alta, probablemente sean muy agresivos. No todo es tan bonito como vemos en redes sociales, porque ¿qué padre va a poner una foto de su hijo con autismo reventándole la cabeza por un ataque de agresividad? Ese blanqueamiento lo único que consigue es aumentar nuestra culpabilidad como padres.

P. En el libro habla de la importancia de la atención temprana y de lo determinante que es el nivel económico para abordarla…

R. Para empezar, lo que debemos comprender es que atención temprana es Sanidad. Como terapia sanitaria solo está incluida en Cantabria, el resto de comunidades se lo reparten entre servicios sociales y educación, cuando es algo que debe estar incluido en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud. Es tan importante de lo que estamos hablando que si un niño con parálisis cerebral no recibe terapias con evidencia científica y de calidad desde el mismo momento en el que se detecta, y llega a los dos años de edad y su cerebro no ha aprendido a sentarse, ese niño nunca va a caminar. No todas las familias disponen de dinero para abordar este tema.

P. Hablando de evidencia científica, ¿cuántos farsantes se lucran de las discapacidades?

R. Hay tantos que en uno de los capítulos hablo de ello. Somos gente muy desesperada y eso es un campo de cultivo para estafadores. Tenemos que ser conscientes de que, por mucho que queramos hacer todo lo posible por nuestros hijos, no todo lo posible es bueno.

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P. Dice que el humor negro ha sido clave para escribir este libro, pero también para su carrera…

R. Es que cuando empecé casi nadie lo hacía y es el que más me gusta. Creo que aunque nos guste a todos hacer bromas no estábamos tan acostumbrados a que una mujer se subiera al escenario y dijera: “Odio a mis hijos”.

P. ¿Cómo se lleva eso de abanderar el humor negro en tiempos de corrección?

R. Lo gestiono diferenciando la libertad de expresión y la libertad de creación. Cuando estamos en un escenario contando chistes no significa que esa sea nuestra forma de pensar. No pensamos en mandar ningún mensaje, solo queremos producir risas. Cuando alguien escribe un libro de terror lo que quiere es producir miedo. Es como si le dices a Stephen King: “Oye, Stephen, siéntate un momentito aquí. ¿No te parece que eres un poquito racista porque en alguno de tus libros muere un negro?”. Además, el humor no influye tanto en la gente, y ojalá lo hiciera. ¡Anda que no se han hecho chistes de Isabel Díaz Ayuso y Vox y mira lo que pasa en Madrid! Me parece muy triste que algunos digan que solo se puede hacer humor con los poderosos; hay que hacerlo con todo.

P. Es un poco injusto eso, ¿no? Porque los acabas deshumanizando. Como si los poderosos, por el mero hecho de serlo, no padecieran enfermedades, no tuvieran problemas…

R. Efectivamente. Y no solo eso. Cuando solo haces chistes con el poderoso y excluyes al resto, eso en el fondo no es humor, sino un ataque. Cuando hicieron chistes en ‘La vida moderna’ (programa de humor en la Cadena Ser) sobre el autismo me alegré muchísimo, porque eso quiere decir que la mayor parte de la sociedad conoce el término. Es una forma de visibilizar cosas que nos pasan, de forma real o inventada. Es como si yo hago un chiste sobre un futbolista que va a la universidad, está claro que es inventado (sonríe).

"Nos gusta hacer bromas, pero no estábamos tan acostumbrados a que una mujer se subiera al escenario y dijera: 'Odio a mis hijos'"

P. Hace años le dijo a la revista 'Jot Down Magazine': “Cuando eres gilipollas y lo demuestras, puedes ser cómico o ministro”…

R. Eso sigue vigente (sonríe).

P. ¿La pandemia da para chiste o a estas alturas tiene poca gracia?

R. Creo que justo ahora es más necesario que nunca, porque las circunstancias son muy duras, estamos llenos de cargas y frustraciones, y el humor negro sirve para hacernos resetear. Fíjate Murcia, que era hasta hace nada de secano y se está poniendo muy verde (se refiere al color ‘corporativo’ de Vox). Me da mucho miedo lo verde que se está poniendo, y eso incluye a muchos miembros de mi familia. Hace años ser verde molaba, pero ya no tanto…

P. Usted no se corta en redes sociales. Habla de feminismo, de política, de lo que se le ponga por delante.

R. Me río mientras lo dices porque en algunos sectores feministas me acusan de machista. Me han contratado para actuar tanto organizaciones políticas de izquierda como de derechas, aunque me siento más próxima a una izquierda más bien socialista. Pero mis ideas no me han quitado ningún trabajo. En cuanto a otras cosas… vivimos tiempos en los que el feminismo este posmoderno y extremo me acusa de machista.

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P. ¿Por qué?

R. Porque considero que hay problemas muy graves en el feminismo, y cosas como el ‘manspreading’ no deben ser el principal de nuestros problemas. Sobre todo porque no me queda muy claro si lo hacen porque quieren demostrar su hombría o es porque tienen ahí cosas colgando que les resultan molestas al cerrar las piernas. Es más, ¿dónde está el machismo, en que ellos se sienten con las piernas abiertas o que nosotras nos sentemos siempre con las piernas cruzadas porque nos han dicho que las señoritas tienen que cerrarlas siempre? O cuando dicen que todos los hombres son potenciales violadores… Vamos a ver, seamos serios. Dejemos de decir sandeces, porque eso solo consigue que los hombres feministas se sientan atacados.

P. Hablemos de su tierra, Murcia. Estos días se habla mucho de ella por el inicio del penúltimo tsunami político, pero siempre me acuerdo de que hubo un tiempo en el que esa comunidad tenía más Mercedes-Benz que el resto de España…

R. Claro, el típico rico que ha hecho dinero rápidamente y que se va corriendo a comprarse uno, y ni siquiera se compra el modelo bonito. Hubo una época en la que la gente que tenía tierras que no valían nada empezaron a venderlas por una millonada. Se hizo rica mucha gente y muy rápidamente. Tampoco podemos olvidar la enorme concentración de corrupción que se dio. Si comparas dos imágenes de La Manga, una de los 70 y otra actual, verás cómo esa preciosa lengua de tierra está hoy llena de edificios. La huerta prácticamente se ha perdido. Esos Mercedes de los que hablas representan muy bien esa época de urbanismo y corrupción.

"Me han contratado para actuar tanto organizaciones políticas de izquierda como de derechas"

Siempre digo lo mismo: Murcia está muy subestimada. Cuando la gente se sorprende de que este terremoto haya partido de ahí es porque desconoce los tejemanejes que siempre se han dado. Y no olvidéis, amigos vascos y catalanes, que el único pueblo que ha quemado una Asamblea regional en este país fueron los cartageneros. A la chita callando, hemos hecho nuestras cosas. ¡Si hasta el portavoz del PP es murciano!

P. ¿A usted no le tocó nada de esa época de esplendor y billetes?

R. Eso digo yo… creo que porque todavía era muy pequeña. Llegué demasiado tarde a esta vida. Qué se le va a hacer.

Raquel Sastre siempre quiso dedicarse al humor, pero como tenía dudas decidió ir a lo seguro. Estudió una oposición y trabajó durante una década como técnico de biblioteca de la Universidad de Murcia. Los últimos años compaginó esa plaza fija con los monólogos, y cuando vio que el escenario podía permitirle pagar las facturas se lanzó a por ello. Tras unos inicios en Paramount Comedy, colaboró con ‘La Hora de José Mota’ y fue guionista de ‘El Hormiguero’ y de la serie ‘La que se avecina’.

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